II. La Invitación (Nyo!UkArg)

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Bloody hell...

La muchacha bufó por enésima vez en esa tarde, tomando el papelito entre sus dedos, haciendo un bollo y arrojándolo al cesto que ya desbordaba de ellos. Hundió la cabeza bajo su brazo apoyado en la mesa, tirándose las coletas frustrada.

Era la mejor de su clase de literatura, y la presentación era en dos días. Vendría otra institución desde Cambridge a medir la calidad de su contenido, y todas las expectativas estaban puestas en ella. Aún así... no podía dejar de pensar en él.

En ese tonto, tarado e idiota latino.

Golpeó la mesa con el puño sin fuerzas repetidas veces continuando con su ofuscación, y gruñendo contra la madera. Maldijo el momento en que fue al Starbucks, maldijo el hambre de comer un muffin; y más por quedarse aunque estaba lleno, y hacer la cola de espera. Mucho más por ser amable, y responder la duda de un turista que se había perdido en la ciudad; y cuyo único consuelo era haber ubicado un lugar para comer mientras volvía al hotel.

<<— Por favor, déjame invitarte ese latte>> le dijo en un inglés bueno, pero con acento <<—. Por haberte apiadado y ayudarme.>>

No lo había ayudado, realmente, sólo le confirmó lo que el GPS había dicho; tampoco era para hacer una gran jarana del asunto; y, sin embargo, el turista insistió con esa estúpida sonrisa; sus ojos de un verde que no pertenecía a su país, las manos grandes, la espalda ancha y...

>>— Aghh! What is happening to me!?— se jaló el pelo de nuevo, roja. Bufó tanto que finalmente levantó su rostro y quedó sobre la mesa, apoyada en sus brazos. Se acomodó sus lentes redondos, mirando hacia la nada en silencio.

Podría haber sido en cualquier otro momento, pero no; justo debía ocurrir en una instancia previa a una evaluación que podía significar la carrera de su vida, que era la escritura. Tenía que aparecer allí, donde jamás le había interesado los hombres, mujeres o algún ser homo sapiens-sapiens.

Miró de reojo su cuaderno floreado y con banderitas del Reino Unido; sobre todo el reborde de la hoja, con palabras que no era de su autoría.

¡Me salvaste el día! ¡Gracias, futura escritora! :)

Martín H. desde Buenos Aires, Argentina.

Tuvo que googlear las expresiones, pero le gustó saber la traducción. Y esa letra larga y elegante con mayúsculas tan notorias... letra tan diferente a la suya. Y más bella.

repasó las letras con los dedos distraídamente, concentrada.

"¿No me dejarás en paz, no?" Suspiró y tomó su teléfono, marcando el número con rapidez. "Un sólo mensaje. Para ser amable." se convencía, mientras tipeaba.

Hi, It's Alice, the girl in the Starbucks? This is my number.

"Meh. Puede que sea falso, así que cuando me lo confirme simplemente podré seguir con lo m-"

¡Hola Alice! Soy Martín, ¿viste que no te mentí? Es mi número real ;)

...

...

Fucking shit.

El Jardín de Eros - DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora