III.- Quisiera poder verte todos los días

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Estas eran ya unas preadolescentes de 10 y 11 años, que junto con Rosie decidieron ir a clases de pintura durante la tarde después de clases, aún cuando a Jennie se le complicaba ya que su familia la necesitaba en el restaurante, sin embargo Lisa decidió que si no iba Jennie, ella tampoco lo haría, cosa que a Rosie no le parecía justa, pues entonces ella tendría que ir sola.

Lisa le dijo a Jennie que las clases serían gratuitas, como parte de un programa de cultura que había llegado al pueblo, pero en realidad, las clases tenían costo, y uno bastante elevado, ya que el maestro tenía bastante renombre.

Pero Lisa se las ingenió para que su padre pagara doble sin darse cuenta, ya que realmente el señor Manobal no podía negarle nada a la luz de sus ojos.

Y sin pensarlo le dio para que pagara 6 meses por adelantado, el dinero no sería un problema, el problema sería ahora que Jennie pudiera y quisiera ir.

Sabía que estaba mintiendo, sabía que estaba mal, pero no podía verse lejos de sus dos mejores amigas, y mucho menos de Jennie, de la linda y tierna Jennie, mucho menos de ella.

Después de que le dijo a Jennie que si ella no iba, tampoco Lisa lo haría, Jennie acepto, pues se había dado cuenta que Lisa era realmente buena dibujando, pintando y haciendo aquellas caricaturescas imágenes donde hacía que su maestro el señor Kim quedara como todo un ogro gritón y malo, pero a la vez gracioso, así que no quería que su pequeña y talentosa amiga se quedara sin mostrar su enorme y mágico talento. 

El problema ahora serían los padres de Jennie, pues se tenían que esforzar para sacar adelante a su 6 hijos, y justo en este momento Jennie era un gran apoyo atendiendo las mesas. Así que después de mucho rogar y suplicar para que le dieran permiso, por fin lo había conseguido.

Las dos amigas estaban felices despidiéndose luego de haber logrado que los padres de Jennie cedieran.

Lisa le dijo a Jennie, — Bueno mañana es sábado, y será nuestro primer día en clases de pintura, te veré también.— Y sonrió con sus peculiares hoyuelo, a lo que Jennie respondió riendo, — Pero si ya nos vemos de lunes a viernes en clases y ahora además los martes, jueves y sábados por las tardes, en clase de pintura, terminarás por aburrirte de mi Lili.— dijo mostrando su sonrisa tan tierna y sincera.

Lisa dijo tímidamente, — No
Nini, jamás me canso de mirarte, es más, me hace muy feliz verte también los sábados, ya que quisiera estar contigo todos los días.— Se cohibió al escucharse decir esto último e hizo un intento por corregirse, — Bueno quiero decir, quiero estar contigo y con Rosie siempre, pues es lo más divertido, ustedes no son como mi hermana Jisoo y sus amigas, unas amargadas, que solo piensan en niños feos y groseros.—

Jennie solo respondió, — Lo se, somos como los personajes de el libro que me prestaste para que leeyera, los mosqueteros, ¿recuerdas?, uno para todos y todos para uno.—

A lo que Lisa solo respondió tímidamente, — Claro, somos las 3 mosqueteras.— Río un poco, para luego decir con seriedad. — Aún que bueno, volviendo a lo que te decía antes, yo quisiera verte todos los días, ahora solo me falta poder hacerlo los domingos, pero a menos que mi papá decida que vayamos a comer a tu restaurante no lo haremos, ya que tú y tu familia van a la iglesia muy temprano en la mañana, mientras nosotros vamos al medio día, lo cual odio, ya que es cuando se junta toda esa gente engreida y falsa, que presumen con sus vestidos y sus trajes traídos de Paris, odio tener que también ponerme esos molestos y exagerados vestidos que mamá y Jisoo eligen para mi.— Jennie tenía que ir temprano debido a que junto a su familia tenia que atender su restaurante durante todo el día.

Lo que en realidad Lisa quería decir con tantas palabras, es que la extrañaba, que quería estar con ella todos los días, pero su edad y madures no dejaron que pudiera expresarse como ella quería y necesitaba.

Jennie la miró tiernamente y le dio una sonrisa, para luego decirle, — no te preocupes Lili, vamos a estar juntas muchas horas más, vamos a seguir escapando de clase y haciendo travesuras, como siempre, tú, Rosie y yo.—

Lo que Jennie quería decir es que ella también quería estar con ella siempre, que las horas no se le hacían suficientes nunca, pero jamás lo decía, quizás por vergüenza, quizás por miedo, pues hasta a ella misma se decía que esos sentimientos no eran verdaderos o correctos, tampoco podía expresarse, sus 11 años en esta tierra no le habían dado aún la experiencia para hacerlo, para descubrirlo.

Y así se dijeron adiós, pero esta vez fue diferente, esta vez, por primera ocasión, se despidieron con un abrazo, uno fuerte y cálido.

Que les hizo sentir cosas, cosas que ninguna entendió, se sentía bien, se sentía cálido y especial, pero a la vez las hacía sentir tanta culpa.

Ese par de pequeñas se adoraban, todo mundo podía darse cuenta, la familia de Jennie estaba feliz por esto, ya que su niña era tan frágil, tímida, sensible y vulnerable, que les alegraba que alguien con el carácter y la alegría de Lisa la acompañara, cuidara y quisiera tanto, sabían que Lisa jamás dejó que nadie le hiciera daño, y cuando alguien se atrevía a intentarlo, Lisa la defendía a capa y espada.

Por su parte la familia de Lisa no opinaba lo mismo, claro que toleraban a Jennie, pero más que nada por que era evidente que Lisa estaba muy unida a su amiga, pero a la vez no les agradaba del todo, ya que Jennie era a su parecer, alguien simple y sin mucho futuro, cosa que les disgustaba, ya que si bien aceptaban que Jennie era una niña preciosa en todos los sentidos, aún que no lo dijeran, su procedencia humilde no les terminaba de convencer, en especial al padre que siempre quiso para su niña consentida, lo mejor en todos los sentidos, y no estaba seguro que Jennie lo fuera.

Prejuicios, costumbres, mente cerrada, llámenle como quieran, pero el único defecto que según los Manobal tenia Jennie, era su pobreza.

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120 AÑOS (JENLISA) *ADAPTACION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora