El cuarto teñido de millones de suaves colores sobre el tapizado que alguna vez fue de un tierno azul, llena un mundo de juegos, papeles y manchas, con un tierno escritorio puerilmente ordenado y pilas de peluches, libros, juguetes y flores que emulaba un páramo idílico para el pequeño que veía a sus madres sentadas frente a él al arropar lo, en su cama suspendida por lianas llenas de azucenas, margaritas y girasoles.
Apenas podía con sus ojitos, luego de una tarde donde fue el centro de atención de su abuelita y sus mamis. Las ama muchísimo.
Sentía como lo arropaban atentamente, los oscuros dedos de su mamá acariciaban su cabello oscuro mientras los blancos de su mami pasaron por su espalda al alzar más su cobija y cubrir su rollizo cuerpecito.
— buenas noches niño hermoso, que duermas bien —se despide Isabela, mientras Salome besa su mejilla.
Antes de tan siquiera poder despedir se, ambas mujeres ven a su pequeño soltar gemiditos de disgusto sin mover se antes de agregar.
— mamis, no se vayan... Pofi... —suplica el pequeño, abrazado a su peluche de cactus.
— nené, sabes que debes dormir solito, ya eres grande para dormir con nosotras —le recuerda Salome.
Aunque esos ojitos hacen difícil el trabajo, Pedro las mira con ese desánimo en sus ojitos verdes, haciendo un puchero que el desconoce es la debilidad de Isabela.
— awww, Pedrito no nos vamos a ir lejos, ¿Ok?, Cualquier cosa puedes decirles a Paulina y a Pepe que te acompañen a nuestro cuarto —le recuerda la mujer más alta haciendo que las papitas se deslicen por las lianas y se recuesten a lado del pequeño, como pequeños guardianes.
— pero solo en emergencias Pedro, debes acostumbrar te —le advierte Salomé.
«¿Cómo puede ser tan firme cuando nos mira de esa manera?»
— lo sé mami Lumy —dice decaído, pero su sonrisa sale al proponer algo para retener más a sus mamis—. ¿Me cuentan un cuento?
— Pedro... —le quiere advertir Salome.
«mujer deja de ser tan insensible, ¡¿No vez como nos mira?!»
— mi vida, vamos —pide a Salomé quien ante ambas miradas de los trigueño se resigna.
— está bien, pero te duermes nené, ¿Ok?, Hoy jodiste bastante con tu abuelita Alma y mañana tenemos que madrugar porque ambas debemos trabajar —le asegura la de rizos. Está se apoya en una liana y ve a su esposa sentar se a lado de su hijo, la cabecera se llena de flores cuando Pedro se recuesta en Isabela—. ¿Que historia quieres oír?
— ¡La de la pincesa y el ada! —dice entusiasta, casi saltando de la cama.
«nuestra historia»
Puede ver la sonrisa de su esposa surcar en sus pálidos labios, su verdosa mirada corresponde la oscura y en sus mentes va un viaje de hace muchos años dónde ambas jamás pensaron que podrían tan siquiera aspirar a un mañana juntas.
A pesar de lo mucho que se amaban.
— lo que usted ordene —bromea Salomé, buscando entre todos los juguetes algo que se le parezca, consiguiendo fácilmente algunos peluches que ella misma hizo—. Bueno, hace mucho, muchísimos años...
— ¡Nació una pincesa! —hablo entusiasta el pequeño, sabiendo se de memoria esa historia.
«nací yo»
— sí, una linda princesa que era el orgullo de todo su reino, sobre todo de la reina —enseño un peluche rosado de una muñequita con trenzas y vestido típico de Santander con bordados de mariposas—. Y sus papás, la gran dama de la cocina —mostró un peluche de mujer azul con un corazón y un delantal—. Y él mejor pianista de todo el reino —expone un peluche de osito marrón con chaleco y lentes a lado de la cocinera—. Bueno, en su reino, la gente tenía poderes burda e' fantásticos, ¡Una chimba!, Y ella había Sido bendecida, como sus otras hermanas, con dones espectaculares, su don se decía era la perfección —hablo con dramatismo, mostrando una muñeca de una princesa algo viejita.
![](https://img.wattpad.com/cover/311882158-288-k778250.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Imperfecta Distancia/ 𝐈𝐬𝐚𝐛𝐞𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐢𝐠𝐚𝐥
FanfictionHace cuatro años que Isabela Madrigal partió de su hogar a un lugar alejado de Casita que la vio crecer, aún en el nuevo Encanto, con su familia sanando sus corazones rotos. A veces alejar se de la familia es necesario, para ser quien debía ser y c...