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Jungkook sentía que en cualquier momento tendría a alguien derribándolo como gladiador

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Jungkook sentía que en cualquier momento tendría a alguien derribándolo como gladiador.

Toda la tarde hasta la noche, Jungkook se había mantenido en la sala junto con Lisa, con el pretexto de que era únicamente con el fin de respetar la presencia de su padre en casa. Pues estaba seguro que entre los planes de la castaña estaba encerrarlo en su habitación y hacer cosas que a él le costaban hacer con ella.

La triste realidad es que era que estando en la sala y cerca de la cocina, iba a tener la oportunidad de ver a su lindo suegro por si llegaba a bajar en cualquier momento. Claro, fracasando en el intento.

Pues aun se mantuvo firme en su lugar digno de cualquier bandera coreana, su bello suegro no hizo aparición.

Dejándolo con una profunda decepción.

En la noche, después de una sencilla cena hecha por su novia, se resignó a la idea de verlo en su bonita y seductora pijama.

—Lisa—. Su novia le miro, por sobre su hombro— ¿No piensas llevarle un poco de ramen a tu padre? No a bajado para nada.

La castaña bufó, virando los ojos, ganándose un gruñido mudo de Jungkook.

—Tienes razón, elige una película, mientras le llevo algo al viejo—. Le dio un beso a Jungkook, quien luego que la chica desapareciera lo froto intentando borrarlo por completo.

Con la palabra "viejo" taladrando su ser, Hoseok era un adulto, cierto, más grande que ellos, pero no era viejo, aparte con sus treinta y cinco años, Hoseok se conversaba estupendamente. De hecho mucho mejor que muchos de sus compañeros de la universidad.

Hoseok era atento a el, el baile que era su profesión lo mantenía con un cuerpo precioso, claro, su estrecha cintura y sus algo anchas caderas se debían a sus anteriores dos partos, pero eso solo lo hacia mas precioso.

Su figura tenia medidas exactas, era perfecto, así sin lucir totalmente femenino.

Pues estaba marcado como cualquier hombre delgado lo estaría, sus músculos perfectos sin llegar a ser muy masculinos.

Solo perfecto.

Entre platicas había escuchado a sus amigos y compañeros decir que Hoseok era como el vino, mientras más viejo, más bueno.

Les dio la razón, obviamente, luego de darles la paliza de su vida.

Mentiría si no viese cuantas miradas robaba cuando iba por Lisa a la universidad.

Hoseok era atractivo y su carisma lo hacia digno ladrón de miradas.

Jungkook se entretuvo buscando que podrían ver en Netflix, pero simplemente estaba tan desinteresado que no les prestaba realmente atención por lo que al azar puso una serie.

Esperando que cargara no pudo evitar lanzar un bostezo, revisando la hora en su celular.

9:37pm

Junghope_ 🚫MI DELICIOSO SUEGRO🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora