Capitulo siete

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Cuándo Hakkai llegó al lugar donde tenía su clase de inglés, aún se encontraba ruborizado además de un poco acelerado. Tomó aire y entró, se acomodo en su lugar, abrió los libros y espero a que la profesora llegará. Cuándo terminó esa clase fue a la siguiente y así continúo hasta que terminó su hora educativa, en la hora del almuerzo se estuvo escondiendo para evitar la presencia del el de cabellos lilas. Sabía que tenía que encarado en algún momento, compartían recámara.

Con pereza comenzó a caminar hacía su habitación.

— ¡Ey! Hakkai ¿Quieres venir con nosotros? Iremos a jugar videojuegos en mí recámara — Habló,un chico alto y de piel clara el cuál era un compañero de clase en física e inglés.

"Justo a tiempo" Sonrío agradecido, se acercó casi corriendo hacía su compañero para simplemente quedarse en silencio, el hecho de que se encontraba en ese lugar ya era una respuesta positiva.

El cristiano junto a otros tres chicos más fueron a una de las recámaras, ahí había un PS3 que era de uno de los estudiantes; compraron un poco de comida chatarra, refrescó y estuvieron echando chistes un buen rato. Sin darse cuenta se habían pasado las horas, en ese instante eran las once de la noche, ya habían superado por mucho el tiempo de visitas.

— Oigan chicos, si nos encuentran aquí a estas horas nos mataran — Mencionó uno.

— Tienes razón...no se ustedes, pero yo ya me retiro — Dijo, mientras se levantaba del suelo y agarraba sus pertenencias — Gracias por invitarme — Dijo para luego salir de la habitación. No había nadie por los pasillos, lo más rápido que pudo corrió hasta su recámara, con mucho cuidado abrió lentamente la puerta.

— ¡Uf! Gracias Dios — Suspiró agradecido al ver cómo Mitsuya se encontraba dormido en su cama.

Camino en punta de pié, en un torpe intento de no hacer ningún tipo de ruido, se acercó a su cama; cambió su ropa y se puso solo unos shorts para dormir, se acostó en la cama y se arropó.

"Fue un día un poco largó" Afirmó en su pensamientos, "Le gusto a Taka-chan" y así un pensamiento fugaz apareció, "¡Rayos! Deja de pensar en eso" se exigía,intentando conciliar el sueño, estaba pensando en situaciones que lo calmaran.

De repente, cuando estaba apunto de comenzar a caer dormido, algo hizo que se espabilada, las sábanas que lo estaban cubriendo fueron arrebatadas de un solo jalón y ahora estaba totalmente descubierto. Al abrir los ojos notó que en vez de tener las sábanas sobre su cuerpo, en su lugar estaba Mitsuya quien lo abrigaba, el de cabellos lilas estaba apoyado en sus rodillas y brazos, manteniendo la distancia entre su cuerpo y el del menor.

— ¿Que haces llegando a esta hora? — Le preguntó mirándolo fijamente.

— Eso no es de tu incumbencia — Gruñó en respuesta.

—¿Que hacías? — Volvió a preguntar — Tu nunca llegas tarde,siempre que llegó ya estás aquí — Frunció el entrecejo — Es la primera vez que llegue y la habitación estaba sola — Se escuchaba molestó.

— Siempre existe una primera vez — Respondió sin interés.

— ¿Estás intentando huir de mí? — Eso fue demasiado directo, era exactamente lo que Hakkai estaba haciendo pero no quiso responder. — ¡Respondeme! — Exigió.

— Estaba con unos amigos, no soy antisocial — Mantuvo su voz tranquila.

— Nunca sales con ellos...fue por lo de esta mañana ¿Cierto? — De repente, el mayor hablo con un tono de voz serio; hizo que su cuerpo temblará — No querías encararme —

— No, porque sabía que pasaría esto — Le gruñó, haciéndole frente al contrario.

— ¿Te gustó? — Bueno, eso fue demasiado directo para su gusto. — ¿Hakkai? —

— Yo...— Las palabras no salían de su boca, estaba nervioso a pesar de tener un carácter fuerte en ese momento lo perdía todo — ¿Cómo alguien como tu podría gustarme? — Dijo intentando parecer desinteresado.

— Se honesto — Mitsuya estaba comenzando a hablarle de una forma bastante cariñosa — ¿No sientes nada por tenerme así? — Le preguntó acercándose más al rostro ajeno — ¿No te dió un vuelo en el corazón al escucharme decir que me gustas? — Dejó de apoyarse sobre sus rodillas para terminar de recostarse sobre el cuerpo del menor, haciendo que ambas caderas se encontrarán, regalándole una extraña pero agradable sensación al cristiano — Se sinceró...¿No estás igual de nervioso que yo? — Hakkai seguía sin saber que responder,estaba fascinado con ese encuentro.

— No — Salió de repente de los labios del menor.

— Mentiroso — Sonrío el mayor, en un rápido movimiento tomo ambas muñecas ajenas y las tomo con fuerza con una sola mano — Un cristiano mentiroso se merece un castigó — Le enseñó una lujuriosa sonrisa.

La ruidosa habitación 513 [ Pausada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora