Supongo que en este momento mis hermanos Árboles deben de estar escuchándome, expectantes y siempre al acecho de historias que los puedan volver más sabios, intentando decodificar mis silbidos, algunos de paz, otros de tormenta, y, algunas veces, de recuerdos tan felices que me vuelven melancólico, espero hacerle honor a todos los sentimientos que me produce esta historia, a pesar de todas las veces en las que me he visto enfrentado a repetirla en mi mente, para evitar que se vaya lejos de mí algún momento vivido en esa piel que un día me perteneció.