LABIOS

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Sus labios eran como aquel infierno que habita en cada uno de nosotros.

Eran fuego, eran pasión, eran un deseo insaciable que ahogaba el traslucida y poca percepción que tenía del entorno que en aquel momento había.

Pues su color mórbido me excitaba, me ponía en un atuendo de desfile irónico con un color rojizo sobre mi lienzo llamado piel.

Detestable tiempo que nos separaba y maldita distancia que pasaba.
Pues era una fuerza casi sobrenatural al tratar de resistir ver la fragancia que desliza entre sus labios.
Era un gran castigo, era una muerte lenta y dolorosa.

Esos labios eran una maldicion, la cual estaba dispuesto a soportar.

Con la esperanza de que al final del mistral, pueda morir en su besos.

(Agradecimiento  a @andreacarisho )

LA PIEL ES DE QUIEN LA ERIZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora