2

401 53 5
                                    

Felix estaba dormitando en el asiento de su escuela, la clase de literatura estaba durmiéndolo ya que el profesor leía un libro aburridísimo y que ni siquiera sabía de qué trataba, habían pasado 2 semanas desde que su padrastro había hablado explícitamente sobre querer follarlo por lo que ahora ya ni siquiera podía tomar esa siesta que regularmente tomaba antes de irse a la escuela, el tipo ya no se emborrachaba tan seguido como para darse esas libertades.

Probablemente ese era el único momento de paz que Felix tenía en la escuela, las clases, ningún idiota por muy matón que fuera se arriesgaría a hacerle algo con un profesor en el aula, así que el rubio se podía permitir dormitar, aunque sea un poco en la clase, su asiento era de los últimos así que el profesor no tenía modo de ver si estaba poniéndole atención o no.

Para cuando el timbre sonó, Felix abrió los ojos y guardó sus cosas mientras veía como todos sus compañeros comenzaban a salir rápidamente al receso, hoy había una nueva promo en la cafetería y al parecer era muy buena, si bien si tenía dinero para comprar algo en la escuela -pues por mucho que su madre lo odiara le dejaba dinero en sus pocos momentos de lucidez en su habitación- no valía la pena arriesgarse a salir y que le hicieran algo.

Así que esperó a que todos se fueran y solo así corrió rápidamente hasta el otro salón donde tenía que tomar clases.

Curiosamente nadie interrumpió su camino, nadie lo siguió, es más, nadie lo notó, lo cual era muy extraño, pero aprovechó para encerrarse en el salón y dormir un poco, tenía demasiado sueño. Nadie lo interrumpió, Felix de verdad pudo dormir los 40 minutos de receso que les daban sin miedo a que algo le pasara, él no sabía porque era, pero estaba agradecido de que así fuera.

Él ni siquiera era consciente de esa aura pesada y obscura que lo había estado rodeando desde la mañana que salió de su casa y que aparentemente estaba manteniendo a todos alejados, volviéndolo invisible por un día al menos para descansar un poco porque definitivamente no había dormido bien en días.

Y así fue el resto de clases, aunque se privó a si mismo de salir de las aulas en los recesos y dormitar en clases para evitar peligros, pudo recuperar un poco de sueño.

Nadie lo molestó tampoco a la hora de la salida y eso sí que lo desconcertó pues esa era la hora en la que el acoso se volvía peor, pero no, caminó con miedo, eso sí, pero nadie lo jaló para acorralarlo, nadie lo hizo tropezar y nadie le dijo nada.

El corrió hasta su casa sintiéndose confundido pero aliviado.

Aunque el alivio le duró poco, el auto estaba estacionado, lo que quería decir que su padrastro está ahí, probablemente esperando el momento en que él llegara de la escuela para hacerle algo.

No podía entrar, al menos no por la puerta principal.

Corrió de nuevo lejos de la casa por si en realidad su padrastro no estaba dentro sino afuera espiando, se perdió en las calles hasta encontrar ese atajo que hace muchos años su padre le había mostrado, por detrás de los edificios y cruzando los jardines podía volver.

Así fue como logró dar con su casa de nuevo pero esta vez del lado contrario y sin que nadie lo viera, la ventana de su cuarto siempre estaba sin seguro por si en algún momento debía de huir, así que quitó el mosquitero con el mayor cuidado posible para no hacer ruido y se asomó por la ventana, su cuarto estaba vacío -gracias al cielo-.

Abrió de a poco la ventana, movimientos suaves combinados con el viento hasta que logró una apertura lo suficiente grande como para pasar, cuando estuvo dentro, colocó el mosquitero y cerró con mucho cuidado también.

Se quedó quieto sobre su cama, escuchando atentamente el entorno.

Estaba solo en casa, probablemente su padrastro si estaba esperando verlo desde fuera.

NightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora