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Desperté sobre las 7:00; mis padres ya no se encuentran en casa. Nuevo día, nueva vida. Me daba un poco de cosa irme a casa de alguien durante dos meses, pienso que podría ser una molestia. Pero bueno, no me queda otra.

Esta noche dormí en casa y ahora por la mañana faltaré a clases para poder dejar la casa lista, y no desordenada. También, prepararé todas las cosas que necesite para irme a casa de Yeri. De todas formas, puedo entrar en mi casa cuando quiera.

En agradecimiento, se me ocurrió ir al supermercado para comprarle algún detallito a la familia Kim por dejarme quedarme en su casa.

En esto que voy al super, me encontré con algo que me llamó la atención. Había un chico, no mucho más mayor que yo, sentado en un banco que, al parecer, estaba herido. Estaba hecho casi una bolita y sudaba un poco. Decidí fijarme mejor en él y noté que tenía toda la cara sangrando. Me asusté un poco al verlo, pero no dudé en acercarme y ayudarlo.

-Ey-Dije con voz cuidadosa.

Él me miró extrañado, pero no dijo nada a si que procedí hablando.

-Dios, ¿Estás bien? Pero qué tonta, claro que no estás bien. Necesitas ayuda. ¿Puedes esperar un poco? Iré a por unos medicamento a esa farmacia.-

Me di la vuelta para ir a aquel sitio pero escucho que él me habla.

-No tranquila, estoy bien. No te preocupes-

-Pero no quiero dejarte ahí sangrando. A ver, ¿Qué tan grande es la herida?-

Me senté al lado suya para verlo mejor. Me acerqué más a él para observar mejor su malherido labio. Nuestras miradas se conectaron durante unos segundos, pero yo volví a lo mío en cuanto me di cuenta.

-Eso no tiene buena pinta. Espera aquí dos minutos.-

Me di la vuelta y salí corriendo hacia la farmacia para comprarle algunos medicamentos y volví enseguida.

-Esos han sido más de dos minutos- Dijo entre risas.

-Tss pero no mucho. A ver, voy a ponerte esto primero ¿vale? Tienes que estarte quieto.-

Procedí a aplicarle cada medicamento con cuidado y a limpiarle la sangre de mientras que le preguntaba algunas cosas para distraerlo y que no le dolieran.

-Y bueno, ¿Nombre? -

-Sunwoo, encantado.-

-Yo soy Sunhee, encantada a ti también. ¿Tienes alguna afición?-

- Bueno, la verdad no muchas, pero he de decir que me encanta la fotografía.-

-Oh, eso está chulo. A mi me gusta el arte.-

-Aissh-

-Perdón, perdón. Tendré más cuidado.-

Cuando terminamos, me despedí de él sin preguntarle qué le había pasado, no era tema mío. De todas formas no lo volveré a ver.

Volví a casa sin comprar el regalo para los Kim porque me había gastado el dinero en los medicamentos de Sunwoo. Bueno no pasa nada, buscaré algo de casa.

Las clases terminaron y quise ir a recoger a los chicos y a Yeri. Los esperé en la puerta a que salieran para encontrarme con un Doyoung triste.

-Dodo, ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Y esa cara de enfurruñado que me llevas?-

-Nada, que suspendió biología, y eso es horrible para él.-Comentó Haechan.

-JAJAJAJA que pringao.-

-Tú te callas que no apruebas muchas más que yo, malhablada.-

-Uy perdón señor don sabio.-

Regresamos cada uno a nuestras casas, yo con Yeri obviamente, y nos despedimos.

Al entrar a la casa, lo primero que vi fue a Younghoon jugando muy seximente con su consola enfrente del televisor. Al vernos, la dejó para levantarse y hablarnos.-

-Hola chichas. Sun -Uhhh que bien que me diga así.- bienvenida a nuestro humilde hogar.- Sonrió de oreja a oreja lo que hizo que yo imitase su acto.

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Pasé el día en mi nueva habitación desempacando todo lo que había en mis 15000 maletas. Pero claro, Yeri estaba ahí para acompañarme, por supuesto.

Sobre las 20:00 escuché que tocaban al timbre y Younghoon se levantó para abrirle.

-Ya está aquí.- Dijo mientras iba hacia la puerta.-

-Hola bro ¿Qué tal? Pasa, pasa.-

A esto que iba entrando, escucho que alguien habla.

-¿Sunhee?-









BE MY POLAROID -- SUNWOO THE BOYZ // yuyus_girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora