•✦𝟎𝟎✧•

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Viernes.

Era un viernes el día en que recibí esa fatídica nota, me dije a mi mismo que Jeonghan estaba siendo nuevamente un payaso, solo que sin sentido del humor. Las bromas que puedo tolerar son máximo cinco en un día, y definitivamente él había ocupado la cantidad permitida y claramente debía de ser una broma porque era completamente irreal que yo le pudiera gustar a mi jefe.

"El" jefe de jefes.

Kim Mingyu.

Mandíbula marcada, ojos de un color café igual de oscuro como el que tomo todas las mañanas, cejas prolijas y bellamente recortadas, sonrisa de comercial, piel de color canela debido a los rayos del sol y un cuerpo de gimnasio precioso.

Jamás lo he visto en persona, pero las imágenes en estas revistas de los empresarios más guapos de Seúl ayudaban a darle una imagen clara.

Cuando Dios dijo: Hágase la perfección, nació Kim Mingyu y deleito al mundo con su presencia.

Agradecía su existencia, el tipo es un buen jefe, primeramente porque nos daba un buen sueldo, podía mantener a Gamja y a Daenseo sin problemas, llevarlos al veterinario y darles su comida elegante para que su pelaje y plumas estuvieran bien y claro, mantenerme a mi y pagar ese departamento céntrico al que tuve que mudarme. En segundo lugar es amable, según mis compañeros y compañeras de trabajo -ni idea de si es verdad- el hombre les invitó a un café luego de una reunión con el equipo del área de innovación.

¿Qué presidente invita a un café a simples mortales?

Al parecer él.

Y tercero pero no menos importante, era humano, no como estos jefes que tienen un agujero negro en vez del normal órgano palpitante,veía que uno de sus empleados la pasaba mal y los ayudaba, Dios mío, le pagó las vacaciones a su secretario a la Bahamas. Yo quiero un viaje a la Bahamas.

Todos esos aspectos hicieron darme cuenta que tenía que si o si ser una broma de Jeonghan porque jamás, un tipo como Kim Mingyu podría fijarse en mi ¿siquiera lo había visto alguna vez rondar por la empresa? Su oficina quedaba en el piso cincuenta y el mío en el catorce, tenía su propia área de estacionamiento que compartía con los directores de las demás áreas, separando a las divinidades de la gente común, donde exactamente me terminaba ubicando.

Wheein mi compañera y mejor amiga fue la única que se sentó a mi lado mientras los demás se encontraban en su hora de descanso y creo que tenía una horrible expresión, porque tomó mi rostro y alzó una de sus cejas a modo de pregunta. Si supiera que yo mismo no sabia lo que me pasaba.

-Habla Jeon, tu cara está como muy pálida y ya sabes, haces esa mueca cuando enloquecerás.

Miré sus ojos sin ninguna expresión, estaba entrando en pánico.

-Jeonghan...-Susurré.

Su mueca de preocupación cambio a una de compresión, y suspiró. ¿Por qué suspiraba?¿qué sabia que yo no?

-¿Te contó no? Sobre que le gustas al Señor Kim, todo el mundo lo esta murmurando en los pasillos.

Oh Dios, no era broma, malditamente no era una jodida broma.

Me separé y caminé en círculos por la oficina. Cristo, esto cambiaba las cosas, y posiblemente no entienda mi reacción, pero vamos, mi vida era aburrida, y pasaba desapercibido entre mis compañeros y ahora estarán murmurando cosas sobre mi, sobre mi aspecto y mi puesto, eso no me gustaba, yo no quería gustarle a nadie y sobre todo no al jefe.

-¿Wonwoo?-Preguntó Jeonghan

Su voz causó que detuviera mi andar, y lo miré mordiendo mis uñas, o bueno, lo que quedaban de ellas. Venía acompañado de Seungkwan, otro de mis amigos, ambos del área de ventas y ambos en ser los primeros en saber los rumores y encargarse de que se extiendan a todos los demás pisos.

-Gracias al cielo llegamos a tiempo de que te comas tus dedos completos, Seungkwan sabía que entrarías en esa especie de pánico cuando supieras.

Miré a Kwan quien tomó mis manos y negó soltando un sonido de disconformidad.

-Hyung no entiende lo incomodo que debes sentirte -Exclamó, entrecerrando sus ojos hacia mi rubio amigo-. Y es entendible cuando hay tantas víboras en la empresa que estarán chillando sobre cómo engatusaste a Kim con tu mirada mortal y esas cosas que hablan los envidiosos. Pero tú mi querido Won, actuaras como si no escucharas nada porque eres guapo y genial, por algo le gustaste ¿no?

Negué.

No le podía gustar a alguien solo con mirarme y sí, no creo en el amor a primera vista, carece de fundamentos.

-Yo creo que Wonwoo exagera, no es la gran cosa, digo, solo se rumorea que le gustas, no es como si fuera verdad.

Las miradas de todos mis amigos se posaron en Hyori, una de mis muchos compañeros de equipo y gran fan de Don Kim. Seungkwan soltó mis manos y con su mirada barrio toda la silueta de la muchacha. Bueno, ella podía tener razón, quizás solo era yo siendo paranoico y estúpido, y al final resultaba que todo eran rumores sin fundamentos, quizás la persona no resultaba ser mi persona y se confundieron con Cha Eunwoo, el tipo si que era guapo.

-No es mentira chica, el propio secretario de Kim le contó a mi Hansolie sobre esto, y mi informante jamás me trae noticias falsas.-Bufó con sorna.

Oh si, Hansol Chwe, el novio de Seungkwan que trabajaba en servicio al cliente además de ser íntimo amigo del secretario Lee, era silencioso hasta que le daba informacion a su novio quien amablemente la compartía con el resto del edificio.

El sonido de pasos acercándose cortaron la conversacion, cuando un gran ramo de rosas apareció en la puerta, sostenidas por el secretario Lee Seokmin, acompañado con su característica sonrisa que siempre adornaba su rostro.

-¿Jeon Wonwoo está aquí?-Escaneó nuestras caras esperando respuesta.

-Si, aquí, presente.-alcé mi mano nervioso.

Se acercó y extendió el ramo.

-Estas son para usted, se espera que sean de su agrado.

Varias cabezas se asomaron por la puerta mirando la situación. Mierda esto parecía un espectáculo de pelicula romántica cliché que ve mi hermana.

Acepté el ramo, el sobre entremedio de las rosas despejaría mis dudas porque mi cerebro ya sabia quien las mandaba. Con rapidez lo saqué para darle el ramo a Wheein y leer lo más pronto posible.

Querido Jeon Wonwoo:

Lamento el rumor esparcido en la empresa que lleva su nombre, pido mis más grandes disculpas por el momento incómodo que le estoy haciendo pasar y debido a esto quiero aclarar la veracidad de este.

Me gustaría confesar mis sentimientos hacia su persona.

Me gusta señor Jeon. Desde el momento en que entró a la empresa con su traje gris y maravillo mi corazón con su bella mirada y su radiante sonrisa.

Lamento incomodarlo con mis sentimientos, pero me gustaria, si no es un problema para usted, invitarlo a una cita.

Si acepta, puede comunicarse con el secretario Lee para planear y pasar un buen momento junto usted.

Con cariño y algo más.

K.M.

Maldita sea.

Le gustas al Sr. Kim ✑Meanie|MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora