Para mi chico malvado (español)

Capitulo 10

El ex no es importante

Narra At.

-Nong At, siéntate aquí.

-No, no, siéntate aquí.

-¡Puedes sentarte aquí!

Sonreí amablemente a los superiores de Phi Thorn. Tres de ellos se quedaron conmigo en lo que Thorn hablaba con su profesora sobre algún proyecto que no escuché, siendo honesto no entendía el vocabulario de los chicos de Ingeniería. Su manera de hablar era... demasiado.

-Phi...- llamé a los mayores con una pequeña risa. Me incliné más hacia adelante. Puse los codos sobre la fría madera, y sostuve mi cabeza entre mis manos. -¿Están coqueteando conmigo?

-¡No! Claro que no- dijo el primero.

-Oho, ¿cómo podríamos coquetear con Nong At?

-Estamos siendo amables con Nong.

Idiotas.

Tartamudean las excusas, rascándose los brazos del nerviosismo. Es un poco divertido jugar con los mayores, son amables y no se toman a mal mis bromas, por muy malas que fueran. Quizás si fueran mis amigos, me habrían golpeado en la cabeza, pero no lo son. Y parecen aturdidos por una simple cara bonita ¿Por qué no aprovechar, entonces?

-Phi ¿Me pueden comprar un refresco de manzana? No traje dinero hoy.- pedí fingiendo ser lamentable, con la mirada baja y juntando los labios aplastados.

-¡Yo lo compraré!

-¡No, yo lo haré!

-¡Compraré varios refrescos para Nong!

Los superiores corrieron a la cafetería entre empujones. Luchan para ver quién es el primero en llegar. Solo ruedo los ojos por lo ridículos que pueden llegar a ser las personas. Tengo el mal presentimiento de que traerán demasiado... ¿mi vejiga es lo suficientemente fuerte para beber tantos? Lo dudo mucho.

Pero antes de que pueda seguir pensando... Un suave beso es dejado en mi mejilla y unas grandes manos sostienen mi cintura desde atrás. El aliento cálido al hablar golpea mi piel, erizándola.

-Lamento la demora, cariño.

-¡Phi malo!- lo regañé. Golpeé a Phi Thorn en la mejilla sin fuerza.- ¿Qué piensas que haces en publico?

-Ow, ¿no puedo besar a mi novio?

Phi Thorn se sentó a un lado mío. Tan descuidado. Su cabello está completamente despeinado. Me incliné hacia Phi para arreglar su desastre.

-¿Quién es tu novio, simio idiota?

-¿No lo eres tú?

Negué con la cabeza.

-Soy tu esposo.

-¿No soy yo el esposo?

-Phi, ambos somos hombres, aquí no hay lugar para una esposa.

Phi Thorn estaba a punto de abrir los labios y responder. Pero ahora sé bien cómo callarlo a la perfección: Un simple beso es suficiente para mantenerlo callado y obediente durante horas completas. Es como un hechizo poderoso de Harry Potter donde el enemigo se rinde a tus pies.

Lo comprendí a las malas. Cuando empecé a venir a ver a Thorn todos los días, se puso más protector de lo normal porque a veces no llevaba mi uniforme escolar, eso hacía que más personas se acercaran a mí por algún motivo. Tuve que encontrar una solución para mantenerlo calmado cuando las personas vinieran a hablar con nosotros.

De repente, nuestra relación es de dominio público.

-Por cierto...

Ring ring.