Capítulo 13- Alter egos.

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Sujeta un vaso entre sus temblorosas manos. Nunca antes había estado en una fiesta. Se siente completamente fuera de lugar. Está en el sillón junto a Nash, Matt y Jack G. Su mirada se pierde en el jardín, en el cielo oscuro de noche, en la luna llena. Si fuera mujer loba y saliese disparada a la calle tras convertirse, tendría una razón lógica para salir de allí y quizá seria menos disparatado que la verdadera razón por la que querer huir. Vale que esté con Nash, con Magcon, vale que haya cumplido uno de sus mayores sueños, pero sigue rota, sigue sola, perdida. Sigue hundida en lo mas hondo su ser y de lo que no es, sobre todo de lo que no es, de lo que quiere ser. Es hipnotizada por la oscuridad, por la belleza de ésta, por todas y cada una de las estrellas, por cada pensamiento que la rompe más y más. Como si el mundo hubiera dejado de girar y el tiempo se hubiera parado, y todos están en segundo plano, borrosos. Un chasquido de dedos en su cara la saca de su paz interior y por lástima, vuelve al mundo real, a la maldita fiesta.

-¡Hey, Alex! Que estabas embobada

-Am si, si que, que ¿que?-dice mirando a Nash y a Matt preguntándose donde diablos estará Jack.

- Te he preguntado que si sabes cocinar comida tipica de tu país- grita Matt a su oído haciendose oir ante la música de fondo que penetra en sus oídos sin permiso. Le cuesta volver al panorama, centrarse y responder, pero lo hace a pesar de todo.

-Mas o menos, bueno en verdad no- Se extraña a si misma riéndose sin falsear. En apenas segundos mantiene una conversación con Matt, ella ríe ante sus tontas caras y sus respuestas sin sentido. Le pide que hable despacio mas de una vez y él se olvida de hacerlo todas ellas. Aquellas veces que Alex se encerraba en su cuarto e imaginaba que era cantante e iba a fiestas privadas con Magcon y boybands y bailaba cual alterego de sí misma. Luego salía de allí y volvía a clase y a su vida aburrida. Ahora es el mundo real pero solo existe la Alex de la habitación. Se ha convertido en propio alter ego. Y se halla bailando Like That junto a Nash. No se reconoce y no sabe que ha la ha pasado pero es genial. Jack G se acerca a ella por detrás y sujeta su cadera con sus suaves manos. Acerca su cara a su pelo y lo huele profundamente. Se pierde en éste y besa su cuello, justo su oreja. Ésta se estremece y se deja llevar. Jack la obliga a andar y de un giro la tiene en frente, besa sus labios frenéticamente y suben las escaleras como locos. Nervioso prueba a abrir el pomo de la puerta y entran en una habitación. A trompicones llegan a la cama. Él se sienta y ella encima de él. Sus besos bajan por su cuello, sus manos trepan por su espalda, sus dedos tímidos le quitan la camiseta. Empieza a desabrochar su propio pantalón. La tumba en la cama y besa su vientre. Ésta gime su nombre y niega un par de veces, le pide que pare, le pregunta que a donde se supone que van a llegar y él en vez de contestar le quita los pantalones. Alex siente frío pero cada beso le hace entrar en calor. Sin embargo no sabe hasta donde Jack está dispuesto a llegar, no sabe hasta donde ella está dispuesta a llegar y le asusta la respuesta. Se quita la camiseta y observa su torso desnudo y sus abdominales bajo la luz de la luna que les saluda a través de la ventana. Se le olvida lo demas y es ella quien se avalancha a besar su pecho. Ahora él está tumbado y ella sobre él. Alex nota como algo en los boxers de Jack se va levantando lentamente y echa una carcajada. A la vez que él rie se revuelca sobre ella y besando lo poco que asoman sus pechos. Sus dedos atacan de nuevo y le bajan uno, dos tirantes. Mientras que con la otra mano sin que ella apenas se entere se queda desnudo encima de ella y pretendiendo hacer lo mismo con la chica. Alex que sin querer roza su rodilla con el pene de Jack se asusta y le aparta de ella. Pero él no se rinde. Hoy es la noche, su noche. Continúa besando sus pechos ya casi al descubierto total, ella se resiste a medias. Gime de placer y a la vez pide ayuda. Ojalá no le gustara, u ojalá no le importara hacerlo ahí mismo. Nota total libertad ahí abajo y sabe que Jack ha omitido sus plegarias y le ha quitado las bragas. Intenta escapar pero él se aferra a ella con fuerza.

-¡Jack, Jack para ya, enserio Jack!-recuerda a Nash decir hagámos una fiesta, a Jack le sentará bien y como ella decía no me parece una buena idea. Ojalá la hubiera echo caso. Como último recurso..- ¡Ayuda, socorro!¡Nash, Nash, Mathew, Nash ayudame!- Jack le tapa la boca y ésta sigue gritando pero sus gritos se vuelven mudos y sordos. Y justo cuando lo da todo por perdido la puerta se abre.














De intercambio a casa de los GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora