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El cuerpo de Gun cayó en la cama, mientras el mío se posiciona encima del suyo. Ambos nos miramos por un lapso muy corto antes de que nuestros labios volvieran a encontrarse. Estuvimos más de cinco minutos besándonos en el auto de mi padre, hasta que él sonrió y asintió. Me dijo que quería hacerlo y que no importaba si lo hacíamos ahí mismo o en un salón de la escuela, todo sería especial para él siempre y cuando fuera yo. No hubo mejor respuesta que la suya y tampoco creo que haya alguien que pueda decirme algo parecido y hacer latir mi corazón de la manera en la que él lo hizo.

Mis brazos se posicionaron a cada lado de su rostro, mientras mis ojos permanecían cerrados y mis labios saboreaba los suyos. Estábamos demasiado sumidos en lo nuestro que poco importaba las rosas rojas que había mandando a lanzar a la cama. Gun tenía razón, no importaba el lugar o la manera en la que teníamos sexo, solo importaba que fuéramos nosotros, que estuviéramos a disposición del otro para que esta ocasión sea especial.

Sonreímos como tontos cuando nos separamos y él no tardó en desatar mi corbata y lanzarla lejos, comenzando de esa forma a desabotonar mi camisa. Yo quería hacer lo mismo, quería admirarlo sin ropa, pero mis manos estaban temblando y tenía tanto miedo de hacer algo mal, que dejé que él se encargara de mis prendas.

No quería quedar como un completo idiota en este ámbito, por lo que mis labios tocaron su piel y comenzaron a succionar. Yo sabía lo que esta acción ocasionaba, pero no me detuve por nada del mundo, ni siquiera cuando de sus labios comenzaron a salir quejidos o incluso, cuando me encontré sin camisa y muy pronto, sin pantalón, pues las manos de Gun eran muy escurridizas y ya estaban terminando de desnudarme.

— Hagamos esto juntos, Off... — murmuró al detener sus manos inquietas. — Yo también estoy nervioso, pero te juro que estoy tratando de hacerlo bien... por ti, por nosotros.

Jamás alguien me había tratado con el cariño y tampoco me había brindado la confianza que él me brindó en ese momento. Quise decirle muchas cosas a Gun, quise expresar mis sentimientos de mil formas, pero lo único que llegué a hacer, fue soltar algunas lágrimas, que fueron limpiadas por Gun.

— Te amo. — dijo él con mucha seguridad y aunque mi voz tembló un poco, le correspondí.

— Yo también te amo, Gun... — mis labios temblaron y aunque sabía que estaba haciendo mal al llorar en medio de esta situación, no le detuve, no hasta que Gun besó mis labios y calmó mi llanto.

Fue en ese momento que me dije mentalmente que nunca cambiaría a Gun por nada, ni nadie en este mundo. Él era el correcto, el indicado, la persona que se llevaría mi corazón y que lo cuidaría, aunque no se lo pidiera.

Luego de aquello comencé a sonreír como nunca lo había hecho. Sonreí cuando mis pantalones estuvieron tirados en alguna parte de la habitación y cuando comencé a desabotonar la camisa de Gun.

Fuimos algo torpes al principio, pues a pesar de decir que lo haríamos juntos, nuestras manos comenzaron a temblar y nuestros labios parecían haber olvidado la manera de besar.

Todo se nos hizo difícil al principio, creo a cualquiera se le hace difícil, al principio, cada cosa que aprende, pero con el pasar de los minutos, logramos besarnos con ternura, pasión... con deseo.

El cuerpo de Gun era hermoso por donde lo vieras y aunque él trató de cubrirse al principio, luego fue el que buscó más contacto. Mis manos sujetaron las de él cuando mis labios descendieron por su cuello, hasta llegar a su pecho y comenzar a jugar con sus pezones.

Jamás olvidaré los gemidos que soltó en medio de cada mordida, beso, caricia... en medio de todo.

Mis manos siempre estuvieron sujetas a la suyas y solo se separaron cuando me coloque la protección.

Sabía que a él le iba a doler, que tenía que prepararlo e incluso, yo tenía que prepararme mentalmente para dar este gran paso en nuestra relación. Para algunos, tener relaciones sexuales es como comer una manzana, que al acabar de saciarte puedes botarla y si se te provoca, seguir comiendo y, por tanto, botando, sin embargo, para mí, tener sexo era como... como... ni siquiera puedo explicarlo con palabras, porque el sexo no es algo que haría con la primera chica que se me cruza en el camino o en este caso, con el primer chico bonito que vea por la calle.

Pueden decirme lo que quieran, desde anticuado, hasta mojigato, pero prefería mil veces esperar cien años para tener sexo con la persona indicada, que tener sexo con la primera persona que encuentre en mi camino.

— Solo hazlo... — me dijo él, entregándome de nuevo la confianza que necesitaba.

Sonreí de nuevo y besé su frente antes de entrar.

Solo alcancé a meter la mitad cuando me di cuenta de la mueca de dolor plasmada en el rostro de Gun. A él le dolía y me sentía tan culpable de hacerlo sufrir de esa manera, pero cuando pensaba retirarme y tal vez, acabar con esto, él me lo impidió. Se abrazó a mí, incluso sus piernas rodearon mi cintura, y me susurró que lo estaba haciendo bien.

— Te amo demasiado Gun. — le dije sin temblores o penas, mientras mis labios se perdían en la delicia de los suyos.

No sé por cuántos segundos estuvimos fundidos en un beso, solo sé que, al separarnos, él me insistió en seguir.

Fueron muchos los minutos que tuve que esperar a que él se acostumbrara, pero juro que todo valió la pena cuando comencé a embestir su frágil y pequeño cuerpo.

Ambos disfrutamos de la sensación placentera que nos brindaba esta nueva experiencia y no es que yo leyera la mente de Gun o hablara simplemente porque en verdad yo estaba disfrutándolo, sino porque las expresiones de mi novio decían muchas cosas y entre ellas, no había dolor que expresar.

Nuestros labios se encontraron nuevamente cuando me encontraba cerca de llegar y tal vez fue la emoción del momento o yo qué sé, pero empuje muy fuerte dentro suyo y un gemido de dolor salió de sus labios. Pensé que le había hecho daño, pero al escucharlo pedir más solo atiné a obedecerle y cumplir cada petición suya.

Nos corrimos al mismo tiempo, él manchó mi abdomen y yo eyaculé dentro suyo sin problema alguno, pues la protección estaba de por medio.

Nos separamos luego de recuperar el aliento y aunque nuestros rostros expresaran cansancio, también expresaban felicidad. Después de otros dos minutos, máximo, tres, nos miramos y sonreímos con complicidad antes de fundirnos en un abrazo lleno de caricias, que nos mantuvieron despiertos.

[♥]

Cuando era pequeño siempre pensaba que despertaría al lado de la persona que amara y que aquello sucedería después del matrimonio, sin embargo, jamás pasó por mente que me encontraría con Gun, la persona que en verdad amo, durmiendo en mi pecho a mis 18, casi 19 años.

Sonrió como un bobo y dejo un beso en su cabeza, para luego alejarme con mucha delicadeza, pues no quería despertarlo. Sabía, de antemano, que él estaría cansado y adolorido, por lo que prefería acomodar todo nuestro desorden y buscar su ropa por el suelo para dejarla a su alcance.

Tuve que quitarme el condón al entrar al cuarto de baño y darme una ducha, pues mi cuerpo se encontraba sudado y exhausto. Al salir, me coloqué el traje de anoche y me dediqué a buscar la ropa de mi tierno novio, que aún no se levantaba, pero que por la media sonrisa que mantenía en su rostro, me daba a entender que lo de anoche no estuvo tan mal.

Tomo sus pantalones y siento vibrar el bolsillo delantero de este. Rápidamente sacó el celular de Gun y contestó al ver que se trata de Tay.

— Pensé que la resaca te mantendría dormido hasta las once de la mañana. — le digo en un tono burlón.

— ¡Eres un maldito! ¿Dónde está mi hijo? — maldigo en voz baja al reconocer la voz de mi "suegro" y no tardó en asustarme. — Estás en serios problemas, Jumpol, no creas que me quedaré de brazos cruzados mientras tienes a mi hijo en quién sabe don...

No dejo terminar al padre de Gun, pues corto la llamada y apago el teléfono de mi novio.

— Estoy perdido. — susurro con temor, mirando en esta ocasión el rostro angelical de mi pareja.

Estaba seguro de que esto pasaría y aunque ayer no estaba tan temeroso de lo que podría suceder hoy, ahora sí lo estaba.

El señor Atthaphan me mataría.

Pequeño ✿ OffGunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora