La curiosidad de Masky
Un nuevo día, Abril se encontraba jugando a las cartas junto con Noemí, el único juego que había aprendido y que podía jugar con la pelinegra, ya que esta no tenía paciencia como para enseñarle otro, en sí, la joven de ojos grises no tenía paciencia para nada.
Mientras Masky andaba metido en la habitación de su novia.
Estaba seguro de que la pelirroja ocultaba algo, últimamente evitaba a toda costa que él ingresara a su habitación sólo, así que aprovechando que su pareja estaba entretenida intentando ganar el juego de cartas, el se dispuso a revisar el cuarto, primero bajo la cama, nada, algunos zapatos desparramados, algo de polvo, unas cuantas arañas.
No dio mucha importancia así que siguió rebuscando en otro lugar, finalmente sólo le faltaba buscar en un lugar, abrió aquél cajón y revisó entre la ropa, cuidando no desordenar nada, y finalmente encontró una caja de condones usada casi por completo, algo de lubricante, y lo que más le sorprendió, un par de esposas junto con aquella venda negra que habían usado en aquella prueba de bálsamos labiales.
Una leve sonrisa se formó en sus labios, luego tomó las cosas.
...
Rato más tarde Abril de dirige a su habitación luego de despedirse de su pelinegra amiga.
Abre la puerta, encontrándose todo a oscuras, ingresa a la habitación y de repente la puerta detrás de ella fue cerrada, algo de tela cubrió sus ojos, una venda.
Su cabello fue movido hacía un lado para después sentir pequeños besos húmedos en la zona, luego sintió una mano colarse por dentro de su camiseta para después sentir una caricia.
- Tim...Sos insaciable. -
Comentó entre leves jadeos, sólo pudo escuchar la risita del castaño, luego fue levantada para finalmente ir a parar a la cama, no sintió nada durante unos minutos pero a penas pudo ver un poco de luz filtrándose a través de la oscura tela, la ropa en la parte superior fue retirada por el chico.
Sus muñecas fueron tomadas para después levantar sus brazos sobre su cabeza, algo suave envolvió sus muñecas, cuando intentó bajar los brazos se vio apresada.
La venda fue retirada y se encontró con la maravillosa vista del torso desnudo de su pareja, miró sus manos, encontrándose con las dichosas esposas que habían sido regalo de su amiga, un sonrojo pintó sus mejillas.
- Tim, ¿Qué hacés?, Soltame. -
Dijo mientras fruncía el ceño ligeramente, el joven negó con la cabeza, repartió besos y lamidas por el pecho de su amada, provocando gemidos por parte de la chica, el short de la pelirroja fue retirado junto con su ropa interior, cerró sus piernas tan pronto sintió las cálidas manos del chico acariciar el interior de sus muslos.
- Abrí las piernas. -
Le ordenó su pareja con aquel tono grave de voz y ligeramente ronco que tanto le encantaba.
No podía negarse si le hablaba de esa manera.
Abrió sus piernas dejándole total acceso a su amado, los dedos del chico acariciaron su zona íntima y un gemido se le escapó.
...
Las manos de su novio se aferraban con fuerza a sus muslos, manteniendo sus piernas abiertas, podía sentir la lengua del joven en su intimidad lo cuál la hacía casi gritar de placer.
Luego de varios minutos pudo sentir los dedos del chico ingresar dentro, luego como los movía.
Sus gemidos no paraban, y al pasar varios minutos llegó a su primer orgasmo.
No podía verlo por la venda que había vuelto a cubrir sus ojos, pero sabía que el joven estaba sonriendo, no sintió nada por unos minutos, hasta que las cálidas manos del contrario volvieron a abrir sus piernas, sabía lo que se venía al sentir algo rozar su entrada.
Una estocada bastó para que lo metiera por completo y un grito de placer fuera arrancado de la garganta de la menor.
Sus gemidos fueron en aumento cuando sus piernas fueron a parar sobre los hombros del chico y las embestidas rápidas comenzaron.
Sus manos se aferraron a la madera del respaldo rasguñando el mismo al no poder hacerlo en la espalda del castaño que tanto placer le daba, la grave voz del joven llegaba a sus oídos en gemidos. Le encantaba toda la situación, pero, quería más.
- Tim...¿Puedes hacerlo más fuerte? -
Y fue escuchada, por qué pronto las embestidas fueron en aumento.
...
Ahora el castaño era el esposado.
Había soltado a su novia, lo cual le dió paso a la chica para cambiar de roles, ahora observaba sus pechos subir y bajar, el sudor bajar por su frente mientras gemía, definitivamente era la vista más hermosa que podrían haber visto sus ojos.
...
Acabado el acto ambos se encontraban agotados, Tim dormía abrazado a su amada y la chica pronto calló dormida.
× Se qué es una mierda, perdóname la vida compa.
