Capítulo 27

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Nadar, bucear, bailar, cenas románticas. Inuyasha no bromeaba cuando dijo que haríamos un montón de cosas juntos. Durante un tiempo creí que probablemente Inuyasha seguiría siendo el mismo de antes, pero no es así, el se ha vuelto más maduro. Incluso más que yo.

Estos días han sido maravillosos, hemos tenido de todo un poco.

Han sido días bastante movidos. Después de bailar, al día siguiente fuimos a andar en tirolesa.
Aún recuerdo el rostro de Inuyasha todo asustado cuando me vio lanzarme sin miedo alguno, realmente había sido muy divertido.

Hemos tenido cenas románticas y paseos nocturnos por la orilla de la playa.

Pero Inuyasha no había querido tocarme desde ese día en la regadera, era frustrante porque el me tentada de todas maneras posibles. Cada que sacaba el tema el lo evadia. Tenía sus motivos y tal vez debería dejar de presionarlo.

Veíamos una película en la televisión. Inuyasha se encontraba sentado y yo estaba acurrucada sobre el.  Sentía sus manos darme suaves caricias en el cabello y cada que lo miraba me daba un beso. Mi corazón estaba feliz, ya habíamos pasado por mucho dolor cuando nos separamos, por eso ahora que estábamos juntos estaba decidida a valorar y disfrutar cada momento con el. Sabía que hoy estábamos juntos pero, ambos teníamos nuestros trabajos y era posible que entrando en año nuevo, cada uno empezaría a ocuparse y abría un poco de menos tiempo juntos.

Tenía una gira por Brasil después de las festividades de año nuevo e Inuyasha también pero el era en Europa. Lo malo es que no íbamos a vernos dentro de un mes. Pero después de eso tendríamos que ocuparnos de nuevas canciones y futuras grabaciones.

Me dolía pensar en que nos distanciariamos un tiempo, pero era parte de nuestro trabajo de nuestros sueños. Algo de lo que estaba feliz, el lo estaba logrando.

.- ¿Tienes hambre?.- Pregunto Inuyasha sacándome de mis pensamientos.

.- No.

.- Pequeña mentirosa.- Dijo dándome un beso en la nariz.- Tu estómago acaba de rugir.- Sonreí avergonzada, no lo había escuchado, pero justo ahora hacia otra vez un ruido.

.- Puedes.- Me baje de sus piernas y lo vi levantarse. - ¿Quieres sushi?.

.- Claro.- Lo vi tomar el teléfono de la cabaña.

Lo deje un momento y fui a mis cosas, tenía un regalo para el que había querido darle desde que llegamos, pero el me mantenía siempre distraída. Saque la cajita roja de mi maleta.

.- ¿Kagome?.- Escuche detrás de mi sacándome un susto.

.- ¡Santo dios!.- Exclame mientras tocaba mi pecho. Había soltado la cajita.

.- Perdón.- Se disculpo, mientras corría a levantar la cajita.- ¿Un regalo?.-Pregunto curioso mientras me la entregaba de vuelta.

.- Si, había querido dártela desde Navidad, pero hemos estados ocupados que la había olvidado.- Dije revisando que estuviera bien. La Extendí y el la tomo en sus manos.

.- No hace falta que me des regalos, contigo me basta.- Dijo abrazándome.

.- Tu me das regalos, porque yo no debería.

.-Gracias bonita.- Me soltó y lo vi abrir la caja.- ¡Una estrella fugaz!.- Exclamo feliz. La tomo entre sus manos.- Es perfecta.- Se la puso de inmediato.- Ahora la usaré siempre, sera mi estrella de la suerte.

.- Me alegra que te allá gustado.- Le tomé la mano para salir al comedor de nuevo.

.- Viéndola bien me recuerda a ti.- Dijo mientras la miraba entre sus manos.

Estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora