Capítulo 5: ¿Liberación?

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Han pasado semanas desde mi recaída. Desde entonces mis cuidados por parte de mis hermanos, han sido en extremo muy protectores. En todo este tiempo tampoco he podido salir de la habitación, al parecer estoy algo débil por está última operación.

Durante ese tiempo, no hubo ninguna señal de los Haitani, ¿Acaso ni su amistad merezco? ¿Acaso eso es todo lo que valía para ellos? ¿Nunca les importe? Siempre que me llegaban esos pensamientos, trataba de alejarlos lo más posible, no quería recaer de nuevo, pero me era inevitable. Trate de preguntarle a Izana nuevamente sobre ellos, pero él se negaba rotundamente a decirme algo.

— Haru... Haru — escuche como me llamaba Senju — ¿Que tanto piensas? Llevo llamándote desde hace rato.

— ¿Uh? Perdona, ¿Que decías? — negando con la cabeza, me gire a verlo, me miraba con un tierno puchero — Lo siento, estaba pensando que sería bueno salir al jardín o a la terraza a disfrutar de la brisa.

— Sabes que el doctor lo prohibió por ahora, sigues delicada.

— Lo sé, pero es aburrido Sen, ni siquiera puedo acercarme a la ventana, únicamente me levanto para caminar 5 minutos en el pasillo, ir al baño y la ducha — me queje, Senju río y se levantó para acomodar la almohada a mis espaldas.

— A la ventana si te puedes acercar, no seas exagerada — termino de acomodarla, sentándose en la silla a mi lado. Agarro una manzana y comenzó a pelarla para mí.

— ¡Eso no es verdad! — le reclamé — La última vez que me acerqué a la ventana, te espantaste muchísimo, me tomaste en brazos y me dejaste en la cama bien amarrada.

Acepte el pedazo de manzana que me extendió.

— Voy a tomarlo, pero me ofendes muchísimo.

— Se llama "precaución" — haciendo énfasis en cada letra, de esto último.

— Malvado — le saque la lengua, iba a decirle algo más cuando tocaron la puerta — Adelante.

Poco después una sonrisa apareció en mi rostro.

— Hola Mikey.

— Hola Haru — se acercó a mí, con una gran sonrisa. Si no me equivocaba, tenía algo escondido, detrás de él.

— ¿Qué tienes ahí atrás? — pregunté con curiosidad, haciendo que la sonrisa de Mikey creciera aún más.

Volteó a ver a Senju y este parece sonreír al ver lo que Mikey tiene a sus espaldas. ¿Qué es?

— Adivina. Tiene tres oportunidades.

Me quedé pensando, ¿Qué podrá ser?

— ¿Un juego de mesa? — pregunté tras analizar mis primeras opciones.

— No. Frío, frío.

— ¿Alguna pista?

— Es pequeño.

— Mmm — lleve una mano a mi barbilla.

Es difícil, no sé si es algo comestible, no creo, Mikey viene seguido por lo que sabe que no puedo comer nada aún. Tal vez...

— ¿Es algún libro?

— No. Solo te queda una oportunidad.

Senju soltó una carcajada, eso me hizo enojar, la curiosidad solo me está matando.

— ¿Tus chanclitas mágicas? — me rendí, me siento derrotada en la vida.

— Ya te dije que mis chanclas no son mágicas — frunció el ceño— Eres pésima para esto. Aun así, te lo mostraré — estaba ansiosa. Moría de curiosidad por saber que era y me lleve una sorpresa al ver qué era una pequeña caja, como del tamaño de su mano.

Hanahaki |Ranzu & Rinzu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora