Nightmare

1

Felix regresaba de nueva cuenta a su casa estando empapado de pies a cabeza.

El acoso en su escuela cada día estaba peor; al menos, esta vez habían usado agua limpia, tomada directamente de la manguera con la que regaban los jardines, en otra ocasión habían usado la de los inodoros usados de los baños que no funcionaban.

Ciertamente él no era la única víctima, pero era uno con los que más se ensañaban debido a su apariencia casi rosando lo femenino, si no fuera por su profunda voz -y porque en una ocasión lo desnudaron hasta dejarlo solo en ropa interior- la gente creería que era una chica de cabello corto que se reusaba a usar el uniforme que le tocaba.

No tenía a nadie a quien pedirle ayuda, su madre era prostituta y drogadicta, vivía en uno de los barrios más peligrosos de su provincia, la única persona que lo quería-su padre- había muerto por culpa de un accidente de auto provocando que su madre se casara con el primer idiota que le facilito dinero para sus drogas y su único amigo se había suicidado el mes pasado debido a que sus padres no aceptaron que era homosexual.

Felix le había rogado que no dijera nada, pero el chico nunca había podido mentirles a sus padres y cuando se los dijo estos lo repudiaron horrible al punto en el que su mejor amigo se mató, él mismo sabía que si se llegaban a enterar de su propia orientación sexual todo sería peor, así que lo único que podía hacer era resistir, aguantar y después correr.

Al llegar al frente de su casa revisó por las ventanas, al parecer no había nadie-gracias al cielo- por lo que se permitió entrar sin tener miedo.

Si su madre estaba en la casa tocaban gritos y golpes solo porque-y según la loca de su madre- él era más bonito que ella, si estaba su padrastro-sobrio, porque borracho era aún peor- era acoso seguro por "maricon" -Felix nunca había dado señales de serlo, aunque lo fuera, no era estúpido, pero el hecho de ser bastante femenino a ojos del mundo le daban automáticamente el título de maricon- golpes, insultos y humillaciones, si estaban los dos juntos todo era un caos.

Agradecía que justo hoy no estuvieran, así podría respirar tranquilo.

Caminó a su habitación, tomó sus cosas y se dio un baño rápido para no resfriarse, no podía confiar en estar solo mucho tiempo, si lo atrapaban en la ducha no sabía lo que eran capaces de hacerle, en especial su padrastro, el tipo tenía un gusto por golpearlo y humillarlo, reducirlo al llanto con palabras crueles y golpes constantes con lo que tuviera a la mano, pero estando borracho era peor, mil veces peor porque -aunque solo pasó una vez- el hombre lo forzó a ponerse de rodillas y le golpeó el rostro con su erección, si no fuera porque su madre llegó en ese momento gritando furiosa por su necesidad de drogas, quien sabe hasta punto habría llegado.

El definitivamente no quería saberlo.

Se secó y vistió dentro del baño para luego limpiar cualquier rastro de agua con un trapo y exprimirlo por la ventana, escondió sus cosas en su armario y terminó por esconderse bajo su cama, ese era su método de defensa, si "no estaba en la casa" no podían hacerle nada, por eso, apenas llegaba de la escuela a las 5 de la tarde, se escondía bajo su cama, no movía absolutamente nada de la casa para no delatar su presencia, a las 7 llegaba su madre solo para tomar una ducha, una siesta, drogarse, arreglarse y salir de nuevo a trabajar para perderse en quien sabe dónde hasta las 7 de la tarde del otro día, pero en ese intervalo llegaba su padrastro también de "trabajar"-vender drogas y quien sabe que cosas más- por eso de las 8 o 9, si había sido un buen día podría llegar incluso hasta las 10 de la noche pero no más que eso, a veces solo se saludaban-si ambos estaban sobrios- y después se iban, a veces peleaban y hablaban de Felix, a veces su madre ni siquiera se paraba por la casa por lo que su padrastro se emborrachaba hasta el culo e iba a buscarlo a su habitación para... honestamente ni siquiera sabía para que, le daba miedo averiguarlo y no quería hacerlo, pero como apenas y podía moverse no se esmeraba en buscarlo bien, si no lo veía a la vista -véase en la cama o en el escritorio-se iba de ahí.