Capítulo 12

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[...]

Nuevamente lo arruine todo. Mierda. 

Cuando la cena comenzó Lisa estaba ida, me sentí realmente incómodo y culpable por haber actuado sin pensar, por no haber dicho lo que debía. Maldición. Ella no probó bocado. Simplemente se despidió rápido al verme marcharme con su padre. Perfecto, lo arruinaste Jeon. 

Llegue a casa y me tire en mi cama deseando que la almohada me robara todo el aire de mis pulmones y morir justo allí. 

–Mañana lo diré. Mañana confesaré. No más confusiones Jeon.–me dije a mi.

No logre dormir en toda la jodida noche.

[...]

Tal como lo esperaba Lisa no apareció en el bus. Definitivamente la había arruinado a lo grande. Al llegar al instituto encontre a Jimin, me vió sorprendido y sabía que era por las jodidas ojeras que cargaba.

–Dejame adivinar... Lisa.–se burló. Asentí.– ¿Ahora qué hiciste?–reclamó.

–Soy un idiota...–dije antes de dar inicio a mi explicación de lo acontecido en la tarde de ayer.

Tal como me había estado reprochando toda la jodida noche mi amigo también lo hizo.

–Nuevamente acción sin claridad en tus palabras. Deberías ser más cauteloso o más claro. Miles de veces has dicho que ella es introvertida y te la pasas lanzandote a ella como un jodido perro de caza.–me dió un discurso muy aceptable.

–Lo sé.–dije cabizbajo.

–Lamentablemente no poseo la habilidad de saber que pasa por la mente de las mujeres. Lo desearía.–dijo divertido.–Pero no sé. Lisa es una chica difícil de leer, al menos Rosie es más expresiva y decidida y Lisa posee esa inexactitud que te desconcierta por lo que no eres del todo culpable. De todas formas ten las bolas necesarias y confiesa tu que puedes.–reclamó. Asentí.

–Era lo que pensaba hacer hoy...–intente comentar mi plan cuando Tzuyu apareció.

–Jeon necesito un favor. Por favor.–suplicó.

Jimin nos dejó solos cuando Seulgi prácticamente lo obligó a seguirla. Al final Tzuyu necesitaba clases de apoyo con una materia que la complicaba, tras su insistencia termine por ceder. 

–Bien nos vemos en la biblioteca.–dije no muy feliz. Asintió.

Me despedí de ella y fui a clases con el público mirando atento a nuestro cuadro. Rumores. Odiaba los jodidos rumores, tales como los de Lisa. Ella no era todo lo que escuchaba decir sobre ella pero bueno de alguna forma los depredadores se mantenían lejos de ella. Pero desde hace un tiempo escucho demasiado su nombre en boca de algunos que me decidí a odiar.

Debería hablar con Lisa para invitarla a una cita otro día antes de ir con Tzu. Ella se merece una bonita propuesta, en realidad todo lo bonito del mundo es lo que se merece. La clase comenzó mientras continuaba imaginando las miles de maneras de confesar mis sentimientos. Hasta que la presencia de Rosie sola llamó mi atención. La clase fue transcurriendo mientras mi chica continuaba desaparecida. Mire a Rosé pero ella se notaba igual de preocupada mirando a la puerta e intercalando la vista con su pantalla ¿Donde estaba ella?

[...]

La clase había concluido cuando Mina regresó al salón desde el baño. Se acercó a Rosseane mientras que disimuladamente me acerque para escuchar si ella sabía algo.

–Me cruce a la enfermera y dijo que Manobal estaba en enfermeria.–avisó.

–¿Que sucedió?–dijimos ambos al unísono. Rosie me vio sorprendida pero me ignoro de inmediato.

–Parece ser que se desmayó en el pasillo.– avisó. Sin escuchar nada más Rosie corrió.

–¿Es grave?–pregunte. Negó.

–Parece que es...–no deje que terminara.

–Estaba débil por no alimentarse correctamente.–dije entre dientes. Asintió sorprendida.

Fui tras Rosie. Llegue a la enfermería pero no ingrese al escuchar la voz de Ten. Trague duro frustrado al notar que él había ayudado a Lisa. Por alguna jodida razón estaba molesto de como se refería a Lisa. La cercanía entre ellos me provocaba un dolor en el pecho, más que cuando ella estaba con Sehun. Algo era diferente en su trato, por alguna razón me sentí amenazado.

[...]

Espere que Rosie se marchara y mentí sobre un malestar para poder quedarme con ella en enfermeria. Tras un largo suspiro finalmente ingrese. 

–Hola.– salude suave.

–¿Que estas haciendo aquí?– dijo nerviosa. Me acerque a su lado hasta el punto que creí que mi corazón podría escucharse con claridad en sus oídos.

–¿Estás bien?– pregunte mirando su delicado rostro en búsqueda de alguna secuela por su caída.–Escuche a Mina decirle a Rosé que te encontrabas aquí.– ¿Te duele en alguna parte?.–indagué con preocupación.

Se enderezó en la cama para mantener una distancia prudente entre nosotros. Se sintió como un jodido cachetazo aquello.

–Estoy bien. Estaba débil por no haber ingerido nada.–explicó algo tosca. 

–Traeré algo para que comas.–dije de inmediato. Negó con frialdad la oferta.

–Ya comí. Ten me trajo algunas cosas.–contestó señalando a un lado con una sonrisa que era diferente como todo ese jodido aura que había entre ellos. Cerré mis puños.

–Oh. Bien.–dije entre dientes.–Entonces esperaré por ti para llevarte a tu casa.–pensé con entusiasmo. 

–Gracias, pero mi padre vendrá por mi.–se negó.– En unos instantes me retiró por pedido de la enfermera.–agregó con frialdad. 

–Bien.–murmure confundido. ¿Tan desagradable soy para ella?

–Deberías ir a clases.–insinuó. La mire sorprendido.– Rosie y Ten fueron echados de aquí prácticamente, deberías irte antes de que tengas problemas innecesarios.–acotó.

–Fingí que me dolía el estómago.–sonreí al comentar mi mentira para estar con ella.

–¿Porque hiciste algo tan tonto?– eso salió con ira.– ¿Soy una especie de perro desamparado a quien cuidas como misión? ¿Por puntos? ¿Porque demonios estas todo el maldito tiempo detras de mi?.–reclamó furiosa. ¿Qué?

–¿Por qué...–titubee.– ¿Que rayos te sucede hoy?. Creí que...–reclamé confuso.

–Vete.–calló.–No quiero hablar contigo. Quiero estar sola. Vete.–exigió mirando a otro lado.

Cada palabra me hundía más en un mar de jodidas confusiones. Realmente soy nada para ella. Soy una molestia... pero entonces... tras varios bufidos y un fuerte portazo en la enfermería. Justo chocando con la mujer a cargo del lugar. Me marché.

–¿Que carajos le pasa? ¿Tan desagradable soy?–me reclame refunfuñando por los pasillos.

–Jeon.–habló Tzu.

–¿Qué quieres?–dije rudo.Negué.–Lo siento Tzu, tengo un mal dia. ¿Podemos posponer?–pregunte. Asintió confundida.

Continué caminando por los pasillos esparciendo maldiciones de disgusto. ¿Porque demonios es tan cruel conmigo? Jodida mierda.

 ¿Porque demonios es tan cruel conmigo? Jodida mierda

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Gaby :)

Enamorado de la chica introvertida. (LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora