Dia 5: Besos

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Hiro 22 años y Miguel 20 años.

Las palabras en cursiva son ingles, las normales en español, en cursiva y negritas japones.

~*~ <3 ~*~

Se dice que los lunares son los lugares donde tu alma gemela amaba besarte en su vida pasada, estos pueden encontrarse en varias partes de la piel y el pensar si eso podría ser cierto, inevitablemente pensamos que en otra vida alguien marco nuestra piel con su amor y que aun las conservamos.

Miguel es el tipo de persona que piensa mucho en ese tipo de cosas y se le viene eso a la mente cuando esta con su novio, no esta seguro si ambos fueron algo en otra vida o si son almas gemelas, pero si ese fuera el caso, todas esas manchas ligeramente oscuras que adornan su piel pálida fueron causadas por el mismo.

Por ejemplo, cada vez en las mañanas.

- ¿Por qué siempre me miras tanto cuando me cambio? – cada que lo hacía podía sentir la mirada del castaño sobre él, no le incomodaba ya y tampoco le apenaba, solo le daba curiosidad.

- Eres hermoso, ¿Necesito otro motivo? – respondió y eso hizo que Hiro se sonrojara un poco.

- Hmp – solo negó y siguió vistiéndose – Preparare el desayuno, tu ve dándole de comer a Mochi y a Dante.

- Como ordenes amor mío – antes de que el azabache acabara se acercó a el y le dio un beso en una de las costillas.

- ¡¿Qué haces?! – se apartó rápido por la sorpresa.

- Solo te di un beso – sonrió con despreocupación.

- S-Solo has lo que te pedí – luego de eso salió del cuarto.

El moreno rio y también comenzó a cambiarse, justo donde planto aquel beso tenia un pequeño lunar, uno muy pequeño. Otro de los lugares donde siempre lo besaba en las mañanas es en la nuca, aunque como tenia el cabello algo largo por consecuente también besaba parte de este.

- Siempre haces lo mismo – dio con una sonrisa de lado mientras terminaba de cocinar lo que desayunarían.

- ¿Te molesta? – pegunto mientras recargaba su mentón en el hombro del contrario.

- Para nada – rio un poco y lo aparto - Ya siéntate, ya está listo.

- Espero te hayan salido, la otra vez casi me intoxicas – dijo de broma, segundos después sintió un golpe algo fuerte en su hombro.

- Rivera – dijo con mucha molestia y en tono de amenaza.

- Lo siento – rio con nerviosismo y se sobo el brazo.

También había un lunar en esa parte, ese era un poco mas grande que el anterior, pero se ocultaba muy bien con el cabello.

En las tardes, cuando iban a una cita o estaban solos, aunque en ocasiones de imprevisto, daba pequeños besos en el dorso de su muñeca, eso lo hacia desde antes de que fueran pareja, cuando aún eran amigos.

- Ahora que lo pienso, esto nunca te molesto cuando aún no andábamos – dijo el oji-café después de besarle en dicho lugar.

- Supongo que nunca me molesto que lo hicieras – respondió sin tomarle importancia.

- Eso o... - volvió a besarle ahí y después detrás en la oreja – Siempre te gusto que lo hiciera.

- A-Aléjate, se siente extraño ahí – rio un poco, la verdad es que le dio algo de cosquillas.

- Sabes que no te entiendo mucho cunado hablas en japones, así que lo seguiré haciendo – y volvió a darle varios besos en esa zona.

- ¿Te gusta usar eso de excusa? – pregunto con un ligero tono de burla.

- Lo admito – ambos rieron y siguieron caminando.

Tal vez en la oreja no tenía ningún lunar y solo lo besaba en esa parte por puro gusto propio, pero si en la próxima vida se volvieran a encontrar y a enamorar, en ese lugar habría un recuerdo del amor que ahora se tienen.

Se podría decir que esos eran los únicos lugares donde mas lo besaba, aparte de la boca claro, para Hiro era algo curioso el hecho de que casi siempre los besos fueran en esos lugares, aunque tampoco es que le preguntara o algo así, solo lo dejaba ser porque no le veía nada de malo.

- ¿Por qué siempre haces lo mismo? – un día la curiosidad lo mato y decidió preguntarle.

- ¿Qué cosa mi chinito? – ambos estaban recargados de lado en el sillón, Miguel en el respaldo de este y Hiro entre sus piernas.

- Los besos, ya sabes, en el cuello, la muñeca y en la costilla – volteo un poco para verlo a los ojos.

- Mmm, se podría decir que por cosas que dicen por ahí rasco un poco su mejilla.

- ¿A que te refieres? – pregunto confundido.

- Se dice que los lunares es donde tu alma gemela amaba besarte en tu vida pasada – comenzó a juguetear con el cabello del azabache – Por eso lo hago, si si somos almas gemelas, eso significa que siempre te besaba ahí – lo abrazo por detrás y recargo su cabeza en su hombro - ¿No es lindo pensar en eso?

- ... - lo vio algo sorprendido, pero sonrió con ternura – Cierto, tu crees en la reencarnación y todo eso – se acurruco en el pecho del castaño – Viéndolo así, si creo que es algo lindo.

- Lo sé – alejo su rostro y beso la parte de atrás de su cabeza.

- Entonces eso significa – se voltio y quedaron frente a frente – Que en otra vida amaba besarte aquí – dijo mientras colocaba un dedo sobre el lunar que el moreno tiene arriba del labio superior.

- Bueno, eso lo sigues haciendo en esta vida – sonrió y luego de que el nipón le besara dicho lunar, se dieron un largo y apasionado beso en los labios, segundos después se separaron - ¿Habrá otro lunar que no te haya visto?

- No creo, conoces mi cuerpo de pies a cabeza – se acomodó en donde anteriormente estaba - ¿Y tú, alguno que no te he visto?

- No lo creo – sin más que decir o aclarar, ambos volvieron a acurrucarse y a darse mimos mutuamente.

Nada ni nadie podía asegurarles si habian sido algo en otras vidas o no, tampoco nada les aseguraba que lo seguirían siendo en la siguiente e incluso en esta, pero, creo que nada de eso importa si amas tanto a alguien de manera genuina y pura, así como ellos se aman.

Días llenos de colores (Higuel Week Pride)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora