Capítulo 5

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En el castillo, Luca seguía llorando recostado en el borde de la cama, un llamado a su puerta le hizo levantar la vista -¿Quién es?

La señora María -Contestó una dulce voz detrás de la puerta, el joven se levantó y camino hasta ella.

Pensé que te gustaría un poco de té -Abrió la puerta buscando a la dueña de la voz para retroceder al ver un juego de té entrar y una tetera hablarle.

¿Pero, eres una? -Retrocedia cada vez más chocando con el armario, el cual también estaba vivo.

¡Oh! ¡Cuidado! -Se quejo alegre la mujer que era un armario, lo observó retirarse hasta chocar con la cama.

No es posible -El joven asustado se sentó sobre la cama, admirando y procesando todo.

Eso ya lo sé pero -El armario se dejó caer sobre la cama haciendo brincar al muchacho y asustarlo- las cosas son así.

Te dije que era apuesto, mamá ¿Verdad? -La tacita miraba al chico y luego a su madre, quien empezó a servir té en él.

Está bien, Leo. Ya lo vi -Los demás frascos vertian azúcar y crema junto al té, la tacita se acercó corriendo al chico- ¡Con cuidado!

El chico se sento sobre el piso para tomar la taza delicadamente y acercarla a sus labios- Gracias.

¿Quieres verme hacer un truco? -La tacita empezó a hacer burbujear el té mientras cerraba los ojos con fuerza y apretaba las mejillas.

¡LEO! -Lo regaño su madre para este dejar de hacerlo y mirarla.

Lo siento -Sonrió divertido por la travesura.

Lo que hiciste fue muy valiente, mi niño -Alago la tetera sonriendo amablemente al joven.

Todos decimos eso -Le siguió el armario mirando al chico que tenía una expresión triste en su cara.

Pero perdí a mi madre, mis sueños, todo -Agachó su cabeza mientras la tacita en su mano y la tetera en el piso lo miraban tristes.

¡Animo mi niño! -Intento consolarlo sonriendo dulcemente- Todo saldrá bien, ya veras, ya veras.

Luca la miro sonriendo amablemente, era feliz de saber que había objetos ahí siendo amables y dulces con él, la tetera le regresaba la sonrisa.

¡Oh vaya! Estoy perdiendo el tiempo y la cena no está en la mesa -La tetera empezó a saltar en dirección de la puerta, siendo seguida por los demás frascos- ¿Leo?

¡Adiós! -Se despidió la tacita sonriendo mientras salía junto con su madre, cerrando la puerta detrás suyo.

Y ahora ¿Como te vestimos para la cena? -El armario amablemente observó al chico, el cual se había levantado quedando frente al armario mujer- A ver que tienen mis cajones.

Abrió sus puertas saliendo de estas varias polillas y asustando a la armario- ¡AH! Pero que vergüenza jajajaja.

¡Ahh! ¡Aquí hay algo! -Volvió a abrir sus puertas sacando un conjunto de tonalidades rosas, fuertes y claras- con este estarás precioso.

Eres muy amable, pero-El armario le acercó el conjunto mientras Luca le agradecía pero con una expresión calmada le regresó el atuendo- no bajare a cenar.

¡Ah! Tienes que bajar -Exclamó con sorpresa mientras unos toques en la puerta hicieron que voltearan hacia ella.

Ejem, la cena está servida -Por aquella puerta salió la reloj sonriendo e inclinándose señalando a la salida.

¿Porque tarda tanto? Le dije que bajará -Alberto daba vueltas una y otra vez en el comedor frente al fuego, mientras en la repisa de arriba se encontraba sus sirvientes, la lámpara y la tetera- ¿PORQUE NO HA LLEGADO?

La Bella y La Bestia [Luberto Au] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora