𝐓𝐑𝐄𝐒.

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Jay miraba con el ceño fruncido a su amigo Park, quien con la expresión le pedía a súplicas que no hiciera más complicada la situación ya compleja...

—¡No soy mimada ni consentida!— gritó la menor haciendo un puchero

Sunghoon la miró soltarle la mano, pues esta estaba empezando a caminar hacia su hermano mayor.
"Claro que sí lo eres." murmuró este con el ceño fruncido, generando que ella enfureciera todavía más. Los pensamientos de la pequeña estaban ahora solamente en él, el Park con el que compartía sangre. Este mismo que la estaba hiriendo con sus palabras en ese preciso instante..

—¡Tú eres el mimado y consentido! ¡Papá solo te quería a ti!

¡EMMA!

—....

La manera en la que su hermano alzó la voz la había asustado, demasiado, pues había resultado igual a la de su progenitor.
Pequeñas lágrimas comenzaran a acumularse en sus cuencas, volviendo sus ojitos algo rojos..

—Jay, ya está.— murmuró rendido. —Vayamos por Kkami, Emma.. — la miró, mas al ver su pequeño cuerpito no moverse se acercó con rapidez para tomarla en brazos.

Príncipe azul al rescate.

La pequeña naricita de ella sorbía, y sus ojos se cerraban con fuerza para no derramar ni una sola lágrima por el tonto de su hermano. Así era como pensaba hacer.
Los brazos de Sunghoon la envolvieron delicadamente, llevando una de sus manos al cabello de ella para acariciarlo.
Los ojos de este se dirigieron hacia los demás, incómodos ante la complicada situación familiar que estaban viviendo.  

Todos sabían sobre el padre de los Park, el como todo iba bien hasta la llegada de una niña a la pequeña familia. Él solo quería a su hijo varón, y un día, simplemente, se fue. No apareció nunca más. Y Jay sabía que ninguno de ellos tenía la culpa, se había ido por irresponsable y por cuenta propia, pero aún así, él sentía cierto sentimiento hacia su menor, por mas que esto realmente le doliera en su interior, creía que ella había sido la causante de tal abandono.
Si hubiera nacido niño... ¡Mentira! ¡Todo mentira! Era culpa de ese tipo, del cual lamentablemente llevaba el apellido.
En serio su cabeza se hacía un lío con ese tema.....

Jay se encontraba inmóvil, parado frente suya y viendo como su hermanita era refugiada entre los brazos ajenos, sintiéndose culpable de una manera completamente increíble. No le gustaba verla así, por más que no lo demostrara..

—Vamos a ver a kkami...— susurró Sunghoon, recibiendo un asentimiento por los demás

Mientras una de sus manos sostenía las piernas de la pequeña, otra acariciaba su cabello tratando de reconfortarla con su dulce tacto.
La espalda de Sunghoon se iba haciendo cada vez más pequeña al alejarse de la sala principal y adentrarse al pasillo, donde dobló en una puerta a la derecha y desapareció completamente. Ya estaba dentro de la habitación de la pequeña..

El ambiente en la sala seguía tenso. Los chicos comprendían la situación complicada para Jay. A pesar del sentimiento aquél nombrado ante, sentía también cierta pena por la niña. Era obvio que el otro Park no iba a poder corresponder los sentimientos de esta y que, al darse cuenta, saldría algo herida. Pues era una niña y él había sido el primer hombre que la había hecho sentir segura, porque ni siquiera su hermano mayor lo había podido lograr. Era tan inexpresivo ante sentimientos y ponía tantas condiciones que la llevaban a pensar que, realmente, a él no le importaba su salud y su bienestar. Solo que compartían apellido, sangre, padres y techo. Nada más...
Heeseung se acercó a él y puso una mano en su hombro, llamando su atención..

—Vas a tener que disculparte, hermano. La asustaste mucho...— dijo completamente sereno. Pues tampoco lo sermonearía sabiendo que su interior era un completo desastre en ese mismo momento

El azabache asintió con la cabeza. Su Hyung tenía razón, debería disculparse con su hermana.
Con ojos decepcionados (obvio de sí mismo) caminó lentamente luego de un suspiro desahogador. Sus pasos lentos se dirigieron cansados hacia el pasillo en donde habían desaparecido el otro par, yendo hacia la habitación de la única fémina en el ambiente.
Uno, dos y tres pasos bastaron para poder estar frente a la puerta entreabierta. Escuchando palabras desgarradoras para él y para cualquiera.....

"No me quiere, ¡nunca me lo dice!". Él solo bajó la mirada......

La niña era la viva imagen de su padre físicamente, le resultaba difícil decirle te quiero. Era como decírselo al mismo hombre que los abandonó ni bien ella tenía tres años.....

—Tendrá sus razones, linda. Él te ama mucho, todos lo sabemos.— fue lo que dijo Sunghoon buscando que la calma acechara en la niña, mas esta seguía sollozando en su hombro y abrazando su cuello con fuerza

Jay observó como una de las manos de él se dirigía a la espalda de ella, proporcionándole caricias tranquilizadoras.. Cosa que él no había hecho ninguna vez en los diez años de vida de la pobre....

Sunghoon elevó la mirada por la presencia de una sombra en la puerta. Al ver al joven de ceja cortada solo apretó sus labios e hizo una mueca, indicándole que, justamente, no era el momento. Jay solo asintió. Luego de unos segundos le mostró una señal en muestra de vuelvo más tarde.
El chico dentro de la habitación asintió lentamente y dejó salir una minúscula sonrisa mientras seguía sobando la espalda de Emma...

Ahora Jay comprendía el doble del porqué ella estaba tan maravillada con él..

Parecía ser el único hombre que le proporcionaba tanto cuidado. Aunque sea por algo minúsculo, él siempre la socorría.
No podía creerlo. Sunghoon era más su hermano que él mismo.........

𝐂𝐇𝐈𝐋𝐃𝐑𝐄𝐍'𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━ park sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora