Mía tiene suerte.
Mía.
19 de Noviembre de 2018.
Una alarma de un teléfono estaba sonando, pero no era el mío ni el de Lia y el sonido se escuchaba bastante cerca.
Abrí los ojos y supe que no estaba en la habitación de Lia, rápidamente traté de ver donde estaba el teléfono que sonaba y parecía que estaba debajo de la almohada. Me estiré para alcanzarlo y apagar el sonido.
Me senté sobre la cama y recordé que después de fumar me había acostado y me quedé dormida. Cuando bebo de más me da por caer dormida en cualquier lado, no es algo seguro y por eso solo ingiero alcohol cuando sé que me quedaré en un lugar de confianza, solo que no contaba con que se me antojaría fumar y me quedaría dormida en la habitación de Luis.
Me gustaría decir que es la primera vez que pasa, pero no es así.
Otras veces cuando ha habido fiestas en esta casa y me he pasado de copas, venía a fumar cuando sabía que él no estaba y también me acostaba en su cama y me quedaba dormida. Solo que siempre me despertaba a las pocas horas de hacerlo y me marchaba antes de que alguien lo notara. He corrido con suerte.
Observé a Luis quien estaba acostado boca abajo y tenía la cobija hasta donde empezaban sus orejas. No me esperaba que se quedara en la misma cama pero al menos no me sentiré culpable de adueñarme de la misma.
Me levanté sin hacer tanto ruido para no despertarlo y salí de la habitación cuidando que nadie me viera. A paso lento regresé a la habitación de Lia y entré, ella seguía dormida y era una suerte que tuviera el sueño pesado.
Me acosté porque quería dormir más, pero sentía que había descansado muy bien, me parece raro porque dormir en una cama que no es la mía no siempre es lo más cómodo pero ni siquiera noté la diferencia. Tal vez fue el alcohol.
Esperé al menos una hora a que Lia despertara para fingir que yo aún no lo había hecho. Ella se levantó y se llevó media cobija con ella a lo que yo me quejé y le gruñí.
—Levántate, engendro del diablo.
—No quiero.
—Vamos a desayunar.
—Si quiero.
Me levanté también y me hice una coleta en lo que Lia iba y regresaba del baño. Una vez juntas bajamos al comedor de su casa donde Luis, sus hermanos y sus padres estaban tomando el desayuno.
No me avergonzaba bajar en pijama cuando ya casi era medio día, he pasado tanto tiempo aquí que ya casi nada me da pena. Es un alivio que también tenga mi propia pijama y todo eso.
Lia comenzó a preparar dos cafés cargados en lo que yo asaltaba su refrigerador para prepararnos sándwiches, luego de preparar el desayuno nos sentamos con todos ellos y mientras mi amiga platicaba con sus tíos yo trataba de no mirar a Luis.
Una parte de mí se avergonzaba por irrumpir en su habitación en plena madrugada, pero él no se enojó y me recibió bien entonces no debería sentirme mal por invadir su espacio... y sus horas de sueño... y una pequeña proporción de su cama.
—¿Me acompañas hoy a buscar ropa?—me preguntó Lia, no había notado que ya nadie más conversaba.
—No puedo. Mis padres me llevarán a ver universidades.
—Aburrido.
—¿Y cuándo irás tu a ver universidades, Lia Ruíz?—dijo su tía, Brenda; en tono de reproche.
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El Tercer Idiota
MizahTodos conocemos a idiotas, yo conozco tres. Ya conocemos al primero, hablamos del segundo y hoy entenderemos al tercer idiota... El tercero es Luis, siempre busca seguir adelante, no le gusta fijarse en el antes; ya no sabe que hacer y tal vez lo m...