𝟎𝟐

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—Gracias—le dije a la camarera cuándo acabó de rellenar la taza con café.

Era la quinta vez que lo hacia en toda la mañana. Lisa tenia cincuenta minutos de retraso y empezaba a cuestionarme si  en realidad vendría o no lo haría. 

—Que tonta—murmuré para mi misma—Estúpidamente tonta—le di un gran sorbo al café humeante y volví a dejarlo sobre la mesa.

Como reportera eran usuales estos escenarios, demasiadas veces, en realidad, sin embargo, por alguna razón que desconocia, había creído en la palabra  de Lisa cuando me aseguro que hoy tendríamos la entrevista. ¿Que haría ahora? ¿Volver a subir la colina, llegar a su castillo y pedirle explicaciones del por qué no había asistido al restaurante? 

Empezaba a sentirme incomoda, el aire frío, los arboles , las personas que desayunaban a mi al rededor, el ruido que hacían al comer, todas estas pequeñas cosas estaban irritándome.  

Tal vez podría obtener más fotografías del castillo y los al rededores, pero ¿la historia?, que mejor que Lisa—una descendiente directa de la familia de Viktor— me relatara los hechos reales. Si me basaba en testimonios de la gente que vivía en la ciudad caería una vez más en lo absurdo y no llegaría a ningún lado. 

Tenia que encontrar a otra persona conectada con Viktor y su familia, no era posible que Lisa sea la única, debia de retroceder muchos años atrás, cuando todo empezó.

Suspiré, esto seria mucho más difícil de lo que había pensado, pero no desistiría.  

—Buenos días, disculpa la demora, mi despertador se descompuso. ¿Llevas mucho tiempo esperando?

Alcé la mirada rápidamente y de inmediato sus ojos oscuros me atraparon, solo dos segundos después miré a otro lado.

—Hola—murmuré, sentía que había sido despojada de un gran peso—Buenos días, no, de hecho solo unos pocos minutos—mentí, porque decirle la verdad solo traería problemas y era más fácil olvidar.

La joven camarera se acercó apenas vio a mi acompañante tomar asiento, al igual que yo, Lisa ordenó un simple café con magdalenas. Un gesto que no pasé por alto fue la sonrisa que le ofreció a la chica antes de marcharse.

¿Se conocían o solo estaba siendo amable?, quise darme un golpe, no debía de importarme eso.

—Bien...—carraspeé obteniendo su atención nuevamente—Tengo algunas preguntas para ti, si no quieres responder alguna simplemente no lo hagas. Todo lo que digas irá a la revista Vogue de Corea del Sur, puedes darme tu email y podré enviártela antes de que se publique por si quieres que cambie algo.

Lisa asintió, su mirada aún fija en mis ojos.

—¿Tendré una recompensa por esto?

—Te pagaremos, claro. La cantidad dependerá de lo bien o mal que nos vaya con los números. Por lo general siempre nos va muy bien, así que tu pago es seguro.

—¿De cuanto es el monto mínimo?

—Tres mil dólares.

—De acuerdo—junto las manos sobre la mesa—Me parece bien. ¿Empezamos?

Coloqué la grabadora en la superficie de la mesa y la encendí. Noté como los músculos de Lisa se tensaron así que le expliqué que era mucho más fácil grabar una conversación que escribirla. Terminó relajándose un poco cuando la camarera apareció con su orden. Una vez más, Lisa la atrapó con la mirada, note como la chica frunció el ceño, un claro indicio de que no la conocía...tal vez era algo característico suyo: mirar a todos tan fijamente incluso si resultaba incómodo o extraño.

𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐌𝐄𝐀𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora