Días llenos de colores (Higuel Week Pride)

Dia 7: Higuel Pride

El tiempo va avanzando a lo largo del one-short hasta que Hiro tenga 25 años y Miguel 23 años.

Las palabras en cursiva son ingles, las normales en español, en cursiva y negritas japones.

~*~ <3 ~*~

Amar sin prejuicios, sin tener que ocultarte de los demás, lamentablemente aun no es bien visto en gran parte del mundo, siendo incluso ilegal en varios países. Hiro y Miguel corrieron con suerte de que las personas cercanas a ellos aceptaran su sexualidad, también que sus familiares se alegraran por ellos cuando comenzaron su relación, aunque lastimosamente no todo había sido color de rosas en su vida.

El castaño sufrió mucho bullying en la secundaria y dejo de sufrir de este cuando dejo la escuela para empezar con su carrera musical, aun así, habian personas que lo seguían juzgando por gustarle los chicos, diciendo que eso machaba su imagen. Con el azabache fue algo diferente, pero a la vez similar, a veces hablaban a sus espaldas y murmuraban cosas sobre él, dudaban si en realidad si era bisexual y sufría algo de acoso, cuando entro a la universidad nadie lo juzgo, eso lo alivio un poco.

Cuando se conocieron, empezaron a salir al inicio como amigos y cuando finamente se hicieron pareja se sintieron infinitamente felices, pero no podían vivir en su burbuja por siempre, Miguel perdió mucho apoyo cuando le dijo a sus fans que estaba en una relación con otro hombre, se sintió muy mal, pero Hiro lo consoló.

- Tranquilo, estoy aquí, contigo – junto sus frentes.

- Lo sé – sostuvo sus manos – Solo que, me e esforzado tanto en mi carrera musical y que todo cambie solo por decir que soy gay – pequeñas lagrimas caían por sus ojos, no se arrepentía de haberlo dicho, pero eso no quitaba lo mal que se sentía.

- Tienes mucho talento Miguel, aun hay personas que te escuchan y con eso bastara por el momento – limpio sus lagrimas y beso su frente – Se que tu música llegara a muchas mas personas y que todas esas personas se terminarán arrepintiendo, incluso sé que más personas te seguirán.

- ...Gracias mi chinito – atrajo el cuerpo contrario al suyo – Te amo mucho.

- Y yo a ti – eso fue de mucha ayuda para el moreno, lo motivo a seguir esforzándose y eso fue lo que hizo.

Eso había sucedido cuando el oji-café apenas tenía dieciséis años y el oji-negro dieciocho.

El nipón no tenia que soportar ese tipo de comentarios, ya que con quien anduviera no afectaba su reputación como inventor, aunque si habian personas que lo juzgaban o lo acosaban por las redes sociales, por suerte solo necesitaba bloquearlos y ya no necesitaba lidiar con ellos.

- Odio a este tipo de personas – suspiro con pesadez mientras dejaba su teléfono de lado.

- ¿El acoso aun no disminuye? – pregunto mientras le entregaba una taza de café y se sentaba junto a él, también con una taza.

- Aun no, pero no importa, es fácil ignorarlos – le dio un sorbo a su bebida – Aun así, no me agrada.

- Calma cariño – agarro su mano libre – Se muy bien que es horrible, pero en ese entonces tu me ayudaste, así que ahora yo te ayudare.

- Gracias – se sonrieron y platicaron de cosas que no tenían nada que ver con esas amargas situaciones.

Eso sucedió dos años después.

El tiempo pasaba y ambos seguían juntos, la gente poco a poco dejo de prestarle atención a la sexualidad de Miguel y solo se le presentaban atención a su música, Hiro seguía ignorando esos comentarios, no afectaba a su reputación de todas formas. Cuando cumplieron 20 y 22 respectivamente se casaron, una ceremonia pequeña que se llevo acabo en la tierra natal del moreno, e había insistido que fuera ahí y el nipón no se negó.

- ¿Se puede? – pregunto mientras tocaba ligeramente la puerta de la habitación en donde estaba el azabache.

- Adelante – dijo mientras se daba la vuelta para verlo de frente – Creí que el novio no podía ver a la novia antes de la boda.

- Exacto, tu no eres una "novia" – rio mientras el contrario solo rodo los ojos por el pésimo chiste – Te ves hermoso con el kimono puesto – se acercó.

- Y a ti no se te ve mal el traje de charro – también se acercó - ¿Era necesario que lo usaras en nuestra boda?

- Tu quisiste usar eso y no te dije nada – se vieron a los ojos y el oji-café suspiro con algo de nostalgia – A veces siento que el tipo paso demasiado rápido.

- Así funciona, ¿No lo crees? – también sentía lo mismo, hace tan solo unos años ambos eran primerizos en el amor dándose consejos y apoyo el uno al otro, y ahora están a solo un par de minutos de unir sus vidas.

- Bueno, casi es momento de comenzar – tomo una de las manos de Hiro y planto un tierno beso en el dorso de esta – Te veré en el altar.

- No puedo esperar – se quedo solo en la habitación mientras Miguel salía, vio hacia una de las ventanas de la habitación y sonrió, nunca se imagino a si mismo casándose y mírenlo ahora, la vida si que está llena de sorpresas.

Durante la ceremonia religiosa ambos no podían aguantar su felicidad y durante la fiesta bailaron juntos como si nada mas existiera, todos sus amigos y familiares estaban muy felices por ambos, desde que ambos se hicieron pareja sabían que este momento llegaría.

A veces lo único que importa es estar con esa persona especial, no importaba que era lo que los demás decían, si los criticaban y juzgaban, estaban juntos y eso era lo único que importaba.

- Miguel, ¿Qué haces? – pregunto mientras entraba al cuarto que compartían.

- Información sobre adopción – sintió como el nipón se sentaba junto a él.

- ¿Adopción? ¿Estás seguro? – pregunto con cierto nerviosismo.

- Lo estoy considerando, tal vez por ahora, pero siento que algún día si estaremos listos – dejo los papeles con la información de lado.

- Mmm, eso espero – recargo su cabeza en el hombro del más alto.

- Veras que si – beso sus cabellos y pasaron el resto de la tarde dándose mimos mutuamente.

Algún día formarían su propia familia, ya estaban juntos, solo deberían esperar un poco más y algún día el momento por fin llegaría. 

~*~ <3 ~*~

Semana terminada...