La mano de su madre intentando acomodar su cabeza sobre el hueco de su hombro es algo que lo lleva más allá de lo que puede controlar. Desde niño siempre ha sentido que ella tiene un aire especial, con su nombre lo comprueba, es la paz en su forma humana. Ella puede hacer que se rinda con tanta facilidad, pero John tiende a negarse en cada oportunidad.
—Descansa, tómate tu tiempo.
Sabe que puede hacerlo, que debería hacerlo, aceptar que sus párpados están muy cerrados como para no abrirse por días, es sólo que no puede permitirse ser alguien así de débil en situaciones como esa, cuando ninguno de los dos ha dormido en una cama mullida sin preocuparse de lo que sucede en el exterior desde hace varios días.
—Te llevaré a casa.
—No, cariño, quedémonos aquí otro poco. Por favor.
Duerme, por favor. Puede ver la suplica de Irene en sus ojos castaños y hogareños.
Ha pasado una semana desde que ha estado trabajando de esa manera, sin dormir y mucho menos descansar para que Irene pueda volver a casa y preparar algo de comida para sí misma, para que tome un baño y duerma si le es posible mientras él cuida de Mark, pero Irene no sale por más de dos horas del hospital, siempre vuelve temprano.
Las cosas no están saliendo como querría. Para un adulto joven eso es un poco decepcionante, pero para un adulto de su edad, que mantiene una casa y de quien dependen dos personas además de él y un gato negro, eso es deprimente.
Las quimioterapias no están siendo suficientes para detener el cáncer en Mark, y si bien, las recaídas eran constantes y casi predecibles, no eran nada de lo que no pudiese recuperarse y, ahora, ha caído muy bajo, tanto como para que Mark se desmayara hace una semana cuando John estaba regresando del ministerio público.
El chico lo intenta, sabe eso, su hermano menor no se queja de nada, siempre intenta mirar el lado bueno, incluso cuando está muriendo. Y eso le parte el corazón, no ha dejado de llorar cuando Irene se va.
Ir a la fiscalía y regresar tan pronto como puede le han quitado la vitalidad, sobre todo desde aquél día en que Sicheng lo amenazó, antes fue algo insignificante, pero hay otra cosa que le carcome la piel viva y es que Doyoung no lo ha contactado. Espera que, realmente, decida atender a la siguiente audiencia porque sino lo hace, lo arrestarán y eso va a ser otro problema.
¿Por qué un testigo (y víctima) huiría?
A Johnny le duele la cabeza el imaginar que perder ese caso le traerá deudas más grandes con el tiempo y que al final no lograrán cumplir su objetivo, mantener a Mark con vida. Por otra parte, Taeyong no se ha atrevido a contactarlo desde la última vez que lo vio y eso terminar de destruir el nudo que se aloja en su pecho, se siente más sólo que nunca y todo es culpa suya hasta cierto punto. ¿Cómo puede abandonarlo en un momento como ese? Yuta ha sido más comprensible y a pesar de su coraje contra Taeyong, no ha dejado de contestar los mensajes de Johnny y fue el primero en acudir a su llamado. Yuta los llevó al hospital y su auto es ahora lo único que mantiene a John con la posibilidad de moverse.
Ni siquiera tiene dinero para pagar el transporte público.
No sabe qué hacer y no se atreve a decírselo a Irene, su madre no tiene por qué enfrentarse de nuevo a una muerte. La verdad es apabullante, John no tiene dinero para pagar un trasplante de médula ósea y el médico le dijo que es lo que Mark va a necesitar para intentar detener el avance del cáncer y evitar que llegue a una etapa irremediable, porque los tratamientos convencionales no están surtiendo efecto. Es por eso que Mark lleva una semana internado, porque apenas tiene la fuerza para mantenerse sano a pesar de tener quimioterapias constantes, incluso más que antes y la leucemia comienza a atacar sus huesos.
ESTÁS LEYENDO
Babylon Allure [JOHNTEN] (En re publicación)
FanfictionJohnny sólo quería que Ten viera Babilonia de nuevo.