Johnny está algo desesperado por salir del lugar, el sudor empapa su frente y el sonido de los motores despierta algo en él que comienza a subir como un cosquilleo sobre su garganta.
Como puede, corre a buscar un baño antes de, literalmente, lanzar todo su desayuno contra el piso. Es media noche y lo único que se ha podido llevar a la boca fue un asqueroso café de la tienda de conveniencia de la esquina y, para su infortunio, ya está en el suelo. Las manos le tiemblan, algo no está bien por completo, pero en momentos como ese, ser un vago es lo que menos favorece su salud mental, esa misma que tiñe sus botas con un olor repugnante.
—Hey, hey. ¿Cómo te sientes?
—La moto está hecha un maldito desastre, Yuta. Mi mamá va a cortarme la cabeza apenas se entere.
Y ese, en realidad, es un problema disfrazando a otro, el menor de todos los que tiene.
Lo que importa es que la cantidad de billetes que Johnny ha ganado no resulta ser suficiente como para reponer el dinero que ha pedido prestado a lo largo de quién sabe cuántos meses. Es una cuestión de orgullo y satisfacción propia hasta cierto grado. El dinero es la motivación ante todo, lo que hace el dinero es lo más relevante desde siempre, no obstante, según sus propios principios, es el cómo se gana lo que lo hace más satisfactorio.
La vida no es fácil siendo un abogado mediocre y teniendo una madre a la que mantener, junto a un hermano menor. Así que lo clandestino no es para nada algo serio dentro de todos sus problemas. Se juega la vida en cada competencia y el problema no es morir, si no cuánto llegará a la cuenta del banco con el que está endeudado hasta el cuello, ya que cada quincena el dinero se escurre como el agua entre sus dedos, no basta para alimentar a tres personas y un gato que odia, pero que únicamente mantiene para que su hermano no se sienta tan solo.
Se remueve el cabello intentando procesar lo sucedido. Ahora tiene que reparar su motocicleta y el pecho le arde en señal de gastritis o alguna mierda así.
—Te ves pálido, yo creo que deberías descansar un poco. —Le indica Taeyong en un tono sutil y amable antes de ayudarlo a reponerse y apartarlo del bullicioso escenario que es la pista.
Es obvio, Johnny Suh, el mejor competidor de la noche acaba de ganar otra vez, pero apenas ha pasado la línea de meta su máquina se ha estampado contra una de las barreras de protección mal hechas de la pista, pero nadie celebra por más de un minuto su victoria estropeada, y él no quiere que eso suceda para su fortuna. La fama en esa zona es igual de maldita que un huracán, gigante y sólo trae caos consigo.
Además, son las tres de la madrugada y Johnny no se ha percatado de que tiene una fisura en la cabeza que no deja de sangrar, nada funciona de forma adecuada, el ruido es silencioso y cada segundo que transcurre se siente como un siglo, todo lo que sabe es que está rodeado por montones de personas a las que les importa un comino su salud (a excepción de sus mejores amigos) y que quiere regresar a casa por su cuenta incluso si sus miembros se entumecen a causa de cada revuelco que da su estomago.
—Estoy bien, Yong.
—Vamos, te llevaré a casa, parece que vas a morir en cualquier momento. —Yuta murmura esperando que su voz se cuele entre el ruido de las motos y, con mayor consideración que antes, lo toma por los hombros para averiguar si es capaz de levantarse por su cuenta.
—No, todavía puedo ganar otra ronda, sólo denme tiempo, por favor.
El pecho le arde y cuando el aire entra a sus pulmones es como si estuviera tragando fuego en vez de sofocar el incendio que crece dentro suyo, esos días, el dolor mental casi equipara al sufrimiento físico que experimenta en ese momento, pero no es ni de cerca algo similar. La presión en su cabeza es lo peor de todo, el mareo aumenta su intensidad conforme mira alrededor y la música en conjunto con el sonido del asfalto y los gritos de la multitud vuelven a estar presentes para su sentido de escucha. El olor a gasolina y las luces neón no son su pintura más agradable para esa noche.
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Babylon Allure [JOHNTEN] (En re publicación)
FanfictionJohnny sólo quería que Ten viera Babilonia de nuevo.