Capítulo 29

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.- ¿Estas lista?.- Asentí despacio. Estaría lista en cualquier parte del mundo si era con el.

Nuestra estadía en Isla Contoy había terminado, debíamos regresar a los Angeles. Inuyasha tenia que estar en una reunión importante un día antes de año nuevo, así que debíamos regresar.

Desde nuestra velada sentía que algo había cambiado en mi, me sentía otra, me sentía renovada y sobre todo sentía que había  vuelto a renacer, tambien habia experimentado muchas nuevas sensaciones, todo de la mano del hombre que amaba. Recordar sus caricias, sus besos y el momento glorioso en el que terminamos juntos me hacía entrar en calor. Los cosquilleos me recorrían por completo y mis manos picaban, ansiaban tocar más allá de lo que debería.

Mis piernas comenzaron a temblar en señal de nerviosismo. Inuyasha me miró extrañado por mi comportamiento.

.-¿Cariño estas bien?.-Su tono era preocupado.

.-Eh, claro que si, ¿porque?.- Pregunte. Su voz era tan magnífica que no pude evitar el escalofrío en mi cuerpo.

.- Pervertida.- Murmuró. Mi rostro se puso caliente. El lo sabía. Se estaba haciendo el loco.

.- ¡Claro que no!.- Negué mirando a la ventana del avión.

.- Kagome.- Me llamo. Lo mire de vuelta y ahí estaba, tenía una sonrisa socarrona que pronto se volvió muy sensual.- Ven conmigo.- Dijo tomando mi mano. Esta vez si estábamos viajando en un avión privado.

.-¿Quieren algo de beber?.-Pregunto la azafata que literalmente acaba de entrar y nos vio marchar al cubículo que tenía una recamara.

.- Una botella de vino rosado porfavor, déjalo cerca de la mesa.- Órdeno Inuyasha y sentí que algo en mi se encendía. Cuando dijo eso enseguida cerró la puerta con seguro.- Pervertida.

.-Mira quien lo dice.- Respondí. Me había sentado en la orilla de la cama. El termino de cerrar y se acercó a mí de una manera muy sensual mientras comenzaba a quitarse la camisa. -¡Pervertido!.

.- ¿Como si no te gustará?.- Respondió burlon mientras me levantaba y me daba un beso para quitarme la ropa.

Me quitaba la ropa mientras me daba de besos, eran tan deliciosos sus labios que sentía rozar las nubes con cada beso. Cuando ya estábamos desnudos me cargo en sus brazos y subió a la cama sin dejarme caer. Era bastante fuerte Inuyasha. Se sentó en medio de la cama y me sentó con las piernas en vueltas en su caderas. La posición hacía rozar nuestras intimidades. Ambos soltamos un suspiro al primer rose. Mis brazos se encontraban sobre sus hombros y las manos de él acariciaban mi cintura, estaba dejando un rastro de besos por uno de mis hombros hasta llegar a mi mandíbula. Empecé a soltar pequeños suspiros mientras me dejaba ser suya. Di un brinco cuando su mano tomó mi seno para acariciarlo. Me dio un beso y bajo hasta mi otro seno dónde de inmediato se llevó a la boca dando pequeños mordiscos a mi ya erectó pezón. Mi vista se nubló en placer y quise callar un gemido con una mordida en el hombro de el.
Lo escuche gruñir en mi pecho hasta que la mano que sujetaba mi seno se deslizó hasta mi femineidad donde la acaricio con suavidad y lentitud. Eran tan delicioso pero ala vez torturante, mi cuerpo comenzaba a pedir más.

Como si el leyera mi mente deslizó uno de sus dedos dentro de mi, donde lo hizo entrar y salir despacio. Los gemidos salían de mi boca sin control, el estaba disfrutando de verme perder el control, y claro yo también lo estaba disfrutando.

.-Te he dicho lo hermosa que te vez cuando te hago mía .- No sabia si me lo preguntaba o me lo afirmaba, sentía que pronto llegaría al orgasmo. Mis músculos estaban tensos y exigían liberación, el no tardo en aumentar un su velocidad al entrar y salir con sus dedos. - Cuando te vengas di que eres mía.- Ordeno y note el intenso brillo de sus ojos. Era realmente cautivador.

Estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora