Hakkai al ver cómo el costurero no desistió decidió contarle.
— Bueno, cuando tenía siete años... — Comenzó a relatar lo que había sucedido ese día, Mitsuya por su parte únicamente podía abrir los ojos sorprendido y horrorizado por lo que estaba oyendo, al notar que el menor terminaba que contarle decidió desquitar su molestia.
— ¡Malditos desgraciados! Espero que se estén pudriendo en algún oscuro rincón en el infierno — Gritó furioso el mayor, que estaba impresionado por la historia del cristiano.
— ¡Taka-chan!— Lo regaño.
— Se lo merecen — Gruñó en respuesta, tenía el rostro sonrojado, se le notaba que estaba realmente molestó.
— No se puede hacer nada, son cosas del pasado y ahora estoy bien — Murmuró el Shiba menor mientras se abrazaba las piernas.
En ese momento el mayor dejo su molestia a un lado para poder concentrarse en el menor.
— Por eso te pusiste así anoche — Recordó, el cristiano asintió, reglamente no tenía idea de que decir en un momento como ese — ¿Quieres estar solo? — Le preguntó, quizás se sentía incómodo con su presencia, pero el menor negó con la cabeza.
— ¿Podrías faltar a clases hoy? Por favor — Suplicó con un hilo de voz.
— No tienes no que pedírmelo — Dijo el de cabellos lilas con un tono juguetón relajando un poco el ambiente, el menor río un poco, pero de nuevo volvió a recaer en su depresión.
Ninguno de los dos desayunó esa mañana, el menor solo por esa vez dejo que Mitsuya fuera cariñoso con él. Mientras Hakkai estaba costado de lado sobre su cama Mitsuya estaba sentado a su lado y de vez en cuando le acariciaba la cabeza.
Cuándo llegó el mediodía alguien tocó la puerta, el cristiano quiso levantarse de la cama para abrir, pero el costurero fue más rápido y abrió sin preguntar de quién se trataba. En eso una mujer entra sin pedir permiso a la recámara, vestía unos tacones de diez centímetros de alto, una mini falda y una camisa ajustada sin mangas.
— ¿Qué se te ofrece? — Pregunto sin demasiado interés el mayor que seguía a un lado de la puerta abierta.
La chica miró como Hakkai se encontraba sobre la cama con desprecio y luego volteo a ver a Mitsuya.
— Unas chicas me dijeron que no habías ido a clases hoy, así que quería saber que te pasaba y si necesitabas algo — Mencionó la pelirroja con un coqueto tono de voz.
— ¡Eh! Chica, desde aquí se te ve hasta el alma — Canturreo el moreno desde la cama, la pelirroja volteó indignada.
— Ya quisieras — Respondió a una propuesta nunca dicha haciéndose sentir la gran cosa.
— Ja — Se rio — No me lo pagarías ni aunque hicieras un baile erótico sobre mí — Se burló, pero aun así estaba serio al hablar. La chica se sonrojó e intento acercarse para continuar con aquella absurda discusión, pero Mitsuya la tomo de la cintura arrastrándola hasta afuera de la habitación.
— Hoy no tengo ganas, gracias — Le dijo cerrando la puerta en su cara. Después de eso, volteó para ver al menor con una ceja levantada — ¿En serio no se te pararía? — Preguntó incrédulo, el moreno se encogió de hombro y puso una clara expresión que decía "¿Cómo quieres que sepa?".
La extraña visita de la chica había logrado algo, romper por completo el silencio que se había formado y levantar un poco los ánimos del cristiano, por lo que se levantó de la cama para estirar su cuerpo.
— ¿Te sientes mejor? — Le preguntó el mayor, este solo asiente con la cabeza — Entonces...¿Podemos hablar? — Tenía demasiadas cosas que quería preguntar, pero no quería hacerlo hasta que el menor se sintiera mejor, pero este solo le indico que estaría dispuesto a hablar.
Mitsuya se acercó para sentarse a un costado.
— Adelanté — Le insistió.
— Me dijiste que no eras virgen... ¿Cómo hiciste las otras veces para no reaccionar así? — Pregunto un poco directo.
— Normalmente estoy con chico menor que yo, por lo que siempre fui él activó y no se sentía tan incómodo de esa manera — Mencionó restando importancia al asunto — Además no dejaba que me toquen tanto. —
Mitsuya aprovechó que el menor estaba respondiendo todas sus preguntas con sinceridad por lo que estuvo toda la tarde haciéndolas.
— ¿Terminaste? — Preguntó un poco agobiado el cristiano, después de responder todas las dudas del mayor.
— No — Dijo, el más alto suspiró y accedió a seguir contestando — ¿Puedo besarte? — Pregunta sin vergüenza.
— No — Respondió muy seguro, negándose a dejarse besar una vez más por el de cabellos lilas.
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La ruidosa habitación 513 [ Pausada ]
FanficHakkai a sus siete años de edad fue violado y quedo con un terrible trauma, luego de algunos años logró entrar a la universidad dónde se enteró que compartía habitación con un viejo amigo. ──────¤◎¤────── ⋙Créditos a la verdadera autora quién es Mis...