No sé en qué momento fue, pero las piernas de Gun estaban alrededor de mi cadera. Yo las sujetaba con fuerza para que no cayera y sus labios se movían con parsimonia sobre los míos. Me gustaba la sensación que nos invadía en aquel momento. Solo éramos él y yo, ambos disfrutando del ajeno y alejados de la realidad. Sin embargo, todo lo bueno tiene su final y así como sus labios se juntaron a los míos, de la misma forma se separaron.
Gun me miró, yo también, nuestros rostros estaban demasiado cerca y sus mejillas estaban rojas al igual que sus labios. Para mí, verlo de esa manera era un privilegio que no quería concederle a nadie más.
— Lo siento... — susurró, aflojando el agarre de sus manos sobre mis hombros. — Y-yo no debí hacerlo. Fue un impulso, te juro que no es lo que crees. — comenzó a dar explicaciones que la verdad no me importaba. Lo había besado, tocado sus labios y sentido algo maravilloso que nunca logré sentir con alguna otra persona.
— Me gustas... — susurré, reafirmando el agarre en sus piernas al ver que él quería bajar. Él detuvo cualquier movimiento y me miró con el asombro plasmado en su rostro. — Sí. Me gustas, Gun... — dije, por último, esperando que reaccionara o algo así.
— Bájame, Off. — musitó, su voz ronca... firme me dio a entender que algo estaba mal.
Solté sus piernas y él logró bajar. Tomó su mochila en manos y trató de irse, en verdad trató de irse después de haberle confesado lo que sentía por él.
— ¡Oye! — sujeté su brazo, impidiendo que se alejase de mí. Gun se detuvo, pero no precisamente por voluntad propia. — No te puedes ir de esa manera, Gun.
— ¡Ya déjame! — gritó, tomándome de sorpresa, pues no pensé que se enojaría por confesarme. — ¡Esto es injusto!... ¿Acaso planeaste esto con mi hermano? ¿Acaso ibas a besarme y luego al día siguiente comenzar a reírte junto a Tay por lo que ingenuo que fui? — parecía que quería llorar y no era para menos, todo lo que él decía a cualquiera le podía lastimar. Sin embargo, yo no era de esos idiotas.
Rápidamente me acerqué y tomé su rostro en mis manos.
— Me gustas, Gun. Tay no ha planeado nada, al contrario, él me ha dado su aprobación y... y solo faltas tú. — relamí mis labios, mirando su rostro y él teniendo que alzarlo para mirarme a mí.
— ¿No es una broma? — susurró, como teniendo miedo de que le diga que sí.
Negué y sonreí, acercándome lo suficiente para volver a saborear de sus labios. Él me correspondió. Claro que fue algo difícil el juntar nuestros labios, en especial si él no estaba dos gradas arriba que yo, sin embargo, lo logramos. Tuve que agacharme un poco y solo al abrir los ojos y separarme pude notar que Gun estaba de puntitas. Sonreímos como unos tontos, pero no dijimos nada. Nuestras miradas, sonrisas y alguno que otro beso que nos entregamos eran los que hablaban por nosotros.
Llegué con una sonrisa boba en el rostro. Tanit como siempre comenzó a molestarme, pero en esta noche no existía nada que pudiera arruinar mi felicidad, ni siquiera mi hermana mayor.
[♥]
Tuve que levantarme temprano, tomar desayuno lo más rápido posible y estar a tiempo en la casa de Gun. Nuevamente huimos de su madre y no podía sentirme más feliz al estar sujetando su mano mientras corríamos por las calles, hasta llegar a la parada de autobuses. Fue la mañana más linda e hiperactiva que alguna vez pude tener.
En clase, nuevamente nos sentamos juntos y no sólo compartimos la carpeta, sino también sonrisas que no pasaban desapercibidas por nadie o así lo sentía yo.
En la hora del almuerzo, Tay me llamó para sentarme con él y los chicos de basket, pero decidí rechazar su invitación y continuar riendo junto a Gun. En esta ocasión fue mi turno de narrar anécdotas o de contar algún chiste tonto que lo hiciera reír y a mí no me importaba ser su payaso con tal de verlo sonreír de la manera en la cual lo estaba haciendo en ese momento.
[♥]
Caminamos de regreso a su casa con las manos juntas. Algunas personas nos veían sorprendidas y ya suponía el porqué, sin embargo, Gun, al parecer, no prestó atención a las personas de su alrededor, solo a nosotros dos.
— Hasta mañana. — no quería soltar su mano, tampoco alejarme, pero ya habíamos llegado a su casa y mis palabras ya habían definido nuestra despedida.
Gun, sin embargo, no se movió de donde se encontraba, mucho menos soltó mi mano. Para estos momentos, creía saber qué es lo que quería de mi parte, pero no podía darle un beso de despedida, menos en la puerta de su casa, donde su padre podría salir en cualquier momento y descubrirnos.
— M-me tengo que ir... — volví a insistir.
Gun sonrió, casi comenzó a reír y tomando de mi camisa, me besó. Él nuevamente estaba de puntitas y no podía evitar que mis ojos se cerraran por inercia y correspondieran su beso.
Nuestros labios se movieron al compás, mis manos fueron a su cintura, sujetándolo con firmeza y disfrutando principalmente de ese contacto tan íntimo que teníamos, a pesar de llamarnos amigos.
Nunca había sentido una atracción inmediata por alguien y tampoco besado a alguien sin haber tenido citas oficiales, sin embargo, ahí me encontraba, besando a un chico que apenas conocía unas semanas, con el cual no había tenido nada más que salida de amigos. Tal vez mis padres estarían muy decepcionados de mí, en especial por no haber dicho que me interesaba alguien o que las salidas que siempre tenía los sábados no eran precisamente con un amigo, sino con un chico a quien quería más de lo que llegué a pensar. Lo más probable es que Tanit se ría de mí y que algunas personas no entiendan nuestra relación, pero estaba dispuesto a todo por Gun y no precisamente por el hecho de que besara bien.
— ¡Gun Atthaphan! —y el grito grave, muy ronco para pertenecer a un chico de nuestra edad, se hizo escuchar. Gun de inmediato de separó, casi alejó, y yo sabía que estaba en problemas.
El señor Atthaphan me miraba con odio, casi con ganas de asesinarme y Gun parecía un poco menos asustado que yo, tal vez porque se trataba de su padre, sin embargo, eso no lo salvaría del posible castigo que le impondrán por estar besándose conmigo.
No emití ni siquiera un suspiro. Ya estaba demasiado asustado con todo lo que estaba pasando.
— Gun, entra. — dijo, no obstante, su mirada seguía en mí. — ¡Y tú! ¡Tú...
— Es mi novio. — soltó de repente mi pequeño ¿Amigo?
Miré a Gun de inmediato y él sonrió.
— Es mi novio, papá. No hay nada de malo en besarnos, eso hacen las parejas. — tal vez él creía que con esas palabras evitaría que su padre me matara, pero yo no. Al contrario, creo que estaba empeorando aún más la situación. — Nos vemos mañana, Off. — la sonrisa de Gun era grande. Él parecía más feliz de lo que yo estaba.
— Mañana te quiero en la cena. A las ocho en punto. — el padre de Gun volvió a hablar, esta vez con más seriedad que antes.
Estaba en problemas, me dije, sin embargo, el beso que Gun dejó en mi mejilla, antes de entrar a su casa junto a su padre, solo me hizo sentir en el cielo y olvidarme de todos esos problemas que comenzarían a agobiar mi cabeza cuando el efecto Gun terminara.
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Pequeño ✿ OffGun
Fiksi Penggemar➤ Donde un Gun de 1.50m es la felicidad completa de un Off de 1.90m ✔Esta es una adaptación, todos los créditos son para @Dhayanavhope 🌈