Capítulo 4

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Cinco años pasaron desde que Seúl se había convertido en mi segundo hogar. Pero ahora sería mi lugar definitivo. Mi padre compró una propiedad en Seúl para que pudiera vivir con mi madre y ambos estábamos felices de este cambio. Ella podría trabajar en la empresa que tanto deseaba mientras que ahora yo podía ver a mi padre cuando quisiera. Lo unico dificil era ingresar a un instituto nuevo en último año pero me había esforzado lo suficiente con las calificaciones de ingreso para estar a la altura del rendimiento academico del lugar. Lamentaba que Jisoo, Jin, Jennie y Tae ya se habían egresado dos años atrás, porque me hubiese facilitado la adaptación. Aunque contaba con la hermana de Tae, pero no la veía hace tiempo. 

–Cariño llegarás tarde el primer dia. Recuerda que debes ir primero a la oficina del director para dejar tu plantilla.–avisó mi madre. Asentí y continue guardando mis pertenencias. 

Escuche el sonido de la puerta cerrarse y supe que se había marchado a su empleo. Me apresure y busque en mi teléfono el bus que debía tomar para ir al instituto. Mientras terminaba mi desayuno una cosa llevó a la otra y perdí la noción del tiempo. Tuve que apurarme o perdería el bus.

[...]

Llegué a donde el bus pasaría. Hacía un bonito día. Mire el cielo y noté que las nubes estaban tan blancas en este día. Me costaba creer que este sería mi nuevo hogar, que las playas ya no serían mi vista obligada de cada mañana, que el sonido de las gaviotas lo iría olvidando de a poco. Ya no tendría a Mingyu como compañero de aventuras. ¿Qué estará haciendo en Busan? lo iba a extrañar a lo grande. Deseaba profundamente que alguien más se uniera en el último año para no ser el único. En los últimos días medite en la posibilidad de unirme al equipo de fútbol, me gustan los deportes y si existiera la mínima chance me agradaría eso.

Con esos pensamientos –entre miles más en mi cabeza– me paré en medio de la calle y pude ver a lo lejos el bus acercándose a donde me encontraba. A su vez, noté que una chica con el mismo uniforme corría en mi dirección como si su vida dependiera de ello. Fue cuando comprendí que tomaríamos el mismo bus y estaba retrasada. Quise ser amable y detuve el bus. Intenté hacer tiempo fingiendo que estaba atando mis agujetas para que ella lo alcanzará. Hice un gesto para que se apresurara y pasará delante mio. Cuando estuvo lo suficientemente cerca alzó su cabeza por primera vez, asintió tímidamente y rapido sin alzar la vista. 

Mi corazón dio un vuelco inesperadamente. Un escalofríos me recorrió entero. No estaba seguro de porqué pero si no era ella al menos era muy parecida a ella. La chica de la biblioteca. Lisa. No pude moverme, el bus arrancó sin mi. Mis pies se estancaron justo allí

–Maldición.–solté a regañadientes al ver cómo se iba el bus frente a mis narices.

–solté a regañadientes al ver cómo se iba el bus frente a mis narices

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Mi corazón latía descontrolado. Tragué duro mientras continuaba congelado allí.

Imposible, no podía ser ella. Solo era similar a ella, porque su cabello era oscuro como la noche y mi Lisa tenía el cabello dorado. No es la misma persona, solo sus rasgos eran similares. 

Enamorado de la chica introvertida. (LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora