Dia 4: Gusto culposo

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Hiro 22 años y Miguel 20 años.

Las palabras en cursiva son ingles, las normales en español, en cursiva y negritas japones.

Nota: Hagamos algo, cuenten cuantas veces escribí la palabra "Sudadera", porque creo que si fueron varias.

Headcanon: Hiro aveces habla en japones cuando esta nervioso o en pleno coito (No pregunten el porque del headcanon).

~*~ <3 ~*~

El creía que nadie sabía, pero en realidad todos sabían que Hiro siempre se ponía las sudaderas de Miguel cuando nadie veía, no lo admitía porque le avergonzaba un poco y sentía que era algo que no bebería hacer, así que por eso que no le había dicho a nadie, pero, aun así, todos sus amigos lo sabían, incluido el moreno.

- Chinito, ¿Has visto mi sudadera? La necesito para una presentación – pregunto mientras entraba a su laboratorio.

- Creo que no – respondió con tono de desinterés mientras hacia un par de cosas en su computadora - ¿Por qué la necesitas para la presentación?

- Una pequeña presentación en un centro cultural, no es necesario ir con mi traje de charro – respondió y hecho una mirada rápida al lugar - ¿Entonces no la has visto?

- No, ahora salte, me desconcentras – respondió el oji-negro un poco irritado.

- Perdón, olvide que se te junto la chamba – salió del cuarto - ¡Te veo en la noche!

No escucho respuesta por parte de su pareja, pero tampoco indago mucho en eso ya que debía irse o iba a llegar tarde al evento. Después de varias horas regreso al departamento, ya era muy noche y se encontraba muy cansado, porque a pesar de que iba a ser un evento tranquilo, cuando se bajó del escenario hubo varias chicas que se amontonaron alrededor de el y fue muy difícil librarse de ellas.

- ¡Ya llegué amor! – grito mientras entraba y cerraba la puerta - ¿Amor?

Casi siempre el nipón le contestaba cuando gritaba que había llegado, amenos de que no estuviera porque salió debido a una emergencia o cuando se quedaba dormido apenas terminaba de trabajar.

- ¿Hiro? – entro a su laboratorio porque creyó que lo encontraría ahí pero no estaba – Chinga, ¿Dónde estás? – el siguiente lugar donde supuso que estaría fue en la habitación, así que entro.

Lo primero que vio cuando entro fue que el azabache estaba dormido de lado en la cama, el castaño supuso que apenas termino de trabajar se acostó para poder descansar.

Miguel solo sonrió y dejo sus cosas para también acostarse, cuando se paró al lado de la cama vio que Hiro solo estaba tapado con su sudadera, el oji-café se sorprendió un poco pero solo negó con la sonrisa aun en el rostro, después de eso se acostó con él. Luego de eso no fue la ultima vez que cacho a su pareja con su sudadera puesta o durmiendo con ella, claro que otras personas se habían dado cuenta, pero nadie le decía que sabía.

- Debimos haber traído un paraguas – dijo algo desanimado, habian salido a una cita, pero no contaban de que empezaría a llover, en esos momentos estaban bajo el toldo de un local para evitar mojarse.

- Fuiste tú el que no lo quiso traer – el nipón hablo con clara molestia y enojo.

- Perdón – suspiro y vio como el mas bajo estaba temblando ligeramente por el frio - ¿Te presto mi sudadera?

- N-No, no hace tanto frio – aparto su vista mientras frotaba sus manos con sus brazos para generar algo de calor.

- No seas aferrado Chinito – se quito su sudadera y se la puso al azabache – Te podrás resfriar, no tienes un buen sistema inmunológico.

- ¿Y tú qué? También te podrías enfermar – se sonrojo y aparto la vista.

- Es casi imposible de que me enferme, además, uso manga larga – beso la mejilla del oji-negro – Te amo.

- También te amo – sonrió un poco, volteo a ver hacia arriba – Vámonos, ya casi no está lloviendo.

- Entonces andando, aun quiero que ágamos un par de cosas - agarro su mano y lo jalo un poco para seguir con su cita.

- Como digas – rio un poco y siguieron caminando juntos mientras seguían disfrutando la tarde, aunque por dentro Hiro disfrutaba mucho usar la sudadera de su pareja.

Los días seguían pasando y Miguel seguía encontrando al de ojos rasgados con esa prenda puesta, incluso parecía que a veces se le olvidaba que la traía puesta frente al oji-café, aunque el moreno tampoco le decía. Había algo dentro del castaño que le gustaba que el nipón usara su prenda, solo le gustaba, no había un motivo en específico.

- ¿Te puedo preguntar algo? – ambos estaban desayunado cuando inicio la conversación.

- Si – respondió mientras se preparaba un café.

- ¿Por qué te gusta usar tanto mi sudadera? – esto hizo que el contrario casi tirara la taza que estaba agarrando.

- Eh... - volteo a ver a otro lado – No sé de qué hablas.

- Estas nervioso – lo vio confundido y sorprendido – Cuando hablas en japones de manera involuntaria es porque estas nervioso.

- ¿Enserio hago eso? ¿Por qué nadie me lo a dicho? – se preguntaba porque nunca se daba cuenta.

- Lo haces muy de vez en cuando – respondió mientras seguía comiendo su cereal - ¿Me responderás o no?

- B-Bueno, solo se me hace cómodo usarlas – dejo la taza en la mesa, la cual aún sujetaba – Y porque huele a ti.

- ... - solo se quedó callado, después se levanto y abrazo por detrás al azabache – Te amo.

- Y yo a ti – sonrió y disfruto el abrazo – Creo que es un gusto culposo.

- No creo que sea para tanto, el mío es mucho peor – ambos se sentaron para seguir desayunando.

- ¿Enserio crees eso? – ahora si empezó a beber su café - ¿Cuál es?

- Que de repente hables en japones mientras tenemos sexo – hablo sin pudor ni vergüenza – siguió comiendo, pero el no recibir una respuesta, un golpe en la cabeza o que le aventara algo lo preocupo - ¿Hiro?

- ... - estaba muy avergonzado y prácticamente sin habla - ¿E-Enserio hago eso? – quiso cubrirse el rostro.

- Si, siempre lo haces – siguió comiendo, pero le preocupaba un poco la reacción de Hiro.

- N-No volvamos a tocar el tema – tomo su café, pero sus manos temblaban ligeramente.

Miguel solo asintió y el día transcurrió con algo de normalidad, pero si que fue una sorpresa todo lo que se confeso esa mañana.

Días llenos de colores (Higuel Week Pride)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora