Bully

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El de cabellos esponjados acomodaba sus libros en su banco como todos los días, o bueno...no como todos los días. Su mirada pasó al espacio vacío a su lado, frunció el ceño ligeramente.

Jungkook y Taehyung no se iban juntos al instituto, pero Nam solía dejarlo en la entrada y muchas veces se encontraba con el pelinegro sentado en una de las escaleras que daba a la entrada. Dispuesto a encontrarlo ese miércoles, Taehyung bajó de su limusina vieja esperando esos ojos de venado encima de él como siempre...pero simplemente no pasó-¿Se te perdió tu mascota?-preguntó burlesco el pelirrojo a su lado antes de seguir caminando. Pues sí, se le había perdido su compañero, pero prefería estar en su banco antes que esperarlo afuera con estos animales llenos de brillo y energía, así que solamente caminó en silencio hasta su banco, y henos aquí. Sin embargo ya se estaba impacientando, no le gustaba que ese espacio estuviera solo, normalmente la presencia de Jungkook tapaba su vista de una de las chicas la cual ahora mismo lo observaba, pero no de la manera en la que le pelinegro lo hacía, esa manera sutil y tímida que al de cabellos esponjados no incomodaba, esa chica ahora mismo le estaba clavando las pupilas en su hombro y eso lo estaba poniendo incómodo, y no de la manera linda...¿Acaso todas estas personas les gusta mirar?

-Disculpa-como lo suponía, de las mirada penetrante ahora viene el descaro de la palabra-, me preguntaba si este asiento...estaba ocupado-la mirada amenazante del chico no tardó en posarse en la pobre chica y mirarla de arriba hacia abajo.

-Lo está.

-Pero...no veo a nadie ahí-el de cabellos esponjados tomó un par de sus libros y los tiró a la silla, volvió a mirar a la chica.

-Sí-y con eso la chica con odio en su rostro sólo se apartó, la siguió con la mirada hasta asegurarse de que no lo mirase...afortunadamente el juego de miradas terminó cuando la chica empezó a llorar.

Las clases empezaron y su contrario aún no llegaba, los ejercicios se mostraban más aburridos y el murmullo de sus compañeros se escuchaba más fuerte de lo normal, sí, esa fue por mucho la peor sensación que había sentido, era como de esos martirios pero que no disfrutaba...y eso casi nunca pasaba. No quería salir y tampoco quería encontrarse con su hermano para poder escuchar sus idioteces en contra de su compañero...así que se quedaría en la sala, dibujando pequeños círculos en su libreta mientras finge no sentirse desorientado-¡Taehyung!-abrió ligeramente sus ojos al escuchar ese tono de voz, reconocería ese tono de voz en cualquier lado.

-Jeon Jungkook-exclamó en un tono un poco alto, no tardó en alzar su mirada para verle. Ahí estaba en el marco de la puerta, con su mochila aún puesta...pero algo no andaba bien...no era normal que su cabello estuviese tan pegado a su cabeza, su mochila estaba goteando y caían pedazos de masa por el papel mojado de sus cuadernos-¿Jeon Jungkook?-se levantó tranquilo para poder ver mejor a su compañero de banco, su ropa estaba empapada y pegada al cuerpo y de su barbilla caían gotas de agua, pero más se impresionó al notar que en sus pies no habían zapatos, sólo calcetines mojados que empapaban todo el piso.

-¡Taehyung! Taehyung, lamento no haberte esperado, de verdad, es que, tuve un pequeño percance-aún se escuchaba jadeante, como si hubiese corrido una maratón o le costase respirar-te vas-te vas a reír cuando me escuches, te lo aseguro-su sonrisa y mirada demostraban cierta tranquilidad aunque su voz era todo lo contrario, no podía engañar al maestro del lenguaje corporal.

No dijo nada, simplemente tenía su mirada fija intentando procesar lo que veía mientras escuchaba al tartamudo de Jungkook intentar mentirle, pero sus balbuceos se detuvieron cuando el rostro moreno del más bajo se acercó al suyo, notando cómo esos ojos miel lo miraban tan minuciosamente, el pelinegro retrocedió incluso...esa intervención al espacio personal lo había tomado desprevenido.

𝐓𝐡𝐞 𝐀𝐝𝐝𝐚𝐦𝐬 [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora