Mary. [ BILLY HARGROVE ]

xxv. CAPÍTULO VEINTIDOS

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El viernes llegó más rápido de lo que Mary pensó que sería. Siempre pensó que no importaba lo emocionada que estuviera por algo, el tiempo parecía moverse más lento. Pero esta vez, el tiempo se estaba moviendo como siempre lo había hecho. Llevaba un vestido azul claro con hombros descubiertos que le llegaba justo por encima de la rodilla. Billy le dijo que se pusiera algo bonito, así que eligió su vestido de fiesta que nunca se puso.

Los golpes en la puerta de su casa hicieron que Mary mirara hacia allí rápidamente. Podía oír el clic de la cerradura cuando su madre abrió la puerta. Se miró en el espejo de nuevo, el corazón latiendo contra su pecho. Quería tener este sentimiento nervioso pero excitado cada vez que Billy venía a recogerla, y hasta ahora había regresado cada vez.

"¡Mary, Billy está aquí!" La Sra. Henderson llamó desde la sala de estar. Mary agarró su abrigo de la silla y se lo subió por los brazos. Se miró a sí misma una vez más antes de girarse y caminar hacia su sala de estar. Dio la vuelta a la esquina y vio a Billy de pie con pantalones beige y una camisa blanca con una corbata azul claro.

"Wow", exhaló Billy. Sus ojos miraron a Mary de arriba abajo varias veces antes de que sus ojos se encontraran. "Te ves increíble." Mary se sonrojó ante sus palabras mientras caminaba hacia él.

"Gracias. Tú tampoco te ves tan mal", dijo Mary, con una sonrisa formándose en su rostro.

"Oh, sois adorables. ¿Puedo tomar algunas fotos?" preguntó la Sra. Henderson, agarrando su cámara de la mesa de café.

"Mamá", Mary se enfureció, mirando a sus pies avergonzada.

"No, está bien. Podemos tomar algunas fotos", dijo Billy con una amplia sonrisa. Mary puso los ojos en blanco, pero él colocó su brazo alrededor de su cintura de todos modos. Miraron a la mamá de Mary, quien levantó su cámara.

"¡Uno, dos y tres!" Ella tomó la foto, agarrando la foto Polaroid de la parte superior. "Oh, sois adorables".

"¿Podemos tomar otra? Quiero llevarme uno a casa", dijo Billy, mirando a Mary. Ella frunció el ceño confundida, el brazo de Billy encontró su camino alrededor de su cintura otra vez. Justo cuando la Sra. Henderson tomó la foto, Billy le dio un beso en la mejilla a Mary. Ella lo miró mientras le dirigía una sonrisa, besando su mejilla nuevamente.

"Aquí tienes, Billy. Es perfecta", dijo la Sra. Henderson, Billy tomó la foto de sus manos. Lo metió en un bolsillo interior de su chaqueta, luego entrelazó sus dedos con los de Mary.

"¿Lista?" preguntó. Ella solo asintió en respuesta, los dos comenzaron a caminar hacia la puerta.

"¡Recuerda tu hora de toque de queda!" Llamó la señora Henderson.

"¡Doce de la noche!" Mary volvió a llamar, Billy mascullando junto con ella. "¡Te veo luego! ¡Adiós!" Los dos salieron de la casa, Billy corrió hacia el coche y le abrió la puerta. "Ah, qué caballero. Me pregunto a dónde vamos".