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La enorme mano de Kinn aterrizo en el rostro sudoroso de Porsche, lo acarició y delineó con las llemas de sus dedos de manera delicada. Se separo por un momento solo para poder retirarse la camisa que llevaba y volver encima del omega, el olor a vainilla y coco se respiraba en todo la habitación, era un olor intoxicante y prohibido a la vez. Su alfa estaba impaciente por marcar y hacer suyo al omega debajo de él, pero su parte humana estaba indeciso.

- Porsche - lo llamo con voz grave.

- Ah-h, alfa.

Con la vista fija en la mirada pérdida del moreno bajo su mano a su polla húmeda en busca de algún tipo de desagrado o miedo pero al contrario un pequeño gemido salió de los labios lastimados y de color cereza del contrario.

Con el permiso del omega comenzó a mover la mano más rápido masajeando y apretando a cada tanto, sin poder evitarlo sus dedos fueron a la entrada dilatada que derramaba una esencia viscosa, sin esfuerzo ingreso dos dedos conociendo el interior caliente de su amante.

- ¡Ahhhhh, más, q-quiero más!

- Qué travieso, ¿quieres mi polla dentro de ti?

- S-si.

- ¿Quieres mis cachorros dentro de ti?

- Lo quiero, quiero todo.

- Una vez seas mío, no te dejaré ir Porsche, yo sere dueño de tú vida - susurro en el oído del omega ingresando un tercer dedo en su interior.

El omega se retorció en la cama sin poder evitarlo, pequeños sollozos y gemidos cada vez se escuchaban con más frecuencia siendo una melodía para el gran alfa.

Con más rapidez los tres largos dedos del alfa comenzaron a ir más profundo tocando ese punto que hizo al omega ver estrellas, Kinn empezó a besar las clavículas de Porsche dejando leves marcas, succionó a su antojo, las pequeñas tetillas fueron mordidos por los caninos de Kinn que picaban por marcar, tratando de tranquilizarse bajo a un más hasta llegar a la polla del omega y succionó como si de un chupete se tratase.

Un gritó sorprendido salió del omega pero no hizo nada para deterlo.

Se atraganto tomando todo lo que alcanzara en su boca, y empezó a moverse de arriba y abajo sin soltarlo, cada vez mordiendo un poco de manera suave, sintió como el cuerpo de su acompañante se contraía y dejo salir un líquido espeso en su boca que sin ningún disgusto trago sintiendo la esencia del menor.

Se recostó a un lado del moreno quién había caído cansado, no haría más que complacerlo. No sería tan hijo de puta para violarlo mientras no estaba consiente de si mismo.

- Porsche, muy pronto serás mío y suplicaras por ello. - le susurró al oído.
























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KinnPorsche: El amor del Gángster por mi  [ Omegaverse ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora