CAPÍTULO 16

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¿Quién es ella?...¿cuál es este sentimiento de darlo todo y regalarle mi vida a esa mujer?¿por qué sigo pensando que la conozco de alguna parte, pero mi ignorancia la desconoce? Su aura es la viva atracción del bien y del mal, de la tentación y deseo. Me sacia la necesidad de cuidarla, tomar su pálida piel y ponerla en un altar en donde nadie la toque, lo claro es su aura que sale de ella, oscura y el resplandor a la vez.

Verla en esa camilla es el peor sentimiento que cualquier persona puede tener, nadie desearía tener a una persona en la camilla luchando por su vida, no se lo desearía a nadie. No soporto la idea de tener que ver a esa persona que te pertenece acostada con una bolsa de suero, ver como el color de su piel rosada se torna pálido y ver como cada dia adelgaza.

《Via...》

*¿De donde salio ese apodo?*

-¿Qué debería hacer contigo, eh? -Apoyado en la pared de la puerta de la habitación hospitalaria de Livia, mirando hacia su dirección.

-Sr Damián, un momento por favor -entra el doctor al cuarto captando la atención de Damián -Ya hicimos las pruebas médicas y lo que presenta la señorita Livia es riesgo de daño cerebral y pérdida de memoria por el estado de shock. ¿Sabe si esto le ha ocurrido antes? -dice entrecerrando los ojos por su duda.

-Entiendo, gracias y no, no lo sabía -dice sin aliento mirando hacia donde duerme Livia -¿Se va a recuperar? -pregunta en busca de buenas respuestas.

-Entiendo su preocupación, pero como médico debe de ver algo más allá de ella, esto no es algo nuevo y por lo tanto si sigue así puede que llegue a estar en coma, pero es una joven muy fuerte -dice el doctor revisando el gotero de suero -Haré todo lo posible, con permiso. -dijo saliendo.

-Se que no podrás, ella es diferente...-dice pasando su mano por su cabello hacia atrás -Que se supone que tengo que hacer...

Saco una manilla de mi bolsillo que tiene una perla de cristal, por lo que sabré donde se encuentra la persona y si está en riesgo. Me acerco a Livia y agarro su delicada mano, le pongo la manilla cuidadoso sin hacerle daño, bajo su mano en la cama esperando que la perla se active a su aura. Mediado unos minutos, al fin enciende, pero su luz titila débil, me quiere decir que la estoy perdiendo, su corazón es débil y debo hacer algo.

Me enderezo y salgo de la habitación en busca de sus padres que por cierto son los adoptivos de Livia, pero ella no lo sabe, no recuerda nada, ni su niñez y ni su vida pasada, ¿Qué pasó para que olvidara todo? No entiendo.

Antes de entrar a la sala de espera me detengo a observar a los padres de Livia, empezando por su madre, una señora sin expresión, sin preocupación ¿No le importa su hija? Sus facciones no me dan buena espina.
-Buenas noches, ¿cómo la han pasado, sr y sra Miller? -Me acerco a ellos sin prisa
saludando sereno, pero sintiendo la sensación del mal ambiente.

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