Capitulo 07

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¿Podemos hablar?

Narra At.

¿Cuándo sabes que es el final de todo el viaje?

Cuando bajé del automóvil, ignoré a Phi Korn y Fiat que intentaban distraerme de mi mal humor. No quería seguirles el juego. No necesito que se compadezcan de mí. Tampoco quiero herirlos. Últimamente mi humor es lo peor. Y cuando menos me lo espero, le grito a cualquier pobre alma que estuviera cerca de mí.

-Cariño ¿vas a comer?- mamá me preguntó.

Me detuve a mitad de las escaleras, giré para verla y negué con la cabeza. Luego seguí mi camino hasta la habitación, solo para arrojarme a la cama. No me importó si tiré con demasiada fuerza la bolsa o si los zapatos se perdieron entre la ropa que dejé tirada en el suelo.

¿Por qué no podía contener este miedo bajo control?

Estaba asustado. Es ridículo. Había sido yo quien le pidió a Phi Thorn hablar hoy, pero por algún motivo no quería hacerlo. Tenía miedo. Miedo de oír que aceptara todas las acusaciones y se riera de mí por confiar en él.

-Nong ¿Estás bien?

Levanté mi cara de la almohada para mirar a la persona de bonita voz.

-Phi Sunan- saludé antes de volver a mi intento de ahogarme.

Escuché como Phi camina hacia la cama de mi gemelo. Se detuvo frente a mí y se sentó.

-¿Qué sucede? Dile a Phi.

-Soy un idiota- susurré yo.

Me levanté enojado. Me senté en la cama con rapidez con mis piernas cruzadas como niño de Kinder.- ¿Crees que es infantil confiar en las personas que crees conocer, pero que no conoces?

-¿Estamos hablando de Thorn?

Asentí despacio.

-Personalmente no lo conozco.- Dijo Phi, inclinándose un poco hacia adelante. Su codo derecho se apoyó en su pierna. Y descansó la mejilla sobre la palma de la mano.- Pero lo que me dicho tu hermano, es que parece haberle dolido la golpiza de un millón de compañeros sexuales.

-...

-Lo que quiero decir es... A simple vista me hace recordar a mi yo juvenil- Phi sonrió, ladeando el rostro débilmente como si recordara algo.- Buena apariencia, con muchas personas a su disposición y listo para romper corazones. Pero también tiene la mirada de Korn a los quince: sus ojos brillan... como cuando tu hermano me veía pasar por los pasillos y sus ojos pasaban de indiferentes a cálidos.

-¿Phi realmente tenía otros ojos que no sean indiferentes?

Sunan ríe. Su risa es muy bonita. Es suave y cálida. Elegante y agradable.

-¡Lo sé!- Sonríe con picardía, acercándose más a mí para susurrar.- Es casi imposible haber imaginado que una gran piedra tuviera sentimientos, pero mira a tu hermano.

-Phi Korn es un dolor de cabeza- me quejé -¿Cómo duraron tanto tiempo juntos? Eres tan...

-¿Brillante? ¿Hermoso? ¿Único e incomparable?- me interrumpe Phi.

-Dulce- digo yo.

-¿Dulce yo?- preguntó Phi, señalándose con el dedo.- Nong, puedo ser todo menos dulce.

-Phi es dulce- insistí.

-Phi es malo- murmura. Vuelve a su posición original en silencio.- Ese es el motivo. Cuando iba a secundaria, me gustaba jugar con las personas. No quería tener solo a uno, los quería a todos... Y tu hermano lo sabía. Pero nada de lo que yo hacía, lograba alejarlo. Fue el único capaz de ver todas mis facetas sin abandonarme. Sin importar lo cruel y grosero que fuera. Nunca me pidió cambiar ¿Y sabes por qué?

Para mi chico malvado (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora