Capitulo 27.

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Luis quiere ser desinteresado.

11 de Junio de 2019.

No sé desde cuando empezó a cambiar la manera en que Mía y yo nos comportamos, porque últimamente ya no es tan reacia al contacto físico y a solas nos llegamos a comportar como una pareja empalagosa. Hablamos todo el tiempo y varias veces a la semana uno se queda en casa del otro para dormir.

No quiero dar las cosas por hecho, pero para mí, siento que estamos en una relación. La verdad es que no había sentido esto por nadie y esto para nada es como mis relaciones anteriores, y por eso no quiero presionarla con una etiqueta o algo así. Pero entro en pánico cada vez que ella actúa un poco diferente conmigo. Como ahora, que se la ha pasado callada y nerviosa desde que llegamos a una cafetería que esta algo lejos de donde vivimos ambos.

Porque sí, no lo hemos hablado pero creo que el anonimato entre nosotros sigue siendo la mejor opción.

Estaba muy ansioso por su actitud así que después de una conversación corta decidí enfrentar las cosas.

—¿Qué pasa?

—Nada—dijo mirando a todos lados.

—Te conozco.

Trató de evitar mi mirada un rato más y luego suspiró.

—Es solo que estoy estresada con los exámenes finales y aún no se nada de la tonta lista de espera.

Ambos estamos en exámenes y proyectos finales. Nos la pasamos estudiando juntos también, pero hoy decidimos salir a desestresarnos un poco. De hecho iremos a ver si puedo comprar un carro lo cual me tiene emocionado.

—¿Segura que es solo eso?

—No.

—¿Entonces?

—Mi papá sale de vacaciones en unos días—dijo jugando con sus manos—. Y eso significa que estará casi todo el tiempo en casa por un mes. Entonces no podré salir porque tendría que mentir mucho y menos podría escabullirme en la noche porque al no estar cansado por el trabajo, tiene el sueño más ligero y podría descubrirme.

—Ya veo. Pero de seguro podrás hacer muchas cosas entretenidas en casa.

—Claro, como en una cárcel.

No entendía porque se preocupaba tanto por eso, si se aburre puede ir a nuestra casa y.... Ah, ya entendí.

No iba a poder verla tan seguido como estas últimas semanas, bueno, ni yo ni nadie.

—¿Estás triste porque ya no nos vamos a poder ver tan seguido?

Intenté bromear con eso para que se sintiera mejor pero ella desvió la mirada y supe que esa era la razón de su comportamiento. Me levanté de mi lugar para sentarme junto a ella.

—Encontraremos una forma de vernos, Mía. Y si es muy riesgoso podemos hablar por teléfono, solo será un mes.

—Lo sé, es solo que estoy muy sentimental y esa basura hormonal.

—Claro, fingiremos que es eso y no porque ya me estás empezando a extrañar.

—Ja, quisieras.

Sé que no debería de alegrarme por cosas así, pero es que últimamente ha sido muy abierta con sus emociones y eso me alegra mucho, confía en mí y yo siempre he confiado en ella.

—Pero aprovechemos estos días que aún puedes salir, ¿va?

—Vale—me sonrió pero luego se sonrojó—. ¿En uno de esos días podemos ir a comprar un vestido?

El Tercer IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora