Fargan era el más apartado de todos. Y cómo no serlo? si a unos cuántos metros de distancia se desarrollaba la antesala que conectaba con la más desagradable de sus suposiciones.
Cruzado de brazos contemplaba a cierto grupo en concreto, conformado por Auron, Cristinini, Dess y Focus. Esparcidos por los alrededores de la iglesia se hallaban el resto de sus vecinos y algunos "invitados" del conflictivo pueblo tres.
No le supuso ninguna novedad atisbar al niño prodigio hablando animadamente con Karchez, ubicados -o más bien acaramelados- en una de las bancas, probablemente ajenos al desastre que estaba por avecinarse y ante el cual tampoco podían hacer mucho. Al igual que los demás, serían meros espectadores de cómo la persona que amaba se comprometía con otro, con un híbrido que ahora mismo parecía reflejar desconcierto y felicidad entremezclados.
Bueno, cómo no estarlo?... si su futuro esposo sería el mismísimo Focus.
Fargan se preguntó por décima vez qué demonios hacía él ahí, siendo el lado amargado de la audiencia en contemplar los aparentes preparativos para dicha celebración, cruzado de brazos y alternando la vista continuamente entre el cuervo y el lobo. Sentía crisparse cada que los pillaba intercambiando miradas, o cómo éste último se las dedicaba de forma discreta; ante ello, expresaba un poco de curiosidad acerca de qué podría estar pasando por la cabeza de Dess en ese momento.
Porque claro, él también era más que consciente de la presencia del búho a la lejanía, ignorándolo deliberadamente porque sabía de sobra con lo que se encontraría.
─Por qué no le das su regalo de boda anticipado?─Ocho tomó asiento a su lado, obteniendo una mirada cuanto menos hostil por el chistecito─. Un obsequio explosivo para Dess no estaría mal, digo.
Fargan relajó su expresión, sonriendo casi para sí e imaginando mil formas de hacer que el lobo explotara en centenares de trocitos. Pero no. Por desgracia, la felicidad de Focus estaba en juego, y cargarse a su mejor amigo no parecía ser la mejor de las ideas. Por ello acabó encogiéndose de hombros, como si la sugerencia de quien también era su hijo no le entusiasmara del todo.
─Por ahora me limito a observar... ya que, al final, es lo único que puedo hacer─respondió en cambio, con tintes de lamento pintando cada letra─. Como el hijo ejemplar que eres, deberás estar ahí para Focus cuando te necesite─hizo una pequeña pero dolorosa pausa, sin resignarse todavía a esos posibles escenarios en donde él quedaba completamente desligado de la familia─ tendrás a una nueva mamá, o bueno... a otro Macho que ocupe mi lugar.
─En relación a Dess, estoy igual que tú─por supuesto que Ocho no estaba de acuerdo. Las imágenes que él proyectaba en su mente no le gustaban en lo absoluto─. No es un mal tipo, mas no lo conozco de nada y lo único que sé es lo que papá me ha contado sobre él. Además, Macho siempre serás tú. Nadie nunca te podrá reemplazar.
Fargan apreció sus palabras, sonriéndole con orgullo y agradecimiento combinados, en especial porque Ocho estaba de su lado y se podía hacer una idea sin necesidad de detalles sobre cómo se sentía con toda esta situación.
─En ese caso, nunca lo olvides.
Su ánimo pareció renovarse un poco, creyendo por un instante que quizás no todo estará verdaderamente perdido...
─Hijo de puta, devuélveme eso!─una voz cabreada interrumpió el momento familiar, volteando Macho e hijo hacia la dirección de donde ésta venía, vislumbrando rápidamente a Juanito corriendo detrás de un dichoso Zorman, portando un objeto de desconocida índole entre sus manos.
─Allá van esos dos otra vez─Ocho resopló, reclinándose en el asiento─. Se nota la tensión sexual a kilómetros, de verdad... por qué no lo resuelven de una vez?
ESTÁS LEYENDO
Retroceso | Farcus
FanfictionFargan ya había tenido que viajar en el tiempo una vez con el decisivo objetivo de proteger el pueblo de Karmaland de un destructivo y devastador meteorito. Ahora, y en una actualidad que difiere bastante de esa época -y especialmente en ciertos asp...