III. ROYAL

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La infancia tiende a ser un grupo de recuerdos mal acomodados, como nubes deformes que cuando te das cuenta, se han ido por el impulso del viento.

Johnny no podría afirmar con exactitud que recordaba haber crecido como un niño pobre, (aunque tampoco se percibía a sí mismo como alguien de clase alta); así que, para su mayor comodidad y auto percepción, establece el inicio de la precariedad cuando su padre murió y empeoró un año después, cuando a Mark le diagnosticaron cáncer.

No le gusta hablar de eso, no quiere que las personas sientan lastima por él porque eso elimina todo el esfuerzo que realiza para muchas cosas, las personas tienden a sobreponer la idea de su condición económica ante todo.

No es "Johnny se tituló como licenciado en derecho". Es "Johnny se tituló como licenciado en derecho aunque su familia estaba pasando por una racha muy mala."

Además, eso siempre trae a su hermano, a la gente no le basta con decir que el muchacho tiene una enfermedad grave, sino que todavía añaden el lamentable y privado hecho de que su familia no es millonaria y no se sabe cuánto tiempo podrán costear su tratamiento.

No quiere que miren a su hermano de esa forma, ya tiene bastante. Sin embargo, en días como ese en el que su cartera no pesa lo necesario, no logra evitar sentirse un poco más pequeño cuando al salir de la fiscalía, ve a lo lejos a Jay hablando con Sicheng, no son sus personas favoritas en la tierra.

Es fácil acomodarse la corbata, alzar la frente y peinar su cabello hacia atrás, quiere verse así, estable y que ninguna ventisca lo toque, pero la fachada de cal dura hasta que aparece otra vez esa voz agria en su zona y, finalmente, entiende que no se trata del contexto o cómo se presente a sí mismo, es él, es Jay Jung quien lo hace odiar cada sonido que su boca puede emitir por reducirlo a una mota de polvo con su bastarda seguridad mal ganada.

—¡Johnny!

Ellos lucen distintos desde dónde quiera hacerlo, no son el mismo tipo de personas. Él se ve elegante con una gran necesidad de encajar en los estándares sociales aceptables y ellos parecen los mismos niños ricos con problemas para aceptar un "no" por respuesta. No sabe cuál es el polo correcto del mundo ahora, porque algo dentro suyo dice que la envidia está corrompiéndolo como para considerarlos más felices y exitosos que él. Suspira y se convence de que con una sola palabra de ellos le bastará para recordar quién es y por qué.

El sonido de sus zapatos chocando contra el asfalto es eterno, tanto que desearía que se acabara cayendo y terminara en su propia casa pronto, no obstante, va en dirección a ellos con un poco de orgullo de papel.

No habla porque no tiene nada que decirles, mucho menos mirando alrededor y notando que desentonan con el lugar.

—Winwin me contó que tú estás a cargo del caso de su hermanito. Y eso llama de una forma asquerosa mí atención, no sabía que trabajabas por aquí. ¿Terminaste siendo ese tipo de abogaducho?

Jay alardea mucho sobre eso, sobre el cómo salirse de Derecho hace a las personas diferentes cuando nadie desea estar ahí a menos de que necesiten mucho un traje para sentirse importantes y, aunque deteste hacerlo, sabe que por su parte, tiene razón, no obstante, para John, ser un abogado no es nada de lo que tenga que avergonzarse.

—En realidad, no trabajo aquí. —Dice a la ligera e intercambia el peso de su cuerpo para mostrarse indiferente. —Los padres de los amigos de Renjun me contrataron por su cuenta, así que tampoco llevo el caso de su hermano.

Y es que, sabe que es ridículo que un chico como él lo haga sentir de piernas débiles, es menor que él y sigue siendo un estudiante, pero trata de no doblar su voz. El poder y el conocimiento no siempre van de la mano.

Babylon Allure [JOHNTEN] (En re publicación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora