Enamorado de la chica introvertida. (LIBRO II)

Capítulo 13

A pesar de nuestra jodida discusión en la enfermería me dolía su ausencia. Deseaba aclarar las cosas entre nosotros por más que estoy jodidamente enfadado por su trato, le resulta bastante sencillo atacarme sin dar explicaciones logicas. No era secreto que su mejor amiga sabía lo ocurrido porque sus ojos estaban lanzando dardos venenosos en mi dirección, y ese fue el comienzo de mi dia.

[...]

El tortuoso día había concluido, al menos es lo que creí cuando vi a Tzuyu correr en mi dirección aferrándose a mi brazo.

–Hoy no puedes rechazarme, realmente necesito ayuda.–dijo entre pucheros y a la vista de todos los que pasaban curiosos entre risas tímidas.

Definitivamente su misión era que todo el mundo creyera algo que no sucede ni por poco. Suspire algo frustrado pero termine cediendo.

–Bien.–bufé–Tengo una reunión, esperame en la entrada será breve.–explique soltando su agarre de mi brazo para ir en dirección a los vestuarios.

A lo lejos vi a mi amigo esperando mi llegada con ojos curiosos por la pequeña escena confusa para muchos seguramente.

–Si no supiera de tus sentimientos por cierta chica morena...–habló.–Creería que algo pasa allí.–señalo en dirección a Tzu. Negué de inmediato.

–Es lo que creía.–dije.–Ella se encarga de que sea eso lo que parece pero no es. Ni lo será.–asegure mientras comenzamos a caminar.

–Deberías marcar límites entonces.–aconsejó. Asentí.–No diste con Lisa...–indagó. Negué

–Mañana intentaré hablar con ella. Esta tarde tengo que ayudar a Tzu para un examen.–comente. 

Tal como lo había predicho la reunión fue breve. Simplemente era para anunciar las posiciones para el próximo enfrentamiento. El coach se despidió luego del anuncio y cuando pensaba en irme Sehun tomó mi brazo.

–¿Puedo hablar contigo?–preguntó. Mire a Jimin.

–Debo irme, nos vemos.–se despidió de ambos dejando el vestuario.

–¿Que sucede?–indague algo confundido por esta acción.

–¿Que traes con Manobal?–interrogó. 

Alce mis cejas sorprendido por aquella pregunta. 

–¿Que demonios te importa a ti?–pregunte algo ofuscado.

–Me importa.–soltó con seguridad.–Ella me gusta y últimamente te veo siempre a su alrededor.–lanzó. Sonreí divertido. ¿celoso?

–¿Y cual es el problema? ¿No puede tener amigos?–desafié. 

–Claro que ese no es un problema.–contesto.–Si realmente ese es el caso. ¿Solo eres su amigo porque quieres o porque es lo que te queda?–indagó. Trague duro.

–Soy amigo y no tengo porqué decir nada más.–dije entre dientes.–Después de todo tu también lo eres.–sonreí al decir aquello. Asintió con una sonrisa cuando miro la pantalla del teléfono.

–Veremos.–habló.– Ya tuve mi respuesta de todos modos.–fue lo último que dijo antes de marcharse. 

Mis puños se cerraron con fuerza cuando lo ví sonreír divertido al contestar el mensaje que había recibido. ¿Era ella no? Maldición.

[...]

Tras la insistencia de Tzuyu por ir a la cafetería en vez de a la biblioteca del centro terminamos por venir aquí. No estaba feliz con la idea de que nos vean juntos en un lugar que daba todos los falsos indicios de que algo más sucedía entre nosotros, pero ante todo era un caballero y jamás privaría a una chica de comer un bocadillo si así lo deseaba. Suspire por enésima vez al repetir que se concentrara y dejará de divagar.