Excusa

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los gritos desgarradores se escucharon por toda la fría habitación, aún habían cosas empacadas en cajas así que los lamentos de aquella peculiar alarma se escuchaban más cavernosos de lo normal, sin embargo, eso no fue suficiente para despertar al chico que dormía plácidamente. Taehyung siempre era difícil de despertar, parecía muerto mientras dormía, y efectivamente, dormía con los brazos cruzados y bien tieso, no movía un pelo en toda la noche, esta noche no fue la excepción, a pesar de la peculiar visita que tuvo antes de dormir.

Quizás el reloj de Tae no lo habría despertado a él, pero sí a aquel otro personaje que refunfuñaba y maldecía por lo bajo, empuñando con fuerza aquel objeto punzante en la mano, abrió la puerta de la habitación del pelinegro de golpe y lanzó la navaja donde dormía su hermano, ésta se clavó en la cabecera de madera, rozando y cortando la punta de algunos cabellos ondulados del contrario, fue ahí donde el de ojos miel abrió estos tranquilamente—¿Acaso no escuchas? tu reloj ha sonado por horas.

—Que maduro, Jimin. Se supone que yo soy el menor—exclamó el pelinegro, sacando la hoja del cuchillo de la madera, miró entonces los otros agujeros que decoraban la maltratada cama. Se levantó aún derecho y con movimientos mínimos para apretar aquel botón en forma de calavera que sobresalía del reloj.

—Tenía un emocionante sueño en donde mi plan de convertirme en el hermano menor se cumplía—y antes de seguir contando el ruido sordo de la misma navaja pasó por su oreja, pero ni se inmutó, sólo miró a donde se había incrustado, y efectivamente había caído donde Taehyung quería, entre ceja y ceja del pelirrojo pintado en el cuadro del pasillo.

—Quiero ver que lo intentes—amenazó tranquilo mientras se levantaba, esa pelea del despertador era prácticamente de todos los días, de hecho Taehyung se había preocupado de desempacar el reloj gritón para poder fastidiar a su hermano por la mañana, amaba atormentarlo y Jimin amaba atormentarlo también, pequeñas bromas de hermanos.

En otro lado de la casona, en la torre principal, la luz del sol poco a poco escalaba por las sabanas, chocando entonces con la morena espalda del chico que abrazaba con cariño la cintura de otro más pálido, quien al sentir el sol en su cara se quejó ligeramente—. Mh...Namjoon, el sol.

Los ojos del nombrado se abrieron de a poco y sonrieron al notar como su amado lo miraba con cierto dolor en su rostro—. Oh mon amour, ver tu rostro siempre amarga mis mañanas—el chico se apoyó por sus codos para tapar los rayos que tocaban la lisa piel de su contrario, aprovechando la posición acercó su rostro al contrario para besar los rosados labios de su esposo—. Seokjin...estás helado como muerto en vida.

Las manos del nombrado pasaron por el rostro de su pareja, deslizándolas hasta su desordenado cabello—. mon coeur, tenías razón, ésta casa es perfecta...al fin un lugar donde podremos vivir en paz. Creí que seguiríamos viviendo con tus padres.

—Pues creo que necesitaban esapcio...al igual que nosotros—y mientras el de cabellos blancos hablaba, besaba la mano de su contrario con seducción y amor.

—Sí...y podremos visitar Chernóbil para la primavera, a tus hermanitos les gusta jugar con los osos de tres cabezas.

—Oh sí, todavía tengo la alfombra de piel que nos hizo la abuela con el osos que capturó Jimin—ambos hombres rieron al recordar al menor a sus doce llegar con el abominable animal a sus espaldas. Y hubiesen seguido recordando aquellos días en el radiactivo lugar y la sesión de besos y manoseo del día si no fuese por que la bocina al frente de ellos empezase a hablar, específicamente con el tono de su primo.

—¡Namjoon, Jin! ya está listo el desayuno, apúrense antes de que vuelva a recobrar el reconocimiento—el chico a unos pisos más abajo volvía a poner el megáfono donde lo había encontrado. Se trataba de su último invento, una red de megáfonos que unían toda la casa, y eso que tardó sólo una noche en instalarla.

𝐓𝐡𝐞 𝐀𝐝𝐝𝐚𝐦𝐬 [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora