3. Pan de guayaba

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Esteban 'taba esperando que llevaran a Mauricio pa' su rancho. Ya había pasado una hora desde que debían estar ahí, pero aún no llegaban.

– A... ¿A qué hora viene ese niño?.– Dijo Richard con la boca llena de dulce. Heeseung lo quedó viendo feo.– Eres un mentiroso mano, dizque venía pa'cá, tu lo que no querías es que viniera.

– De pana que si viene. Debía estar aquí hace media hora, voy a llamar a la seño pa' ve que pasó, porque si no viene nos vamos pa' que Samuel.

– ¿Y si viene, me voy solo pa' que Samuelito?. Mejor dile que vas a salir y que no traiga al demonio 'e Tasmania, y listo nos perdemos a jugar fútbol, sisal?.

– Si hago eso después de dónde me van a pagar, el dinero no crece en los árboles. Vamos a esperas quince minutos y si no llega nos vamos, dale.

Terminaron de merendar lo que preparo la señora Juana, mamá de Heeseung. Se pusieron hablar paja, de unos chismes que escucharon en sus liceos y uno que otro cuento que hicieron esa semana. Como que Richard se perdió pa'l liceo del chamito que conoció en traki.

– Marico y tuve que caminar hasta allá yo solo, porque adivina, le dije a tu prima que me acompañará que eso quedaba cerca de su casa y la chamita me dijo que ella no podía porque pin y que paon y que por ahí ella no se mete y que tal. Y pues deje de jalar bola y fuí solo.

– ¡¿Y después de ahí te fuiste pa' que Samuel?! 'Tas perdió de callejero. ¿Tu no tienes casa o qué? Te la pasas durmiendo más en la calle que en tu propia cama.

– Ve quien habla, el que llega pisando su casa a las doce de la noche. ¡Noo Esteban mejor quédate a dormir en la calle!.

– Pero es diferente, yo lo hago por trabajo, tu por bochinche. Tu llegas más tarde a tu casa que yo. El martes... ¿Fue el martes?... No me acuerdo bien,  pero estabas aún en las palomas, en la casa de quién se yo a las doce.

– Eso fue que me invitaron a un cumpleaños de una vieja compañera de clases. Y tú sabes yo soy el alma de la fiesta, tenía que estar ahí si o si. Después llamé a Matías como a eso de la una pa' que me fuera a buscar.

Esteban se paró de golpe del mueble y agarró pa'l cuarto de la mamá. Llamo a esta pa' ver si 'taba despierta y si 'taba. Le dijo que Richard se quedó por la calle el martes, de sapo, pa' que la señora regañara al menor.

La señora Juana fue hasta la sala y le metió un coquito a Nicolás de una sin avisar. Después empezó a regañarlo por lo que le contó su hijo. "Tu crees que es bueno estar por ahí a esa hora" y " si te estoy diciendo esto es porque me preocupo por ti" fue lo que le dijo la señora después de meterle tres gogotazos y casi una patada. Nicolás no decía ni una palabra, estaba mirando a Esteban de mala gana, como con ganas de quererle meter un pata en las bolas.

Esteban se empezó a reír de lo que le decía su mamá a el chamito. Nicolás se veía traumado de tantas cosas que le dijo la señora Juana, nada normales pa'l carajito.

– Quita esa cara. Yo solo estoy diciendo la verdad. Ya tienen pelos en las bolas y piensan que están grandísimo, tu no me vengas con lo mismo que el otro porque te escoñeto igual como hice con él.– señaló a Esteban. Este dejo de reírse después de recordar la paliza que le dieron hace dos años.

– Mamá, pero eso es normal pues. Ya tenía quince no estaba tan pequeño.

– Pues aún estabas pequeño, yo no sé que piensan los niños de ahora, se creen que son la gran verga. Prométeme que tú no harás eso Nicolás.

Richard 'taba procesando todo más lento que el internet del país. ¿Cómo fue? ¿Qué dijo? ¿Cómo que Heeseung ya no era virgen?. Ese chamo le iba a explicar todo, porque él no había tenido novia a según lo que él le había dicho a todos.

𝐂𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐀𝐑𝐀𝐉𝐈𝐓𝐎 ⟶ [ᴇɴʜʏᴘᴇɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora