Mía quiere salir.
Mía.
18 de Diciembre de 2018.
Casi siempre tengo ideas muy buenas. Geniales, diría yo.
Pero hoy tuve una idea terrible y eso me llevó a que pasara las últimas dos horas de mi vida alisándome el cabello.
Y no solo eso, tuve que bañarme, maquillarme y vestir bonito solo para salir en una noche en la que pude quedarme mirando alguna película o simplemente durmiendo.
Pero es algo necesario, mi mente me está jugando sucio.
Quiero salir a un bar y encontrar a un chico con el cual entretenerme un rato, para ser más exactos.
Desde que se fue, no dejo de extrañar a Luis. Y me pesa admitirlo, pero lo más entretenido que he hecho ha sido hablar con él por mensajes. Tampoco he parado de pensar en la noche que estuvimos juntos y eso causa cosas raras en mí.
Pero por eso debo de conocer más chicos. Le debo de agradecer a Luis que despertó algo en mí y tal vez ahora pueda convivir más con otras personas o incluso pueda disfrutar ahora mi sexualidad.
Así que estoy segura de que si encuentro a un chico que me guste, me quitaré toda esta incomodidad que siento. Si paso tiempo con alguien más podré dejar de extrañar a Luis.
Estaba terminando de acomodar mi cabello cuando mi celular sonó sobre mi mesa de noche. Era una llamada justamente de él.
—¿Bueno?
—Hola, ¿qué haces?
Veamos, ¿tengo que mentirle o tengo que decirle la verdad?
Aunque no tendría por que darle explicaciones.
—Termino de arreglarme, ¿por qué?
—Bueno, estaba aburrido y no sabía si tu también. Entonces, ¿saldrás?
—Sí. Iré al bar donde trabaja Lia.
Es ridículo ir sabiendo que Lia no está, pero conozco a los que trabajan con ella así que si algo pasa puedo encontrar a alguien conocido.
—¿Sola?
—Sí... tengo ganas de salir.
—Está bien, solo cuídate.
—Lo haré.
Estaba a punto de rendirme y quedarme mejor hablando con él en vez de salir. Pero por esa misma razón ahora debo de buscar entretenerme en otra cosa.
—Entonces hablaremos mañana, diviértete. Y si necesitas algo, puedes llamarme.
—Gracias.
Colgué antes de que me arrepintiera.
Terminé de arreglarme, tomé mis cosas y salí por la ventana. Tomé un taxi hasta allá ya que no me apetecía caminar y minutos después llegué al lugar.
Fui directamente a la barra y me senté observando el lugar.
—Hoy no está Lia para que tengas tragos gratis—Alan, el bartender y jefe de Lia, se acercó.
—Hoy si pagaré.
—¿Vienes sola?
—Así es. Vine a buscar chicos.
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El Tercer Idiota
HumorTodos conocemos a idiotas, yo conozco tres. Ya conocemos al primero, hablamos del segundo y hoy entenderemos al tercer idiota... El tercero es Luis, siempre busca seguir adelante, no le gusta fijarse en el antes; ya no sabe que hacer y tal vez lo m...