Capítulo 14

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Que inesperada es la vida. Siempre eh sabido que aun lo amo, que por más que lo niego el sigue en mi corazón. No hace falta nada más que verlo para hacer que mi mente y corazón entren en un colapso de emociones. Son tantas que siento que moriré en cualquier momento. Sabía que el estaba presente. Lo vi de lejos. Intenté pasar desapercibida para el. Creí que sí estando apartada el dejaría de lado ese tonto tema de buscar a su amor juvenil.
Su mirada era tan penetrante que aún siento que estremezco con solo recordarla. Parezco una colegiala inexperta.

Mi corazón late muy deprisa con solo recordar lo bien que se sintió su abrazo. Yo quería más. Quería abrazarlo tan fuerte y no dejarlo ir hasta que me dijera el porqué no lucho por sus sueño. Aunque la respuesta ya la se, quiero que el me la diga de frente.

Justo ahora estoy en la azotea del edificio. Me escape tan pronto como vi que todos se marchaban a dormir. Necesito aclarar mi mente y mi corazón. Ahora que el esta de nuevo en mi vida se que nada volverá a ser igual. 

Hasta hace poco el mismo Seshomaru me lo dijo; Aún no estas lista para verlo. Antes sentía eso pero ahora que ya lo tuve de frente, me doy cuenta que estoy lista. Siempre lo estuve. Solo me estaba dando evasivas por temor a mi reacción.
Pensándolo bien no estuvo tan mal. Me lo imaginaba más caótico, o simplemente yo salir corriendo en cuanto lo tuviera de frente.

La madrugada de hoy, esta muy tranquila. Como si el ambiente adivinara el hecho de que justo en estos momentos lo que necesito es paz. Recargada en el baranda miro de reojo hacia abajo. Solo unas cuantas personas son las que caminan a estas horas de la noche. Lo demás son vehículos de aquí para allá.

Estoy cansada pero no siento un ápice de querer dormir. Suelto un suspiro de placer al sentir la brisa del aire chocar contra mi rostro. Es de verdad reconfortante encontrar un lugar en silencio, en una ciudad donde lo que más perdura es el ruido.

El sonido de la puerta me hace entender que alguien viene. Como la oscuridad es algo que predomina el lugar me siento en alerta. El sonido que las pisadas hacen acto de presencia en el lugar.
A pesar de estar sola no tengo miedo. Si algo aprendí en mi carrera fue tomar clases de defensa personal. No es como si yo tuviera mucha fuerza pero al menos se que no se la dejaría fácil.

.- ¿Tomando aire fresco?.

¡De nuevo esa voz!. ¡¿Que hace el aquí?!. El me toma por sorpresa.

.-No sabia que te hospedabas aquí. - Le digo sinceramente sin dejar de mirar la ciudad. Ahora que se que el es quien está aquí, ya no me siento alerta. Me siento bastante mente tranquila.

.- Yo lo descubrí hace unas horas cuando te estaba yendo a la gala. - Dice. Ahora entiendo de quien era la otra limusina. ¿Como no lo vi venir?. A ya se, tal vez porque han pasado ya 8 años, sin verlo o tener algún tipo de contacto con el. Puedo decir que desconozco completamente al Inuyasha que se encuentra atrás de mi.
No hace falta mirar atrás para saber que el me está mirando.

.- Ah pasado bastante tiempo. - Le digo.

.- ¿Que son 8 años?. - Dice restándole importancia al hecho de que son 8 años. Su comentario solo me hace cabrear. Menudo cabron.

.- Lo siento. -  Digo para girar a verle la cara. - Tal vez para ti no sea nada pero para mi si. - El frunce el ceño en una clara señal de disgusto.

.-¿ Quién dijo que para mi no sea nada Kagome?. No pongas palabras en mi boca. -  Su ceño se suaviza desarmandome por completo. El se ve tan apuesto en esa ropa de dormir.

.- Olvidalo Inuyasha. - Le resto importancia al tema y comienzo a caminar hasta quedar aun lado de el. - Eso fue hace tiempo como para recordarlo. - Por último le digo. Retomo mi caminar hasta llegar a la puerta de salida de emergencia.

Estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora