CAPITULO 1

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Un golpe llego a su rostro, su respiración agitada y su cuerpo en el frío piso de su habitación mientras un hombre borracho le gritaba un mil de cosas hiriente que lo destruían más. Intento escapar de los golpes que provocaba su propio padre, pero fue en vano al momento que su padre lo levantara de un jalón dándole otro golpe en su rostro para dejarlo privado de nuevo en el piso.

—¡MALDITO MUDO! —una patada a su estómago — ¡SI NO FUERA POR TI!— otra patada más haciendo que este rodará un poco en el piso — ¡MI ESPOSA ESTUVIERA VIVA!— esta vez la patada no fue en su estómago, si no en su rostro haciendo que este de leves sangrara y soltara algunos quejidos, al no poder hablar lo único que podía era hacer quejas casi inaudibles cuando su padre lo golpea de una manera inhumana —¡PREFERÍ QUE FUERAS TU EL QUE MURIERA¡— exclamó sacando un cigarrillo de su bolsillo viendo el cuerpo de su pálido e herido hijo en el piso intentado levantarse pero lo que hacía era lastimarse más —¡PARA LA PRÓXIMA SERÁ PEOR, SABES MUY BIEN QUE NO ME GUSTA LLEGAR Y QUE LA COMIDA NO ESTÉ LISTA!, ¡Y ESPERO QUE NO SE VUELVA A REPETIR! —suspiro molesto para luego acercarse a la puerta y salir, azotando la puerta con una gran fuerza, dejando el cuerpo casi inconsciente del pálido chico —.

Su rostro marcaba una mueca de dolor al poder levantarse con ayuda de su cama y tirarse en ella para que el dolor disminuyera.

《¿Por que me pasa esto?》pensó mientras las lágrimas empezaban a salir, mojando un poco su rostro y haciendo arder algunas heridas que estaban un poco abierta por los golpes provocados 《¿me lo merezco?》esa pregunta pasaba una y otra vez cada día que pasaba y veía a su padre darle golpes.

Lo peor era cuando estaba borracho, ya que los golpes eran muy fuertes hasta el punto de una vez dejarlo inconsciente, hoy era poco a lo que le hacía. Y agradecía eso una y mil veces.

Una vez intento escapar de casa, pero una vecina le informo a su padre (chismosa) y eso hizo que el llegará y lo encontrara en la calle. Ese día recibió la peor paliza de todas, para suerte de el, la vecina se había mudado, al ya venderle aquella casa a otra familia.

Un latigazo golpeaba su espalda y hacia arder esa parte, mientras que unas se abrían, no solo le dolían los latigazos que este dajaba marcado en su cuerpo, no, para nada, si no también cada palabra hiriente que le gritaba, esa era la peor parte. Aun lo recuerda, era una gran tortura 

Suspiro levemente y puso una cara de dolor y disgusto al ver y sentir que hasta el respirar duele, se levantó de su cama con mucho cuidado para luego tomarse de todo lo que fuera estable para el caminado por su habitación para luego llegar al baño y buscar entre sus cosas el maletín de primeros auxilios, lo tomo entre sus manos y se sentó en la tapa del inodoro para luego empezar a curar sus propias heridas

Después de haber desinfectado todo, puso el maletín en el lugar donde escondía el maquillaje que siempre llevaba para cubrir sus morados para ir al instituto. Volvió a la cama con sumo cuidado para después cerrar sus ojos en ignorar el hecho de que tenía mucha hambre, no era la primera vez que lo hacía ya que al dormir no sentía hambre y tampoco dolor.

 Volvió a la cama con sumo cuidado para después cerrar sus ojos en ignorar el hecho de que tenía mucha hambre, no era la primera vez que lo hacía ya que al dormir no sentía hambre y tampoco dolor

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