Saber de ti se convirtió en una necesidad que me sofoca. Ya no existen lágrimas que puedan demostrar lo que me haces sentir, pero sé que aún hay cosas que podrían estallar. Sé que esto no te importa, mínimos detalles no son aquellas cosas que ronden en tu cabeza, pero si en la mía. La leve esperanza sigue intacta, pero mi propia mano me calla, porque sabe que no hace falta, y si lo digo, me mata.
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