Las chicas se encontraban disfrutando de las maravillas de la playa, a pesar de sus comentarios acerca del comportamiento de sus prometidos, lograron desviar su atención al disfrute pleno de sus vacaciones. Los novios retomaron su comportamiento de reportarse todos los días, incluso más de una vez. Michell, absorta en el nacimiento de su sobrino, no prestaba cuidado al comportamiento de su esposo, finalmente, nunca le mostró indicios de infidelidad, al contrario, era un hombre hogareño cuando su trabajo se lo permitía.
Después de broncearse en la playa decidieron ir a su cabaña para ducharse y salir a comer. Al entrar, se encontraron con enormes arreglos de flores por todas partes, sorprendidas se acercaron para tomar las tarjetas y ver a quién se las habían mandado, pero ninguna tenía un nombre solo decía "Muchas flores para otras flores" ... No podían negar que eran hermosas, su perfume llenaba el ambiente, pero la duda de quién las habría mandado, no les permitió disfrutar de la belleza de los delicados arreglos. Candy las observaba, pero algo le decía que Terry nunca enviaría algo así, él le enviaba rosas o narcisos, incluso pensamientos, flores que les recordaba algo a ambos. — ¡Seguramente se las enviaron a alguna de ustedes! ¡Terrence, nunca me enviaría ese tipo de flores! — Comentó la pecosa — Anthony ¡Siempre me regala rosas rojas! — Apuntó Karen — Stear ¡Menos! ¡Son muy pocas las ocasiones que lo hace! ¡El me regala libros o aparatos tecnológicos! — Declaró Patty — ¡No me miren! Son muy... muy... ¡Digamos estrafalarios! ¡Archie, me manda estuches con delicadas orquídeas! — Comentó Molly. — Entonces ¿Quién las mandaría? — Cuestionó Candice — Y ¿Sí es una broma de los chicos? — Intervino Patty — ¡No!, no lo creo, mejor hay que preguntar en recepción — Decía Karen, tomando la bocina del teléfono para marcar, cuando llamaron a la puerta.
Una mujer del servicio abrió, las jóvenes no alcanzaban a escuchar de quien se trataba, Candy se levantó para ver — ¡¿Neil?! — ¡Hola, prima! — Contestó el moreno, sin esperar a que le dieran el paso, caminó junto con Jake hacía el salón, donde se encontraban las demás. — Pero ¿Qué significa esto? — Increpó Molly — ¿Qué haces aquí, Jake? — Leagan, se divertía al ver la cara de asombro de las chicas, pero disimulando muy bien dijo — Ayer las vi por casualidad y me dije, que mejor oportunidad para pasar un buen rato con mis próximas primas y obvio contigo Candy, ¡Creo que nuestra relación ha sido medio difícil! Pero ¡Nunca es tarde para remediarlo! Ante los próximos enlaces, ¡Me gustaría obsequiarles una cena! ¡Prometo, que todo es en plan familiar!
El desconcierto y la molestia de las jóvenes era notorio, ninguna tenía buena relación con los Leagan, como para que ahora se apareciera Neil para fomentar una convivencia inexistente, aunado a que iba acompañado por Jake, ¡¿Qué estaba pensando?! A todas luces, algo tramaban, pero ¿Qué?, Karen que no tenía paciencia habló — ¡No sé lo que pretendes Neil! Pero nosotras no queremos nada con ustedes, ¡Ve a otro lado con tus cuentos! ¡Tú hermana y tú, siempre buscan perjudicarnos! — ¡Querida, Karen! En verdad, ¡Te prometo que solo queremos hacer las paces! ¡Pronto serán de la familia y...! — Y ¡Nada! ¡Váyanse por dónde vinieron! — ¡Creo que a la tía abuela no le hubiera gustado tu reacción Karen! — ¡La señora tiene mucho rato, que partió de este mundo! ¡Déjala descansar en paz! — ¡Candy! ¿Vas a permitir esto? — Comentó Neil mirando a la rubia. — ¡Mira Neil! ¡Desde hace mucho tiempo, no tenemos contacto! ¡No le veo caso que quieras convivir con nosotras y menos trayendo a Jake! — ¡Ohh, Candy! ¡Jake es mi mejor amigo! Lo que hubo entre Molly y él hace mucho que terminó. ¡Considero que a Archie no le importará, pues esta muy seguro del amor de su prometida! O ¿No, Molly? — Jake se volvió a su ex novia con mirada suplicante para decir — ¡Molly! ¡Por los viejos tiempos! — ¡No hay viejos tiempos, Jake! ¡Lo que hubo, tu lo borraste con las intrigas, que ambos formaron! ¡Mejor vete! — Decía la chica firmemente. — ¡¿Ya escucharon?! — Dijo Patty dirigiéndose a la puerta, la abrió y les dijo — ¡Salgan o llamaré a seguridad! — ¡No te conocía tan descortés, Obrien! — Reparó Neil para continuar diciendo — ¡Bien, nosotros vinimos a hacerles la cordial invitación! ¡Tampoco es a la fuerza! ¡Estamos hospedados aquí mismo, así que nos veremos!
Al salir, los chicos se quedaron escuchando tras la puerta. — ¡Habrase visto, semejante desfachatez! ¡Esos piensan que somos unas tontas que aceptaremos su invitación! — Dijo Karen — ¡Por un momento, tuve ganas de abofetear a Jake! ¡Todavía no se me olvida, que, por su culpa, estuvo a punto de terminar mi relación con Archie! — Comentaba Molly, recordando la trampa orquestada por esos dos. — En ese tiempo, tenía poco mi relación con Archie, yo todavía estaba temerosa, que él siguiera amando a Annie. Neil me llamó para decirme que Archibald me esperaba en un centro comercial, que, había olvidado su celular y que no podía avisarme; cuando llegué estaba Jake en su lugar, me rogó que volviéramos, me negué, intentó besarme y justo en ese momento llegaba Archie. Su cara de decepción, no se ha borrado de mi mente. Gracias a la intervención de Stear y Anthony fue que logré explicar todo y no pasó lo peor. Poco después Jake se disculpó y me citó para hablar, obvio me negué. ¡No creo más en él! ¡Mucho menos en tú primo, Candy! — ¡Lo sé! — Respondió la rubia — Los Leagan vibran envidia, ¿De qué? ¡No sé!, lamentablemente son familia, lejana, pero familia, se cuelgan del apellido de los Ardlay para tener privilegios, Albert lo sabe, pero por el recuerdo de la tía abuela los tolera.
— ¿Creen que nos dejen en paz? — Cuestionó Patty — ¡Musarañas como esas, nunca se dan por vencidas! — Contesto Karen — Molly asintió con la cabeza mirando a Candy — ¡Tú conoces a Jake! ¡Hay que evitar que se nos acerquen! ¡Tal vez sea mejor irnos de aquí! — ¡No, queridas! ¡Nosotras no tenemos por que irnos! En dado caso ¡Tendrán que ser ellos! — Refuto Karen muy molesta — ¡No es posible que les tengamos miedo a unos galancetes de cuarta! ¡Señoritas! ¡No pueden vivir así toda su vida! — ¡Karen tiene razón! ¡Debemos bastarnos para defendernos a nosotras mismas! — Apuntó Candy — Todas aceptaron, pero no sabían hasta qué punto eran capaces de llegar esos dos.
En tanto, Neil y Jake se apartaban de la puerta frustrados por la reacción de las chicas. — ¿Qué haremos, ahora Neil? — ¡Intenté que esto fuera menos brusco! Pero no, nos dejan otra opción ¿Cuándo llegan Charles y Joseph? — ¡Hoy en la noche! — ¿Les dijiste que se hospedaran en otro lugar? — ¡SÍ! — ¡Comunícate con ellos y diles que nos veremos en su hotel más tarde! ¡Ya verán esas mujeres! ¡Les bajaremos sus ínfulas! — Neil nunca pudo superar el desprecio de sus primos, pero tampoco se puso a pensar en su actitud, siempre mimado, consentido por sus padres, que no tuvo una educación con valores y principios. Acostumbrado a tener lo que quería sin ningún esfuerzo, no daba crédito a que su propia familia lo rechazara, más aún las próximas esposas de sus primos, pero sobre todo el desdén de Candice, mujer, que hasta ahora mantenía cautivo su corazón. Por ella pudo haber cambiado, ser otro, pero nunca le dio la oportunidad, logrando con ello que el despecho permeara en sus más sentimientos más íntimos.
Terrence no daba crédito a lo que sus profundos ojos azules veían, ahí estaba Susana Marlow con el triunfo pintado en su rostro, portando una deslumbrante sonrisa. — Pero ¡¿Qué demonios significa esto?! — Reclamó el Castaño — ¡Terry, cariño! — Comento Susana a la vez que se lanzaba al cuello del inglés para abrazarlo con fuerza. — ¡¡¡Suéltame, Susana!!! ¡No me toques! — Pero ¡Querido! — ¡Querido, nada! ¡Vete de aquí inmediatamente, no quiero olvidar que soy un caballero! — Enfurecido decía Terry, al momento que se zafaba del abrazo de la chica para aventarla contra la pared — ¡No me puedes hacer esto! — ¿No? ¡Quieres ver que si puedo? — Calma Terry — Intervino Stear. — El camarero no sabía qué hacer, sus ojos imitaban a los espectadores de un juego de tenis, iban de un lado a otro. — ¡Usted! — Gritó Terrence, lo que hizo que el pobre hombre saltara del susto. — ¡Llévese a esa mujer de aquí y que no se le deje entrar de nuevo! — ¡SÍ, señor! Pero ¿Qué hacemos con las demás señoritas que se han instalado en las habitaciones de los otros caballeros que vienen con usted? — ¡¿Cómo?! ¿Quién les autorizó a hacer eso? — La dama un poco mayor dijo que, su prometido, ¡El señor William Albert Ardlay les quería dar una sorpresa a sus sobrinos! — ¡Yo no di autorización de nada, no tengo prometida señor! — Reparó Albert, muy molesto.
La estupefacción se observaba en el conjunto de caras, la rabia y el coraje poco a poco se iban haciendo presentes entre los chicos. — ¡¿Qué espera¡! ¡He dicho que se lleve a esta mujer! ¿A dónde? ¡A la calle! — ¿Pero... Terry, a dónde iré? — ¡Ese no es mi problema! ¡Te lo advertí, Susana! ¡Te dije muchas veces que no te atravesaras en mi camino! ¡¿Qué está esperando?! ¡Dije largoooooooo! — Vociferaba el inglés — Calmémonos todos — decía Stear, que intentaba calmar los ánimos de sus amigos, sin embargo, los gritos de Susana se escuchaban en el pasillo, en tanto era tomada de la cintura por el camarero para meterla al elevador.
Albert daba vueltas por toda la habitación, al igual que Terrence, su furia se reflejaba en sus hermosos ojos, mismos que se habían obscurecido, de vez miraba a los demás, pero no decía nada, no quería decir algo que pudiera afectar su amistad. Todo lo ocurrido había sido culpa de los cinco, por creer que esa noche en las vegas no tendría mayores consecuencias. — ¡En lugar de estar dando vueltas tal cual leones enjaulados! ¡Digan algo! — Vociferó Archie — ¡Calma, hermano! — Es que, ¡No podemos quedarnos cruzados de brazos! ¡Tenemos que hacer algo, tienen nuestros móviles, nuestras carteras y nuestras habitaciones! ¿Qué esperamos? ¿Qué nos desfalquen?, O ¡Peor aún! ¡Que les llamen a las chicas! — Karen ¡Me matará! ¡Considérenme hombre muerto! — Intervino Anthony — ¡No es para tanto! ¡Primo, si le explicas seguro te entenderá! — ¡Stear! ¡No la conoces! — ¡Ya basta! — Señaló Terry — ¡Les dije que esas arpías no se quedarían así! — ¡Ahora, tendremos que defendernos con uñas y dientes, pero, sobre todo, ¡No ser tan confiados! — Indicó mirando a Albert. — ¡Lo acepto, pequé de confiado! No obstante, ahora no se trata de recriminarnos unos a otros. ¡Tenemos que encontrar una salida a esta situación! De momento, lo más importante es que nos vayamos de aquí ¡Cuánto antes! — Y ¿Nuestros celulares, carteras y ellas? — Cuestionó Anthony — ¡Hablaré con el gerente del hotel! Le diré la falta de seguridad y que, gracias a ello, se nos han colado unas mujeres que no conocemos para que ellos se encarguen... — ¡Creo que eso no las detendrá! — Interrumpió Archie — ¡Lo digo por Annie! ¡Es capaz de inventar una historia y podríamos salir afectados! — ¡Es verdad! ¡Esa chica esta loca! — Aludió el inventor.
Los cinco hombres, no encontraban la solución viable para terminar con la intrusión de esas mujeres, nunca imaginaron que los seguirían, mucho menos que intentaran quedarse con ellos en sus habitaciones. — ¡Es momento de actuar sin compasión! ¡¿Son ellas, o nosotros?! — Expuso el inglés — ¿Qué quieres decir? — Preguntó Albert — ¡Que tendremos que utilizar medidas más drásticas! ¡Ellas nos robaron en el Cenote!, ¿No? — Los caballeros asintieron — ¡Bueno!, ¡Pues! ¡Debemos acusarlas de robo! Cuando el personal del hotel vaya a sacarlas de las habitaciones encontrarán nuestras pertenencias. ¡Esa será la prueba contundente! — ¡Es muy extremo! ¿No creen? — Comentó Stear — ¡No seas tan compasivo, hermano! ¡Esas son capaces de todo! — Comparto la opinión de Stear — Exclamó Albert — ¡Es una medida muy radical! ¡Hagamos lo que dice Terry! Pero, nos iremos de inmediato, sin ratificar la denuncia, ¡Estarán encerradas unos días! ¡Tiempo suficiente para que nosotros nos vayamos! — ¡Insisto que no se detendrán! — Reiteró el castaño — ¡Yo concuerdo con el arrogante! — Apuntó Archibald — Y ¡Yo! Pues lo que sugiere Albert. —Concluyó el rubio menor. — ¡Esta bien! ¡Manos a la obra!
Al decir esto, Albert se dirigió a la gerencia para informar lo que sucedía con esas mujeres, Terrence habló con el piloto para que tuviera el jet real listo, los tres primos hablaban con sus novias para comentarles que estaban a punto de abandonar la Riviera Maya, y que estaban decidiendo a dónde irían. Las chicas por su parte, omitieron la visita de Neil y Jake, total, también confiaron en que no los verían más.
En la habitación de Archie, Annie tocaba su ropa, olía su loción, se había puesto una camisa del joven, se sentía de nuevo enamorada, pensaba, en la posibilidad de volver a estar juntos, en las Vegas no pudo hacer nada con él porque el chico estaba tan bebido, que no pudo responder como hombre, pero ahora, utilizaría todos sus encantos para tenerlo. El deseo la consumía, hacía tanto tiempo que añoraba sus caricias, que solo el recuerdo del trato que recibió por su mentira y las consecuencias lograban que ese sentimiento se adormeciera para dar paso al rencor y despecho. Adentrada en sus pensamientos, no sintió cuando entró Elisa — ¿Qué haces, Annie? ¡No me digas que recordando lo que pudo haber sido y no fue! — ¡Metete en tus asuntos Elisa! ¿Qué quieres? — Vine a decirte que, ¡Dudo mucho que los chicos se traguen toda esta trama! ¡Si nuestras familias se enteran nos repudiarán! — ¡A Archie no le conviene que su querida novia se entere de nada! — Y ¿Tú crees en eso? ¡Él, al igual que los demás están locamente enamorados de sus parejas! ¡Lily no entiende razones! — Entonces ¿Por qué has seguido con esto? — ¡Porque me divierte ver como unas trepadoras hacen de todo para lograr una posición! ¡Si yo estoy con ellas, es porque me ofrecen una vida divertida! Pero ¡Eso no significa que crea ciegamente en lo que dice Lily! Pero, ¡En fin, cada quien! Solo ¡Quiero decirte que si hay problemas yo me iré! — Y ¿Me estás avisando o invitando? — ¡Como quieras tomarlo! Solo toma en cuenta que ¡Susana, Luisa y Lily si necesitan dinero, nosotras no! ¡Estarías muy loca, si crees que Archibald estará contigo de nuevo! — ¡Tal vez! Pero cumpliré mi venganza ¡Eso puedes jurarlo! — Elisa se dio media vuelta, por un instante pensó que Annie había cambiado.
Neil se reunía con sus amigos en el hotel de los recién llegados, tenía que aclarar muy bien su plan, nada tenía que fallar, saboreaba con antelación su fechoría, se decía así mismo, que sus familiares y el estúpido del aristócrata eran tan predecibles, que, no dudarían de aquellas pruebas que pensaba mandar, respecto al comportamiento de sus casi esposas. — ¡Se me hace algo tan insulso, Neil! Yo pensé en que haríamos algo más divertido, ¡Me salí del trabajo saboreando el clima y la diversión — Decía Charles — ¿No te es suficiente con el viaje todo pagado? ¡Debería ser suficiente! ¡La diversión la tendrán cuando les toque hablar! — Refutó Leagan.
La recepcionista de la zona turística VIP de Hawái prendada de los galanteos de Neil, le informó que las chicas habían salido, pidiendo un servicio de taxi a un antro en el centro de la ciudad. Ante ello, los cuatro sujetos, se dirigieron al lugar en autos separados, era indispensable que no los relacionaran, por lo menos en esos primeros días. Al llegar al lugar, Neil y Jake se quedaron en la barra, las muchachas ocuparon una mesa frente a la pista. Candy que no era muy asidua a la bebida, decidió tomar un tequila, el coraje por los acontecimientos de la tarde la tenían muy molesta. Las demás hacían lo mismo, poco a poco se fueron alegrando comenzando a bailar solas; situación que esperaba Neil y sus secuaces para actuar.
La noche transcurría, las chicas se olvidaron de todo abocándose a la diversión, aceptaron bailar con desconocidos. Karen bailaba con Joseph, Charles con Molly; Patty y Candy habían ido al sanitario, al regresar las vieron bailando, al no conocer a los individuos no pensaron en nada malo, se dirigieron a su mesa, sin darse cuenta de que Jake tomaba fotos a las chicas. Candy pensó que ya era suficiente, era momento de irse, llamó al mesero para pagar la cuenta, pero la voz de Neil le hizo detenerse — ¡Mira que agradable sorpresa! Y ustedes que no querían vernos y nos encontramos de nuevo, ¡A esto le llamo una hermosa casualidad! — Decía Neil acercándose al oído de la rubia bajo el pretexto del alto volumen de la música. Patty, por su parte, fue a bailar con sus amigas para evitar confusiones de los extraños, no vio cuando llegó Jake, quien haciendo a un lado a los compañeros de baile, abrazó a Molly para continuar bailando. Ella que, ya estaba un poco ebria no reparó de quién se trataba. Charles tomó video de la escena y Joseph de Neil y Candy. Nadie más que el cantinero se dio cuenta de eso.
La rubia furiosa aventó a Neil y llamó a las chicas para que se fueran, fue en ese instante que Molly se dio cuenta con quién estaba bailando, se apartó de él para propinarle una bofetada, Patty llamaba a seguridad porque Karen se le había ido encima a Jake, lo que propició que se armara un zafarrancho en el lugar, vasos, botellas, zapatos y sillas volaban por doquier, los elementos de seguridad tardaron en parar la parafernalia, cuando lograron sacar a los revoltosos, el desastre era evidente. Las jóvenes fingieron sentirse agredidas por la falta de medidas para prevenir escándalos y salieron del lugar muertas de la risa.
Ninguna tenía el par de zapatos completos, si no era el izquierdo, era el derecho, lo que provocaba un andar chistoso en las cuatro, que apenas se mantenían en pie. Patty llevaba en su mano una botella de tequila de la cual tomaba sin preocupaciones. Las risas eran tremendas, después de todo era el primer escándalo de sus vidas y del que ellas eran las principales protagonistas. — ¡Chicas! ¿Alguien quiere más tequila? — Era tanta la risa que tenían, que el estómago comenzaba a dolerles, pero nadie se atrevió a negarse a otro trago de la bebida, no quisieron tomar taxi, prefirieron caminar hacía la playa. Cuando despertaron, se encontraban dormidas en la arena, fue un perro que, al lamer la cara de Molly la despertó, ella dio un grito, que sacudió a las demás.
En los separos de una cárcel municipal cinco mujeres gritaban para que las dejaran salir, momento en el que muchos mensajes llegaban a los números de Terry, Archie, Stear y Anthony...
ESTÁS LEYENDO
Lo que pasó en las Vegas...
FanfictionUn grupo de amigos deciden hacer un último viaje como solteros antes de comenzar una nueva vida de casados, su destino para tal propósito "las Vegas..." Su intención principal es poder disfrutar disfrutar de los juegos, alcohol y camaradería, pensa...