Han pasado tres años desde la última vez que se supo de los Sayler, los mismos que fueron derrumbados por una sola persona. Kylee "Cooke" Sorní, una becada junto a su mellizo en la universidad que tanto tiempo estuvo administrando el padre de dicha...
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Me senté el la parte del piloto del auto mientras que Alessandro lo hizo a mi lado, él se abrochó el cinturón en silencio en lo que yo encendía el auto sin dejar de mirar por donde se había alejado Karter y su novia.
— Creía que sería peor, pero aun así salió mal. —Comentó el pelinegro mirando hacia el mismo lugar que yo.
— Tenemos que pensar en alguien más.
— ¿Lohan?
— Son exnovios, no creo ella que quiera verlo en mucho tiempo.
Aceleré para salir del paqueó y conducir de vuelta a casa, intentaba pensar en alguien más, pero no recordaba en absoluto. Entre el circulo de amigos solo estaba Amaya, Lohan y Karter, maldita asocial.
— Debe haber alguien más, al parecer ninguno de ellos dos sabían del desmayo que tuvo en el departamento de enfermería, ¿con quién la dejaste cuando-...? —Frené de golpe cuando me vino a la mente la persona que se había referido Alessandro—. ¡Dannazione! ¡¿Acaso se te olvidó conducir?!
— Conley.
— ¿Qué?
— Conley. Conley ahora es muy amiga de Cooke, ¿no? —Él me miró como si hablaba en arameo y yo bufé—. La rubia que siempre está con Kylee.
— ¿Se llama Conley? Suena a cereal. Ella tiene más cara de Teresa o algo así.
— Como sea.
Giré en la próxima esquina sin importarme que el semáforo estaba en rojo y continué la ruta.
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