Se levantó temprano, tras dormir poco y mal. Habría intentado volverse a dormir, pero quería hablar con Sebastián antes de que se fuera a trabajar.
—¡Calle! ¿Cómo llamas a esta hora? —sonaba distraído, como siempre que tenía prisa, Odiaba la impuntualidad, tanto que llegaba demasiado pronto a todos sitios— ¿Ocurre algo? ¿Por qué no estás durmiendo?
—No pasa nada, Es sólo que hace un par de días que no hablo contigo —soltó un suspiro.
—Me preguntaba si te gustaría comer conmigo.
—Lo siento, cariño, ya he quedado. Es una comida de negocios, así que no puedo cancelarla.
—No, claro —volvió a suspirar.
—No importa, comeré algo en el Museo de Arte. Pensaba ir a ver la exposición Archibald esta mañana.
—Buena idea —a Sebastián no le interesaba el arte, ni siquiera las obras de Calle, pero emitía gruñidos de aprobación cuando ella le enseñaba un apunte o un retrato realizado en su clase de dibujo semanal; aunque siempre ignoraba los desnudos.
Sebastián tenía su propio hobby, la filatelia, y ella lo toleraba igual que él su arte. Estaba inmerso en el mundo de los sellos: asistía a reuniones y ferias filatellaicas regularmente y competía en exposiciones.
—Bueno, te veré el sábado —dijo ella Excepcionalmente, tenía el fin de semana libre.
—Mi madre quiere que empecemos a organizar las mesas para la recepción —torció el gesto, no era la mejor manera de pasar un día libre.
—Ejem... ¿no podéis hacerlo tu madre y tú? —aventuró Sebastián.
— ¿O tus padres solos?
—¿No te importa dónde se sienten tus amigos y familiares? ¿Ni con quién?
—No... en realidad no. Me fío de ti, cariño —dijo ella con voz cálida. Demasiado cálida.
—Y me fío de tus padres.
—¿Pensabas hacer otra cosa el sábado? —pregunto Calle, sospechando que le ocultaba algo.
—¿O que saliéramos juntos? —De repente comprendió.
—¡Ya lo sé! —exclamó, con voz juguetona—. Al final has decidido hacer despedida de soltero y quieres dormir todo el día para prepararte.
—¡No! —negó enfático.
—Nada de despedidas de soltero. No son más que una excusa para beber —Sebastián odiaba emborracharse, perder el control y ser objeto de bromas.
Ella le había sugerido que la celebrara tranquilamente en casa, con sus mejores amigos, pero también se negó, por si la fiesta se le iba de las manos.
—Calle... verás... —hizo una pausa.
—Cariño, ¿te importaría mucho que pasara el fin de semana fuera? —prosiguió atropelladamente.
—Me han invitado a una feria filatellaica en Kansas, quieren que sea uno de los jueces —su voz se tiñó de orgullo.
—Es la primera vez que me lo piden; sé que no debería ir, con la boda tan cerca, pero... —calló, esperando su aprobación, y ella no lo decepcionó.
—Claro que debes ir. ¡Es un gran honor ser uno de los jueces, Sebastián! —exclamó Calle, preguntándose cuándo había pensado decírselo: ¿de camino al aeropuerto? Pero eso era injusto, seguro que lo había decidido la noche anterior y pensaba llamarla esa mañana, Sebastián nunca era irresponsable, ella, en cambio, a veces se olvidaba de decirle dónde iba a estar o qué iba a hacer.
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Entre Tus Brazos
FanfictionArgumento: Cuando Daniela Calle estaba a punto de casarse con un hombre que sería el marido ideal, María José Garzón reapareció en su vida; un Mujer que decididamente, no lo sería. De hecho, era la peor enemiga de su familia y ya la había traiciona...