Capítulo 5

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—¡Contéstame Kazutora! ¿Cómo lo sabes?—
Chifuyu se veía desesperado, mientras que Hanemiya no sabía cómo desvíar el tema.

—Y-Yo...—

Repentinamente sonaron las campanillas que anunciaban que alguien había ingresado a la tienda, a lo que inmediatamente ambos jóvenes se pusieron firmes y dejaron el tema.

—B-Bienvenida, ¿Cómo puedo ayudarle?—
Mientras el jóven de cabello bicolor atendía a la clienta, el jefe observaba sus expresiones mientras continuaba colocando el cambio en la caja.
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—Hasta luego, esperamos contar de nuevo con su visita— Se despidió el chico con una voz amable, una vez que la cliente salió del lugar, el joven empleado pudo sentir como un escalofrío le recorrió la espalda. Al darse vuelta se topó con la mirada sería de su jefe.

—¿Has estado espiandome?— Preguntó el de mayor rango sin apartar la mirada.

—No Chifuyu, es solo que... ¡Agh!— Kazutora llevo las manos a su cabeza y se sacudió el cabello. —Te eh escuchado por casualidad si. A veces el silencio del departamento es tan intenso que hasta puedo escuchar los sollozos por el pasillo, al acercarme a la puerta de tu habitación logro identificar que el sonido viene de ahí...—
Chifuyu se veía algo avergonzado, y comenzó a desviar la mirada, a lo que inmediatamente Kazutora tomó aire y continúo.
—... Y para ser sincero... Detesto escuchar eso...—
Los ojos de Matsuno se abrieron con sorpresa y agachó la cabeza, mientras tanto Hanemiya se acercaba poco a poco.
—No me gusta escuchar que sigues sufriendo de ese modo, hay veces en las que pienso que tal vez yo te traigo recuerdos de aquel momento y eso me hace sentir que solo soy una carga para tí... Yo...—

—¡No!— Interrumpió el jefe con los ojos cristalizados—Tu no tienes nada que ver con eso, yo...— el joven volvió a agachar la cabeza.

—¡Entonces deja de hacerme a un lado!—

Chifuyu no pudo evitar mostrar su sorpresa al escuchar el reclamo de su amigo.

—Dejame ayudarte, no soporto el sentirme tan inútil cuando no puedo hacer más que esperar detrás de tu puerta hasta que te tranquilizas o te quedas dormido... Ya no quiero seguir sintiéndome así...— El del tatuaje se terminó de acercar a su jefe y dejó caer su cabeza sobre el hombro del otro. Una vez que tomó aire poco a poco su rostro comenzó a teñirse de rojo, Kazutora a penas y empezaba a caer en cuenta de la magnitud de sus palabras y no tenía el valor de mirar a la cara a Chifuyu, por lo que optó por quedarse más tiempo con el rostro oculto. A los pocos segundos pudo sentir como unas manos lo rodeaban y pudo oler más de cerca el aroma del cabello de su amigo, Chifuyu se encontraba aferrado a Kazutora mientras empezaba a derramar sus lágrimas sobre el hombro de Hanemiya.

—Lo siento...— Kazutora pudo escuchar una voz suave y entre cortada. —Nunca fue mi intención hacerte daño, creí que si te llevaba conmigo a visitar a Baji-san podría traerte malos recuerdos y lastimarte, peor aún si me quebraba y comenzaba a llorar como lo hago siempre. Pensé que era lo mejor...—

—Chifuyu...— Interrumpió el del lunar en el rostro. —Por favor permíteme ser tu soporte  apartir de ahora, déjame ayudarte a cargar con ese peso, aligerarlo y poco a poco aliviarlo...— Se alejó un poco para poder ver a Chifuyu a los ojos. —A partir de ahora quiero ser como tú otra mitad, para compartir todo lo bueno y lo malo, déjame sentirme parte de tu vida—
Chifuyu no pudo evitar derramar más lágrimas y asintió con la cabeza, al ver su vulnerabilidad, Kazutora no pudo evitar acercarse peligrosamente a su rostro, pero cuando sus labios estuvieron a punto de rozar los de Chifuyu, se detuvo y se alejó de nuevo.

—D-Deberias ir a lavarte el rostro y relajarte, yo atenderé la tienda por ahora ¿De acuerdo?— Desvío la mirada y se cruzó de brazos, pero claramente se veía nervioso. A pesar de lo que le dijo Kazutora, Chifuyu permanecía inmóvil.
—Yo mismo te ayudaré entonces— Tora tomó a Chifuyu de la mano y lo llevo hasta el baño que tenían en el local, tomó un pañuelo, lo remojo y ligeramente comenzó a pasarlo por el rostro de su jefe. Al ir repasando cada facción del rostro de Matsuno, Hanemiya no pudo evitar sentir debilidad de nuevo y volvió a abrazarlo, después se separó un poco para depositarle un tierno beso en la frente. Cuándo se dió cuenta de lo que había hecho le cubrió el rostro a Chifuyu con el pañuelo y se apresuró a regresar al mostrador.

Bajo la sombra del fantasma de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora